Dudas, Luis Suárez transmite dudas en cada uno de sus movimientos, en cada uno de sus goles fallados. Transmite sobre todo impotencia, tanto física como técnica, para superar al rival. Cada balón dividido, cada reto con el rival, cada enfrentamiento con el marco contrario, se define desde la inferioridad del uruguayo. Parece un jugador “menor”, cuando no hace tanto era el mejor nueve del planeta.

Es posible que esté pagando más que nadie la salida de Luis Enrique y de Neymar. La importancia del tridente, la forma en la que estaba diseñado el equipo en años anteriores, era la idónea para explotar las características de la MSN. Con la llegada de Valverde y la salida de Neymar, el equipo parece más ADN Barça en ese tema en concreto. Y quizá lo está pagando Luis. De hecho ahora a veces no es el nueve puro del equipo y vuelca más hacia el vació dejado por el carioca en banda izquierda, dejando muchas veces la ocupación del centro al hombre que tiene el don de la ubicuidad en este equipo. El eterno diez.

Además cabe añadir que el estado físico de Suárez no parece el idóneo. Un quiste en la rodilla que implica una operación pospuesta sine die, hace que el delantero no acabe de rendir acorde a las circunstancias. Es cierto que el uruguayo suele ser de lento arranque, no hay más que recordar el número de minutos que estuvo sin anotar tras su debut con el equipo. Pero estamos entrando en Noviembre, segundo parón de selecciones y el nueve no está, aunque se le espere.

La mayoría creemos que cuando llegue la hora de la verdad, Luis estará a su nivel y volverá a ser diferencial. Pero no está de más recordar su edad, 30 años, y que quizá ya ha comenzado su cuesta abajo. También hay que meter en la balanza que hablamos del inseparable de Leo. Y que, como digo, no hace tanto que ha decidido partidos casi, casi solo. Además no se le puede evaluar solamente por los goles; es un jugador diferencial también a la hora de generar huecos, de presionar, de ayudar al compañero. Todo esto debe ser incluido en la balanza, por mucho que a cualquier nueve se le suela medir en general por los golpes que anota al rival.

Mi opinión personal es que acabará funcionando, sumando y que en los partidos importantes volverá a ser decisivo, diferencial. Pero esto es más una apuesta, una sensación que otra cosa. Paciencia. Aunque esto en el fútbol actual cada vez esté más caro…