No hay mucho más que explicar, este Barça camina sobre un alambre que cada vez se hace más fino. Un alambre de forma cónica, cada vez menos estable, cada vez más próximo al punto de ruptura. Este funambulismo culé en las alturas se ampara en disponer de algunos sistemas de seguridad que le permiten sobrevivir a los elementos, posibles vértigos y carencias técnicas en cuanto a cómo manejarse sobre un cable suspendido. El arnés Leo Messi, Neymar y Suárez como puntos de anclaje y Piqué -junto a Umtiti y Cillessen ayer- de red de seguridad. Se ha demostrado que esto es suficiente para salir victorioso de casi cualquier situación, pero a su vez queda patente que un día de estos puede producirse el accidente mortal. Eso sí, emociones fuertes de todo tipo no nos van a faltar.

Luis Enrique decidió no contar en su once titular con los recién recuperados Busquets e Iniesta, ni tampoco con Masche en su posición de mayor rendimiento -quizá por precaución-. Con estas ausencias -más la sanción por acumulación de Ney-, el margen de maniobra era mínimo. Cillessen bajo palos, línea de 4 sin sorpresas y arriba MS junto a Arda en la izquierda. Quedaba por definir la zona central. Por nombres no había muchas opciones más, es decir, André, Rakitic y Denis serían de la partida, pero por disposición Lucho volvió a confiar a Gomes el desempeño de MC del equipo, llevando al croata a su sector habitual y el gallego al perfil izquierdo. Esta disposición se tornaba en extraña cuando el Barça replegaba en el 1442 habitual de los últimos meses. Denis era el acompañante de André en el centro, y no Rakitic, hombre de mayor y mejor lectura defensiva. Algo que tendría su peso durante el partido.

El arranque confirmó la apuesta del Cholo. Presión alta y búsqueda de superioridades por ambas bandas. Lo curioso fue que esta vez la presión rojiblanca poco tuvo que ver con lo físico y la agresividad. Seguramente, durante el día de hoy, iremos viendo capturas de la disposición colchonera. Con Torres y Griezmann paralelos y sin encimar al rival, el Atleti permitía el primer y segundo pase blaugrana, todos en primera línea. En el momento que el balón se acercaba a banda o a zona central, esa presión si se tornaba «violenta». Se atacaba en bloque a la recepción de espaldas o lateral de la línea de pase elegida. Y sin más que un esfuerzo momentáneo, recuperación de cara o fin de la posesión culé.

En ataque el Atleti cargaba ambas bandas, llevando a sus laterales a posiciones ofensivas. Ahí, la capacidad de orden y lectura de la pareja Denis y Gomes era clave para no perder la batalla en zona central. Y eso ocurrió. Ambos debían tomar importantes decisiones tácticas que, en la mayoría de veces, acabaron exponiendo a su pareja de centrales. Durante media hora el Barça fue sometido y zarandeado sobreviviendo gracias al acierto de Cillessen.

¿Qué le ocurría al Barça? Pues varias cosas. En salida de balón lo de «siempre», algo que ya a nadie nos sorprende. La incapacidad de lograr superioridades colectivas ante la presión dejaba en manos de la individualidad el poder conectar con los tres de arriba. Esa individualidad debía ser una genialidad, es decir, recibir de espaldas apremiado por el rival, girarse, deshacerse del contrario y volar. Eso no hay nadie que continuamente lo haga. Claro que Iniesta es capaz de ejecutarlo, claro que Busquets está mucho más capacitado que los tres de ayer, pero no puedes dejar en manos de la inspiración tu salida de balón, puesto que te expones a un robo de cara con el equipo totalmente abierto. Tampoco se trabajó bien el balón en largo a Suárez, ayer único receptor. Si esos 60 metros de vuelo del esférico buscando al charrúa son parte de tu solución, deben ir acompañados de una respuesta colectiva, tanto de las bandas como del centro del campo, con el objetivo de manejar la segunda jugada, de sacar réditos de la voluntad de saltar líneas de manera directa. El siguiente problema fue la no presencia de Neymar, la vía de escape más sencilla. La capacidad del brasileño para ofrecerse al espacio y mediante la conducción dar respiro al equipo solo requiere de encontrarle. Arda, en una posición donde en los metros finales suma, nunca te podrá dar eso.

El asedio duró media hora. El Atleti sin el premio del gol cometía errores en la zona ancha y Gomes, aunque parecía empeñado en equivocarse una y otra vez, por insistencia, valentía y calidad logró rajar al Atleti. Y se equilibró el partido. El Barça por fin llegaba a las inmediaciones de Moyá y los colchoneros no recuperaban fácil. Esto permitió a Leo entrar en juego y rozando ya el descanso, conducción del argento con tiro a puerta que Suárez convertía en gol tras rechace del portero. Un 1-0 en el marcador que no premiaba al que más hizo durante 45 minutos.

A nivel de marcador, para el Atleti no debía ser un gran problema recibir un gol, pero moralmente hizo mucho daño. Aún así, ya en la segunda parte los del Cholo seguían disponiendo de oportunidades, si bien el Barça parecía con cierta comodidad, puesto que también era capaz de dañar. Este y no otro es el tipo de control del Barça de Lucho, la capacidad de amenaza y de anotar el siguiente gol.

Una acción poco inteligente de Sergi Roberto acarreó la segunda amarilla para el de Reus y que el Barça pasase a jugar media hora en inferioridad. Da la sensación que para Sergi, con el paso de los partidos, su reconversión a lateral le está suponiendo un sufrimiento extremo. La exigencia defensiva a la que se ve sometido, su poco peso con balón y las escasísimas situaciones en las que puede mostrar sus virtudes en banda acaban siendo una debilidad culé.

Y se vino el nuevo arreón del Atleti junto con el desajuste defensivo culé, a pesar de la entrada de Masche por Denis para ocupar el carril derecho. Los madrileños alcanzaban los últimos 25 metros de campo sin problemas y el Barça respondía aculandose y poblando su propia área. Ahí emergieron Piqué y Umtiti, jugadores que completaron un partido imperfecto, con varios errores, pero titánico y casi sobrehumano. Barrido de balones aéreos, 1 vs 1 sin ayudas, rechaces, despejes, interponerse ante tiros rivales… Y es que el resto de compañeros no ayudaban, es más, beneficiaban al Atleti. Masche tendía a cerrarse, Alba superado, primera línea defensiva inexistente… Ni la entrada de Busquets e Iniesta solucionó el desaguisado. No era cuestión de nombres sino de conceptos.

La expulsión de Carrasco retornó la igualdad numérica, pero el Atleti seguía siendo capaz de generar peligro. En cuestión de minutos marró un penalty, dispuso de dos ocasiones clarísimas y empató el encuentro gracias a Griezmann. El peligro de una prórroga se convirtió en plausible y no quedaba otra que sobrevivir como fuera. La expulsión final de Suárez retornó la ventaja numérica a los visitantes y el sufrimiento extremo a los locales. Pudo haber igualado la eliminatoria el Atleti, incluso ganarla durante los 90 -o 180- minutos, pero no fue así.

Nueva final para los de Lucho, cuarta consecutiva de la Copa del Rey. El objetivo de volver a tener un título a 90 minutos cumplido, el de que enero y febrero fueran el punto de inflexión en cuanto a juego de cara a encarar el último tramo de la campaña, a mi entender sigue quedando en el debe.

LAS NOTAS

CILLESSEN (8): La sensación de cierta inseguridad, de que el error puede aparecer sigue ahí. Eso sí, ayer el holandés fue diferencial, clave en alcanzar la final.

SERGI ROBERTO (4): Lo que algunos entendíamos que podría ser un proceso de aprendizaje para un jugador con ciertas características adaptables al puesto de lateral se ha convertido en un vía crucis para Sergi. Si al Barça le toca defender, se me antoja insostenible.

PIQUÉ (8): Gerard sufre en velocidad, cuando debe ir a banda, en el giro ante delanteros veloces, y ayer quedó patente. Pero sin su capacidad de dominio del área propia sería impensable no haber quedado eliminados.

UMTITI (8): Más que errores se vieron ciertas carencias, algo que con el tiempo deberá pulirse. Carácter ganador, capaz de sobreponerse a todo, perfil de titular.

ALBA (6): Poco despliegue ofensivo y superado por su par.

ANDRÉ GOMES (6): Tras su incorporación lo dije, necesitará bastante tiempo para adaptarse. Debe quitarse de la mochila ese segundo de más que necesita para ejecutar.

RAKITIC (5): De nuevo un partido intrascendente del croata.

DENIS (5): Anduvo perdido en sus novedosas funciones defensivas, y no fue alivio ni en transiciones ni como conexión con los de arriba.

LEO (8): Poco activo y menos activado por los compañeros que de costumbre. El que marca las diferencias.

SUÁREZ (6): Obligado a retrasarse en exceso como apoyo para intentar alargar cadenas de pases. Poca área rival pisó.

ARDA (5): Ni el contexto ni la posición se adaptaban a las características del turco.

MASCHE (5): Ocupó la posición de lateral derecho y no ejerció de ello. Veremos el alcance de la lesión.

BUSQUETS (5): Ante el vendaval no fue solución.

INIESTA (6): Dos conducciones y mono de trabajo.