Nadie dijo que fuera fácil. Baskonia y Barcelona disputan una durísima partida de mus desde hace días que amenaza con prolongarse por más tiempo. Lo que pasa en los despachos de las dos entidades y en las cabecitas de sus dirigentes sólo lo saben ellos, así que desde fuera sólo podemos especular. Una vez aclarado esto creo que cada uno tiene su visión del complejo asunto, todas ellas enmarcadas en el delirante contexto de la norma del tanteo. Es lo que hay. A partir de aquí cada equipo juega sus bazas y sus faroles, uno y otro equipo con su parte de presión.

El Barcelona, tras unos años profundamente decepcionantes, necesitaba un golpe de efecto para volver a la élite lo antes posible. Quizá fue un error hacerlo de manera tan “agresiva”, no lo sé, pero entrar así al mercado era lo que el aficionado culé necesitaba tras un inicio de periodo estival titubeante. Los tímidos movimientos de Heurtel o Moerman debían ir acompañados de golpes de ilusión más contundentes, algún verdadero salto de calidad. Se hizo por partida doble en las dos posiciones más necesitadas con los dos mejores candidatos posibles. Porque más allá del nivel de ambos Larkin y Hanga llevan consigo la garantía de adaptación a ACB y también el hecho de ya conocer a Sito Alonso.

El Barça ahora tiene la presión de poder perderlos, sí, pero también la tranquilidad de que parece tener a los jugadores de su lado y no tantos competidores por ellos en el mercado europeo. Por Larkin no parece que vaya a haber una gran subasta porque la mayoría de equipos han cerrado su pareja de bases. Los griegos sí buscan algo en su backcourt, pero no parece que de ese calibre, mientras que otros necesitados como Efes o Maccabi han apostado ya por McCollum y Pierre Jackson, respectivamente. Claro que aparece CSKA en el horizonte, pero a falta de oficializar a Sergio Rodríguez posiblemente no era ni la primera ni la segunda opción de los moscovitas. El puesto de alero parece completo en casi todo los grandes equipos menos Efes, que incomprensiblemente prescindió de Honeycutt y donde Perasovic mataría por el húngaro. El propio Baskonia parece tener más necesidad de Larkin que de Hanga toda vez que Timma llega como fichaje estelar.

Claro que hay alternativas. Atado como parece Sanders si realmente van a por dos aleros convendría estar muy atentos a Ponitka (que parecía tenerlo hecho con los gasteiztarras), jugador polivalente que se puede emplear de alero y escolta y que saldría por un coste reducido. También vigilar de cerca al francés Axel Toupane, un perfil físico que se acercaría más al del deseado Hanga. Más difícil si cabe sería encontrar una alternativa de nivel para el base americano. Una vez Sergio Rodríguez parece hecho con CSKA sólo Brad Wanamaker podría ser un fichaje de prestigio, pero parece que acabará firmando con los Nuggets, por no hablar de que si se queda en Europa Fenerbahce parece destino fijo. Es decir, si lo de Larkin no sale no hay ninguna certeza en el mercado, y no sabemos hasta qué punto es una opción Rice.

Desde fuera da la sensación de que Tyrese Rice es un jugador irrecuperable para el Barcelona. Poco se puede añadir ya al análisis de la campaña del americano en el Palau, pues está todo dicho. Ahora no está Bartzokas, pero su comportamiento poco profesional ha traspasado todos los límites y llegado a despachos y compañeros, que lógicamente no pueden ver un referente en alguien que pierde un autobús cuando te juegas la temporada. Claro que no es un jugador acabado. Todos tenemos presente su segunda parte en ese partido en La Fonteta o su inicio de temporada. Tiene lagunas, por supuesto, las mismas que tenía cuando llegó, pero con Rice hablamos de algo más que de baloncesto, y si bien su etapa en el Barça está acabada sí es un jugador recuperable para el baloncesto europeo. No al precio de hace un año, claro. Todos saben que el Barça no cuenta con él, lo que unido a su enorme salario previene a cualquier interesado.

Y aquí entra Baskonia. El equipo vasco se ha caracterizado por una política de fichajes valiente, analizando las posibles oportunidades y asumiendo riesgos, a veces con buenos resultados y otros no tanto. Odom y Bargnani fueron un fiasco, pero también Rakocevic o Bourousis llegaron algo de vuelta y dieron un excelente rendimiento. Rice podría ser un caso parecido al de éstos dos últimos si el base americano restaura su cabeza a un punto anterior, a hace un año. Si es así Baskonia tiene ante sí una oportunidad de oro, porque difícilmente van a encontrar en el mercado alguien de su nivel para completar la dirección junto a Granger y Vildoza. Pero insisto, es una cuestión de fe. ¿Creen que su año es producto del terrible año colectivo del Barça o hay algo más? Y una cuestión económica, ni que decir.

Baskonia también corre riesgos con la decisión de igualar. Porque o bien han vendido una película con su presupuesto o simplemente es una gran estrategia para sacar tajada de perder a sus dos mejores jugadores. Claro que para el conjunto vasco es preferible ver salir a Larkin y Hanga destino al extranjero y no a un rival directo, pero bien sabe Querejeta que con quien más va a ganar es con el Barça. Los culés tienen la necesidad, el dinero e incluso a Rice. Baskonia dice que puede hacer frente a esos sueldos y el Barça que busca otros objetivos, pero están condenados a entenderse, sobre todo por el deseo de los jugadores. El Barcelona ha de poner la pasta y ello no debe suponer ninguna vergüenza, que a veces parece que debe pedir perdón por ello. Se han hecho las cosas fatal y de ahí la situación actual, pero hablamos del FCB. Aquí no existen las transiciones, sólo existe el ganar, y el camino más corto hasta allí es invertir. Ojalá se hicieran las cosas mejor y no se tuviera que llegar a esta situación, pero esta potente inversión es lo que se venía pidiendo desde hace tiempo. Nunca se puede exigir un funcionamiento similar a Baskonia porque sencillamente las exigencias son distintas.