Los resultados, la tarea pendiente

Cumplido el primer cuarto de la temporada en Segunda División, es momento para hacer balance. El Barcelona B, con tres victorias, cuatro empates y cuatro derrotas, y con los grandes momentos de forma de José Arnáiz y Carles Aleñá, ocupa una plaza en la zona media de la tabla (13º). En lo que es su tercera temporada a los mandos del filial, aunque sin experiencia previa en el fútbol profesional, Gerard López sigue buscando dar con la tecla a nivel de juego con la asignatura pendiente de sacar mejores resultados y hacerse fuerte en el Mini Estadi. Porque el potencial del equipo y de algunos jugadores en particular (Aleñá, Arnáiz, Busquets, Cuenca, Cucurella…) invitan a pensar al alza.

La pizarra de Gerard López en estas primeras 11 jornadas de la Liga 1|2|3 (una menos para el filial, con un partido pendiente frente al Nàstic de Tarragona) ha oscilado entre el 4-3-3 y el 4-4-2, aunque con mayor presencia del primer dibujo en sus dos vertientes: tanto simétrico con David Concha o Alfaro como asimétrico con Carles Aleña. Porque todo ha girado en torno a la presencia o no de Ruiz de Galarreta en el terreno de juego en la posición de interior diestro. Y porque el rival siempre juega: el técnico de Granollers diseñó un profundo 4-3-3 con dos extremos abiertos para combatir el 5-3-2 del Alcorcón en Santo Domingo o un 4-4-2 con rombo y tres teóricos pivotes para contrarrestar la fuerza del Oviedo en el centro del campo. La categoría de plata tiene la particularidad de que no hay rival ni estadio propicio; cada jornada es una final y los resultados son muchas veces impredecibles.

La irregularidad y la vulnerabilidad defensiva han marcado estos primeros pasos de la temporada. El filial sacó tres valiosos puntos del José Zorrilla en el debut, pero terminó sucumbiendo ante el Tenerife en casa y rescató un punto de Los Cármenes. La goleada al Córdoba en la cuarta jornada parecía un punto de inflexión, pero Santo Domingo, Lugo y Oviedo, en el Mini Estadi, y los Pajaritos se convirtieron en la peor pesadilla: dos puntos de 12 posibles y con la sensación de que al equipo le faltaba inspiración y brillantez en los metros finales, tan solo maquillados por un eléctrico Arnáiz por el sector zurdo y un excelso Carles Aleñá en el carril derecho. Los tres puntos frente al Lorca fueron el bálsamo que necesitaban para romper la dinámica, pero en El Sadar desperdiciaron una renta de dos goles y el partido terminó en tablas, pecando una vez más de equipo joven e inexperto.

Más allá de los resultados, la gran asignatura pendiente, la idea de Gerard poco a poco va calando en sus jugadores. El equipo está empezando a carburar y se palpa una claridad de ideas. Asimismo, el catalán ha sido capaz de generar un ecosistema favorable para que jugadores como Jorge Cuenca, Busquets o Sarsanedas, entre otros, con un gran potencial, pero con la juventud como mayor hándicap, hayan gozado de minutos y poco a poco se vayan asentando en la dinámica grupal y en la categoría.

Sin embargo, otros jugadores han perdido fuelle respecto a la pasada temporada. Es el caso de Marc Cardona o Alfaro, este último con una cantidad residual de minutos. El ex del Alcoyano fue una pieza fundamental para certificar el ascenso a Segunda División el curso pasado, pero la llegada de Concha y la nueva demarcación de Carles Aleñá, ubicado en banda derecha posicionalmente, pero que en la práctica tiene libertad para pisar zonas intermedias e incluso adquirir peso en la base de la jugada, le han condenado al ostracismo. La situación del delantero leridano es todavía más sorprendente pues su inicio de temporada resultó ser de lo más positivo, llegando incluso a anotar en la primera jornada, pero ha perdido protagonismo paulatinamente y ha quedado relegado a un segundo plano en detrimento de Anthony Lozano, que aporta un punto más de físico como referencia en ataque.

Por último, con el regreso de Sergi Palencia aún pendiente, debido a un tiempo de recuperación superior al que en principio se esperaba, el lateral diestro sigue siendo el eterno dolor de cabeza de Gerard López. La inestabilidad defensiva viene dada, especialmente, por el sector zurdo del ataque rival. Ni Dani Morer, el relevo natural, ni las alternativas de Tarín y David Costas han ofrecido solidez. Eso convierte al filial en un equipo vulnerable, débil y susceptible a nivel de protección.