CANTERANOS DE IDA ¿Y VUELTA?

Las recientes y contundentes palabras de Xavi Hernández sobre las fugas de canteranos que se vienen produciendo en los últimos años en el Fútbol Club Barcelona han causado mucho revuelo en el entorno barcelonista. Decía Xavi en una entrevista concedida al Diario Sport, que él es partidario de no recuperar a jugadores que se van, así como mostraba su sorpresa en que chavales de 16 o 17 años quieran abandonar el club. Dejaba además una frase rotunda en este sentido: “Tendría esta filosofía: has estado aquí, te has querido marchar, pues ya no vuelves”.

Como casi todo en la vida, generalizar no creo que sea la mejor solución, hay casos y casos, mismamente dentro de los ocurridos en la última década en el Barça encontramos el ideal de vuelta triunfal: Gerard Piqué volvió por apenas cinco millones de euros en el verano de 2009, cinco años después de salir rumbo a Manchester, y apenas nadie recuerda ese lustro de Gerard como Red Devil, siendo hoy por hoy, por rendimiento y carisma uno de los jugadores más queridos por el aficionado culé. Nadie duda del barcelonismo de Piqué aunque en el verano de 2004 hiciera las maletas para irse con Alex Ferguson.

Sin embargo, el mismo verano en que Piqué salía, lo hacía también Cesc Fábregas rumbo al Arsenal, rumoreándose prácticamente desde entonces con su vuelta, la cual se produciría finalmente en 2011 por 40 millones de euros. Sin embargo, con Cesc las cosas nunca llegaron a funcionar, dejando al margen cuestiones futbolísticas como que aterrizó en un equipo que contaba con el centro del campo perfecto, en el aficionado culé siempre hubo reticencias con él, nunca se quitó de encima la etiqueta de canterano repescado por mucho dinero, y estoy convencido que fue uno de los motivos por los que nunca acabó de hacerse un hueco en el corazón del aficionado barcelonista.

Este mismo verano hemos vuelto a vivir un caso similar con Héctor Bellerín, el jugador del Arsenal aparecía en el mercado como un perfil ideal para ocupar el lateral derecho del Barça en los próximos años, pero su situación se asemejaba demasiado a la de Cesc, no solo por ser el Arsenal su actual equipo, si no porque su nombre ya ha venido sonando desde hace meses como futurible y por la elevada cantidad que parecía iba a ser necesario desembolsar por él, no en vano el jugador renovó hace apenas 9 meses por el equipo londinense, algo que desde luego no facilitaba una hipotética negociación.

No es cuestión de analizar caso a caso, la gran mayoría de chavales que han salido no han salido precisamente ganando, ni mucho menos de demonizar a los chavales que deciden salir del club, ya que en algún caso puede que el contrato que se ofrece a un chico de 16 años pueda solucionar la vida a no solo a él, sino a toda su familia. Cada uno por tanto es libre de tomar sus decisiones y manejar su vida como lo crea más conveniente. Pero el Barça debe posicionarse y tener clara su filosofía en este sentido, las palabras de Xavi son las que el club debe transmitir hacia dentro y hacia fuera, hacia los chavales que deciden hacer las maletas y salir, y hacia los clubes europeos que después pretenden hacer negocio con esos chicos. Evidentemente habrá excepciones y circunstancias particulares de todo tipo, pero el discurso del Barça no puede ser otro que el que Xavi propone.

Evidentemente las palabras deben ir acompañadas de hechos, de una política de cantera que permita a los chavales que lo merezcan contar con minutos en el primer equipo, -a veces incluso en el segundo, el cual sigue una política de fichajes cuestionable en muchos casos y que daría para un artículo analizándolo en profundidad- y  gozar de oportunidades para hacerse un hueco. Si bien es cierto que en los últimos años solo Sergi Roberto ha logrado, no sin muchísimo esfuerzo, derribar ese muro que separa La Masía del Camp Nou.

Para un chaval que está en la cantera del Barça llegar al primer equipo debe ser su meta, su objetivo, su sueño, y no que cuando cumpla 15 años le llame el Arsenal o el Manchester City para irse a tierras inglesas y años después, quizá, poder volver a “casa” sin más.

Y es que Xavi es el mejor ejemplo de canterano que pelea para hacerse un hueco en el primer equipo, un jugador que fue entrando poco a poco, a sustituir nada menos que a Guardiola, que pasó por un largo periodo sin títulos durante la época de Gaspart, que fue cuestionado cada verano y que terminó como todos sabemos, como un icono del club, del modelo de juego que aquí se practica y como el mejor jugador de la historia del fútbol español (al menos en opinión de quien escribe). En definitiva, el discurso de Xavi debe ser el del Barça, y no hay nadie mejor Xavi para transmitirlo.