Afrontaba el partido el Barça con muchas más necesidades que el Madrid, jugando como local y a seis puntos del líder, eran los de Luis Enrique los que más necesitaban los puntos para no alejarse del liderato y coger moral. Para la tarea de derrotar a este Madrid de Zidane, invicto desde el mes de abril, apostaba el asturiano de inicio por el mismo once que puso en Anoeta, dejando a Iniesta en el banquillo y apostando nuevamente por André Gomes en su lugar.

El primer tiempo dio poco de sí, un Madrid replegado dejó el peso del partido a un Barça que no aprovechó la posesión del balón para llegar al área más allá de una aparición de Sergi Roberto que no acabo ni en remate a puerta y un disparo de Suárez que rechazó Ramos. Una falta lanzada muy floja por Messi fue el único disparo a puerta del Barça. Destacar la posición de Messi en el campo, incrustado claramente como un centrocampista más, parece que sus tiempos en la banda van pasando a la historia, siendo Rakitic el gran damnificado ya que su posición empieza a carecer de sentido y el croata, aunque siempre lo da todo sobre el césped, parece desubicado.

El Real Madrid apenas inquietó hasta los últimos 15 minutos cuando dos llegadas de Cristiano Ronaldo y un remate de Varane a la salida de un córner inquietaron a la grada, que no se marchó muy satisfecha al descanso. Primer tiempo muy igualado, con un fútbol pobre, en el que incluso se repartieron las jugadas polémicas, una en el área azulgrana en una jugada entre Mascherano y Lucas Vázquez y otra en el área madridista con una mano de Carvajal.

El inicio de la segunda parte encontró a un Barça más decidido, y que encontró en el balón parado la solución que no hallaba con su juego, una falta, provocada y botada por Neymar la aprovechó Suárez para de cabeza marcar el primer gol de la noche. Siete minutos después, se producía la mejor noticia para el Barça en el partido, el retorno de Andrés Iniesta. Con el manchego en el campo el Barça pareció el Barça, encontró el balón, y su simple presencia ordenó a sus compañeros, haciendo que apareciera la mejor versión de Busquets.

Durante esos minutos estuvo el partido, el Barça controlaba el juego, Messi, Iniesta y Busquets se encontraban en el centro del campo y eso es sinónimo de buen juego. Así llegaron las dos grandes ocasiones del Barça, primero en una excelente maniobra de Neymar que dejó atrás a Carvajal en el área, pero cuando medio Camp Nou cantaba gol, el disparo del brasileño se marchó por encima del larguero. Unos minutos después Iniesta encontró un pase extraordinario a Messi, que el argentino envió desviado.

Y si el primer cambio nos reencontró con el mejor Barça, los siguientes desconfiguraron al equipo. Luis Enrique hizo bueno el refrán de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra y apostó por repetir la receta del Clásico de la pasada temporada: gestionar el 1-0 dando entrada a Arda en el interior derecho. Si hay un jugador que ha hecho daño al Barça en los últimos tiempos ese ha sido Marcelo, con sus incorporaciones bien por dentro o por fuera, creando superioridades que el interior del Barça debe vigilar con especial atención. Labor que cumplió Rakitic, pese a haber estado gris en el plano ofensivo, algo peor André Gomes, y con un pésimo resultado Arda Turan, pese a haber salido al terreno de juego casi con la única misión de tapar esa zona.

El Madrid con más empuje que fútbol iba llegando poco a poco al área hasta que en el minuto 90, Arda cometió una absurda falta en la banda izquierda del ataque madridista, dando un balón de oxígeno al Real Madrid que no desaprovechó Sergio Ramos rematando de cabeza una falta botada por Modric superando el marcaje de Mascherano y empatando el partido.

Terminado el encuentro, las primeras declaraciones de Luis Enrique tuvieron un claro destinatario: “La indicación era muy clara. No hacer faltas y menos si un jugador del Madrid está de espaldas a la portería”. Parece que Arda no entendió el mensaje, aunque la salida del turco al terreno de juego para jugar de interior, parece demostrar que el turco no es el único al que le cuesta comprender ciertos recados.

En definitiva, el Barça sale del Clásico a seis puntos y la sensación es de que en el segundo tiempo se ha dejado escapar a un Madrid pobre (del banquillo blanco han entrado Casemiro, Asensio y Mariano) pero si queremos ver la botella medio llena hay que agarrarse al retorno de Iniesta, el que tiene el libreto del juego culé y a esa media hora en que el Barça nos pareció el Barça.

LAS NOTAS.
Ter Stegen (6). Vendido en el gol, estuvo correcto tanto bajo palos como con los pies.
Sergi Roberto (6). Sobrio partido, con menos apariciones en ataque que en otros partidos más allá de una en la primera mitad que no se atrevió a rematar.
Piqué (6). Seguro, salvó una ocasión en la primera mitad de Benzema.
Mascherano (6). Algo desubicado en la primera parte, mejor en la segunda. Pudo cometer penalti a Lucas Vázquez al inicio del partido.
Jordi Alba (6). Sufrió con Lucas Vázquez y no se incorporó tanto al ataque como acostumbra.
Busquets (7). Mejoró respecto a los últimos partidos, especialmente tras la salida de Iniesta.
Rakitic (6). Muy gris. Desacertado en el pase, se sacrificó tapando las subidas de Marcelo. Con Leo jugando por dentro parece haberse quedado sin misión y sin socio. Sorprendió que fuera el primer sustituido.
André Gomes (4). Lento, desubicado, no acaba de encontrar su sitio en el equipo y empiezo a cuestionarme si lo tiene.
Messi (7). Jugando por el centro, el poco fútbol que creó en la primera parte salió de sus botas. En la segunda tuvo la ocasión de matar el partido.
Luis Suárez (6). Marcó el gol y peleó como de costumbre, pero no está en su mejor momento de juego.
Neymar (6). Lo intentó aunque no siempre con éxito. Tuvo el 2-0 tras un magnífico quiebro a Carvajal pero el disparo se le fue arriba.
Iniesta (8). La mejor noticia del partido, cuando volvió el equipo se reencontró con el juego. Dio un pase magistral a Messi que pudo ser la sentencia.
Arda Turan (3). No puede jugar de interior en el Barça. Nunca tuvo ritmo para ello, ni lo tiene ahora. Volvió a naufragar en un Clásico. Regaló la falta que propició el empate.
Denis Suárez (-). Entró por Neymar en el 87 ocupando el interior derecho. Apenas tuvo incidencia en el juego.