Da la sensación que este Barça de Luis Enrique pasará a la historia como uno de los equipos más exitosos de este siglo XXI, así como de uno de los equipos más incomprendidos por los aficionados de este club y del fútbol en general.

Para algunos un genio, para otros un mero “pegamento” de talentos, Luis Enrique no entrará en el Olimpo de muchos entrenadores diferenciales que crearon un equipo indestructible con, probablemente, los mayores figuras que se han juntado en la misma época para deleitarnos cada tres días. Recordemos solo el año natural del 2015 y pensemos en un solo equipo de toda la historia de este deporte, capaz de doblegar al mismo. No hay muchos, por decirlo sin paños calientes, quizá no hay ninguno. Y habla uno de los mayores admiradores y conocedores del mejor Barça de Cruyff, de Pep o de Rijkard.

A veces da la sensación que este conjunto debería de jugar como los ángeles, pero no sólo eso, sino que debería hacerlo “solo” y es más, debería hacerlo sin bajarse del autobús. Y señores, eso no es posible.

Ayer teníamos muchos precedentes que no auguraban lo mejor, como rápidamente se prestó a aclarar Luis Enrique cuando tuvo un micrófono delante. Ay si en vez de tirarnos rápido a la polémica, cual periodista al que mueven ciertos hilos endogámicos, nos diera por escuchar un poco. Se venía de una primera parte desastrosa frente a la Juve. Solo a la altura del partido en París. Se jugaba contra uno de los rivales que mejor tratan el balón en toda la Liga y que además estaba en racha. Se tenía la baja de uno de los jugadores más desequilibrantes de la Liga… si a todo este le sumamos la obligación de ganar para no descolgarse quizá definitivamente de la Liga. Nos quedaba un panorama complejo y que el equipo se encargó de voltear en una muy buena primera parte emborranada por una endeblez defensiva, digna de estudio, que convertía en gol casi cada llegada de la Real. Llegándose así al 3-2 definitivo, que además de campear al descanso, lo haría al final del encuentro, dejando los tres puntos, que ayer más que nunca era de lo que se trataba, en casa.

Pero volvamos al principio, poco antes del pitido inicial. Estructura clásica en el equipo, dejando atrás el manido 3-4-3 y volviendo al 4-3-3 típico y característico. Bueno, típico y característico, no. Entremos en detalle.

Los interiores, algo con muy poco peso específico en teoría en este tercer año de LE, eran de largo recorrido. No están siendo las temporadas, por unas causas o por otras y si de personalizar se trata, tanto de André Gómes como de Rakitic. El portugués sabemos que será el futuro de este equipo y hubiera indicado que ese proyecto navegaba hacia buen puerto si su peso específico en el equipo estuviera acorde con su calidad. No está siendo así. Y el “sevillano” está ante su peor temporada. Quizá el jugador, Leo a parte, que peor le ha sentado la salida de Alves. No está y ya casi ni se le espera. No por reiterativo, sino como digo por su tremendo desgaste y el poco peso en el juego, uno u otro suelen ser el primer cambio de LE por Iniesta. En este caso le tocó al portugués. Y el manchego demostró que sigue estando a años luz del segundo mejor centrocampista del equipo. Terrible noticia.

Volvía Busquets a ser un activo en el césped y se notó, sobre todo en dicha primera parte. Luego el equipo dimitió o lo hizo él, no está claro si fue primero el huevo o la gallina, nunca lo está, pero lo que sí es claro es que la calidad del juego bajó dos peldaños y lo percibimos todos, el rival el primero, sabiendo que ayer se le escapaba una oportunidad única de puntuar en el Camp Nou. Veremos cuando se le vuelve a presentar.

Una de las novedades más interesantes, si de personalizar algo se trata, fue Paco Alcácer y su lectura de la posición de once. Entendemos que fue lectura premeditada por le cuerpo técnico, pero para entendernos no ejerció de “Ney”, aprovechando la cal para crear desborde y peligro desde la misma, y mucho menos de “Arda” centrocampeando desde esa posición. Por simplificar fue un nueve desde ese lado del campo un “Villa” y desde ahí su lectura del juego fue sublime. Coronándola con el tercer gol a pase del mega crack, como no podía ser de otra manera. Pero nos quedamos con la lectura y sensibilidad al fútbol azulgrana del valenciano. Ojo que ahí hay jugador azulgrana para largo…

A tres días vista del gran duelo ante la Juve, seguimos vivos en todos los frentes, seguimos con el mejor jugador del mundo en nuestras filas y con, probablemente, la mejor tripleta atacante del planeta. Que cada vez que nos llegan nos enchufan… bah, menudencias… ^^

Notas.

ter Stegen (7) Nada pudo hacer en los goles. Volvió a demostrar, tras la presión rival, que con los pies pocos porteros se le acercan.

Sergi Roberto (7) De nuevo lateral derecho. De nuevo 4-3-3. De nuevo seguridad en esta posición para el canterano.

Gerard Piqué (6). No se sabe por qué, pero como decíamos en la crónica, llegada del rival, gol del rival, y si alguien debe ser señalado, aunque me duela especialmente, es el mariscal de la defensa.

Umtiti (6). Por lo mismo que señalamos a Gerard lo hacemos al francés. Margen de mejora.

Alba (6).  Aun no sabemos muy bien por qué, suponemos que tiene que ver con el uso del 3-4-3, pero para Luis Enrique es reserva.

Busquets (6). Esperamos que vuelva a su ser en los partidos trascendentales que quedan de aquí a final de año.

André Gomes (5). Llegará.

Rakitic (6). Ya no llega…

Alcácer (7). Hay jugador para rato…

Leo (7). Tiene el fútbol en su cabeza y cuando activa sus piernas para interpretarlo sigue siendo el mejor.

Luis Suárez (7). Nueve brutal. Ojalá dure mucho…

Andrés Iniesta. (7) Ojo con el final de temporada que nos va a brindar el albaceteño.

Denis Suárez. (6). Cuarto interior del equipo. Al menos tiene el don de poder valer también para la posición de extremo.