La elegancia de Álex Collado

Pocos rasgos comparten el Juvenil A de la presente y pasada temporada. Empezando por el banquillo, en posesión de García Pimienta, hasta llegar a la columna vertebral del equipo: jugadores de la dimensión de Jordi Mboula, Lee, Abel Ruiz, Carles Pérez, Oriol Busquets, Cucu, Dani Morer, Oriol Rey o Eric Montes, por un motivo u otro, abandonar el barco. Gabri, a quien Sion le abrió las puertas con la competición en marcha, diseñó un equipo quizá con menos talentos individualidades, pero con más potencial coral y con una identidad propia de juego. Totalitario en Liga, los azulgranas tuvieron opciones de completar una campaña perfecta con la UEFA Youth League -llegó a la final a cuatro- y la Copa del Rey, pero fueron incapaces de gestionar las eliminatorias del KO.

El Juvenil A de la 2016/17 tenía un once titular muy definido y con nombres más que interesantes. El desequilibrio de Lee, la clase de Abel Ruiz, el desborde de Mboula, el equilibrio de Busquets, la contundencia de Eric Montes, la sobriedad de Cucu, la solvencia de Dani Morer y, en especial, la elegancia de Álex Collado. El de Sabadell, que llegó al club procedente del RCD Espanyol en 2009, es de los pocos que continúan en plantilla. Junto a Labinot, Riqui Puig, Sergio Gómez, Mateu Jaume y Miranda, entre otros, es de los jugadores que llaman la atención por su propia cuenta. Su virtud para agitar la pizarra con un simple movimiento o un simple pase lo elevan a esa categoría de jugador: resulta imposible no centrar la mirada sobre su figura cuando tiene el balón en su poder.

La elegancia de su zurda

El catalán es un centrocampista zurdo técnico y elegante. Asentado en el interior diestro, Collado tiene la determinación para resolver las distintas situaciones del juego en fase ofensiva. Porque su presencia en la zona de ¾ es un elemento clave; el azulgrana apenas tiene peso en la base de la jugada y, por tanto, no hablamos de un organizador ni tampoco de un distribuidor. Con la escasa implicación defensiva como mayor hándicap, no duda en asomarse a la mediapunta para dibujar el último pase o definir gracias a su brillante golpeo desde la media distancia. Con el balón tiene la templanza necesaria para serenar el juego y desordenar al rival en estático. De la generación del 99, Álex es intermitente e irregular en su rendimiento, pero atesora mucha calidad y es un factor diferencial en la medular.

La línea a nivel de crecimiento es ascendente, pero alterna minutos muy positivos con minutos de inoperancia al estar alejado del esférico. En definitiva, hablamos de un perfil de jugador de momentos, de rachas, con capacidad para romper la dinámica de un partido con cualquier detalle, pero también incapaz de mantener un nivel alto de participación estable.

El Juvenil A y los buenos resultados

Es evidente, eso sí, que es protagonista del gran momento que atraviesa el Juvenil A en cuanto a resultados. Sobrevivió a la mala racha en el campeonato doméstico de finales de octubre (dos puntos de nueve en la última quincena) y enderezó el rumbo con un 15 de 15 en las siguiente cinco jornadas encajando solo tres goles. Por su parte, en la UEFA Youth League se mantiene imbatible con cinco victorias en la fase de grupos y con el cerrojo absoluto en su meta y una media de más de dos goles por partido, lo que lo elevan a lo más alto de la tabla.