El Villarreal CF ve cerca el camino de repetir navegación por Europa

El partido de la jornada 36ª que enfrentará en el Camp Nou al FC Barcelona y al Villarreal CF se puede calificar como uno de los clásicos entre dos de los equipos que, habitualmente, en este siglo XXI acostumbran a ocupar la zona noble de la clasificación de la Primera División. Si bien la historia, los títulos y el pedigrí de los culés están muy por encima de los amarillos, no es menos cierto que el conjunto de La Plana ha sido un rival siempre correoso para los azulgranas. Además, en esta ocasión, ambos necesitan puntuar para seguir en la lucha por sus respectivos objetivos: por un lado, los locales, por la conquista del título de Liga, mientras los visitantes buscan navegar una campaña más por fuera de nuestras fronteras, disputando competición europea, ya sea Champions o Europa League, una vez matemáticamente ambas son factibles.

El equipo dirigido por Fran Escribá acumula cinco victorias en las últimas seis jornadas y afronta este compromiso en, tal vez, en el mejor momento de confianza, juego y sensaciones de lo que se lleva de la temporada.  Y es que, en ciertos momentos, el bloque de los villarrealenses se ha comportado como una montaña rusa que ha generado dudas entre la directiva, hinchada, medios de comunicación y analistas que siguen el día a día del Submarino Amarillo. Es más, el técnico sigue sin conocer si seguirá en el banquillo un año más, pues prioriza los objetivos de la entidad que preside Fernando Roig antes que los suyos propios. No obstante, todo indica que seguirá dirigiendo a los amarillos la próxima campaña.

Para entender cómo juega el Villarreal de Escribá, su idea de juego, hay que comprender de dónde viene y la herencia recibida tras un periodo de casi cinco campañas bajo el bando de Marcelino García Toral con tres clasificaciones europeas, una de ellas para la disputa de la previa de la Champions League; una semifinal de Copa del Rey; y una semifinal de Europa League. El técnico valenciano plantea algunos conceptos distintos a los del preparador asturiano…aunque no tantos como parecen o parte de analistas y aficionados pretender ver. El ex del Getafe ha añadido al ideario de su predecesor más riqueza para ser proactivo desde el juego posicional, en fase ofensiva, aunque sigue adoleciendo de fluidez en este apartado, siendo más reconocible y peligroso desde la reactividad, a partir de generar peligro en transiciones y con el espacio como aliado. Con el tiempo y el diseño de la plantilla en los años posteriores al último descenso a Segunda División es un equipo que disfruta más jugando sin balón, sin la obligación de proponer, que con él.

Es evidente que la gran virtud del equipo amarillo es su fortaleza defensiva, como consecuencia de mantener un bloque en la retaguardia que lleva jugando prácticamente todos juntos en las últimas seis temporadas. A ello, hay que sumar la madurez de las distintas incorporaciones realizadas en las últimas campañas en que se ha tenido que reinventar, verano a verano. Junto a ello, las buenas actuaciones de Asenjo, trofeo Zamora hasta su cuarta lesión de ligamentos cruzados sufrida ante el Real Madrid en El Madrigal, y de su sustituto desde entonces, Andrés Fernández.

Sus números en sus desplazamientos son muy reveladores: 17 tantos a favor y 10 en contra, con la peculiaridad que solo Éibar y Alavés han logrado marca dos tantos a los amarillos en sus duelos a domicilio. Es decir, de 17 encuentros jugados lejos de El Madrigal, en 15 ha recibido 13 goles, menos de uno por un encuentro, a unos niveles parecidos a los del Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone. Como detalle final para calibrar la fortaleza de este Submarino Amarillo hay que señalar que ha competido, ofrecido su mejor versión, brillantez, buen juego y logrado mejores resultados contra los primeros de la tabla que con los que ocupan la zona media-baja, algo similar a lo que le ocurre a los de Luis Enrique.

Por todo lo expuesto, se espera un encuentro apasionante donde, a priori, será el FC Barcelona quien tenga que proponer y exponerse ante un rival que, más bien, opositará desde el orden y el repligue en tres cuartos para generar peligro con su gente de tres cuartos y ataque. Un escenario parecido a lo que se vio cuando el Villarreal visitó al Real Madrid (1-1), el Atlético de Madrid (0-1) o el Sevilla FC (0-0).

En cuanto al peligro de los amarillos, sus jugadores más en forma son los atacantes habitualmente titulares Soldado y Bakambu, quienes superar distintas lesiones graves han tomado el ritmo de juego y acierto cara a puerta en el momento clave de la campaña, junto con, tal vez, la incorporación que más está luciendo y más margen de crecimiento tiene de los llegados el pasado verano: el volante italo-germano Roberto Soriano. A ellos, hay que sumar el buen papel de Andrés Fernández supliendo a Asenjo y el trabajo colectivo en defensa del equipo que, a la larga, provocó la salida de Pato en el mercado invernal tras no confirmar las expectativas y la oportunidad de reivindicarse con los amarillos y marcharse a China. Su plaza fue cubierta con una nueva cesión del ariete asturiano Adrián López, procedente del Oporto.

A expensas de la última sesión preparatoria y teniendo en cuenta que son baja segura por lesión Asenjo, Cheryshev y Víctor Ruiz, además de la importante de última hora del capitán Bruno Soriano, alfa y omega del equipo, quién arrastra una tendinitis rotuliana en la rodilla izquierda. También es dudoso el concurso de Álvaro, como molestias en la cadera, mientras que el resto de la plantilla se encuentra en plenas condiciones de poder ser utilizada por Escribá.

Ante tal tesitura y en este espacio me aventuro a indicar que el Villarreal CF puede formar con el siguiente once: Andrés Fernández; Mario, Musacchio, Álvaro González o Bonera, Jaume Costa; Rodri, Trigueros, Jonathan Dos Santos, Soriano; Adrián y Bakambu, en una disposición que puede variar desde el clásico 1-4-4-2 tanto en ataque como en defensa a alguna variante 1-4-2-3-1 o 1-4-1-4-1 en fase defensiva, a la hora de replegarse.