La juventud como gran virtud

Su impetuoso primer choque como titular en la zaga azulgrana merecía un análisis reposado. En un partido incómodo, descontrolado y soporífero a partes iguales, Jorge Cuenca completó una actuación excelsa a todos los niveles. De hecho, resulta una tarea complicada encontrar un “pero” si no es porque el equipo de Gerard López no pudo mantener el cerrojo en la meta y volvió a ceder puntos en el Mini Estadi en su último partido. Porque mientras el equipo sigue asentándose en la categoría, algunos jugadores han comenzado a destacar por encima del resto. Y Jorge Cuenca decidió unirse a esa lista el pasado domingo.

El técnico de Granollers agitó la pizarra para suplir la baja de la lesión Ruiz de Galarreta y dibujó un 4-4-2 con rombo en la medular y con un Aleñá que abandonó la banda derecha para ocupar el carril central, en la zona del 10. La peculiaridad del once dejó varios detalles reseñables: el triángulo del centro del campo estuvo ocupado por Fali en la zona del pivote y Sarsanedas-Busquets en los interiores, ambos a pierna cambiada. Asimismo, Lozano y Arnáiz estuvieron en la doble punta, con el ex del Valladolid cayendo constantemente a banda izquierda. Sin Palencia ni Martínez, la última línea la completaron Dani Morer en el lateral diestro, Cucu en el izquierdo y Cuenca-Costas en el eje central.

Los jugadores zurdos tienen esa areola de ser peculiares. Van en contra de lo que podríamos considerar “natural” y, por esa misma razón, son tan especiales. Destacan por encima del resto, en cualquier demarcación. Sin José Antonio Martínez, con problemas físicos, Gerard López ha comenzado a darle minutos en la posición de central zurdo. El ex del Alcorcón comenzó a rodarse en la UEFA Youth League con el Juvenil A y poco a poco ha ido integrándose en la dinámica grupal. Y demostró una jerarquía impropia de un jugador de 17 años en una categoría tan complicada como la categoría de plata. Porque el Oviedo fue un equipo rocoso defensivamente y punzante buscando la transición rápida como remedio a la posesión estéril del filial. Y la gran actuación de Cuenca fue todavía más sorprendente por la inseguridad que transmitió Adrián Ortolá con el balón y, sobre todo, sin él. No se dejó contagiar y se anticipó a la gran mayoría de acciones de peligro. La presencia de dos pivotes en las zonas interiores dificultó la construcción desde atrás, pero mejoró con la caída constante de Aleñá y, sobre todo, la capacidad de Jorge Cuenca para superar la primera línea de presión mediante desplazamientos verticales muy precisos.

Porque el madrileño es un gran proyecto de central zurdo: reúne las condiciones necesarias para llegar a la élite del fútbol profesional. Estamos ante un jugador muy aseado con el balón, de gran zancada y con poderío aéreo. A nivel posicional, Jorge Cuenca es un central disciplinado e inteligente para lectura del juego. Resulta un elemento capital en la salida de balón por su precisa capacidad para salir con el balón controlado: su visión de juego le permite llevar a cabo desplazamientos verticales de gran valor.