Decía el gran Andrés Montes que Robert Horry era “ese extraño elemento” dentro del ecosistema de los Lakers, que les permitía precisamente ejecutar al resto de las “estrellas” sus acciones más típicas de la forma más natural posible. Este podría ser un buen resumen de lo que es Paulinho para este Barça de Valverde.

Un jugador sospechoso en sus orígenes, allá por el verano, donde cualquiera insinuaba temas de comisiones por aquí, o preguntas sobre cómo un jugador venido de la liga China y que fracasó estrepitosamente en la Premier, tendría hueco en este nuevo proyecto.

La ignorancia es atrevida y a Paulinho no había por donde encajarlo rondando el mes de Agosto. Parecía de los cuatro fichajes que se cerraban, el más sospechoso de ser incapaz de formar parte del engranaje azulgrana. Y sin embargo es uno de los jugadores que más protagonismo ha adquirido en este equipo durante estos cuatro meses de competición que llevamos. No precisamente para mal. Los que comentaban que Pauilinho sería recurso y nunca discurso, se quedaron sin argumentos allá por el mes de Octubre. Y el avance inmaculado del equipo bien entrado Enero así lo indica. Paulinho te permite acciones naturales en el once azulgrana que de otra manera sería complicado de ver.

Es evidente que, si las apuestas le veían como descanso de Busquets, estas han perdido todas sus opciones de ganar cualquier partida; Ernesto lo ve cuanto más lejos del marco propio, mejor. Se acaba convirtiendo en el socio ideal con balón y sin balón. El primero que salta a la presión arriba y que permite a Busquets que su ansia de ocupar espacios, no sea fácilmente salvable por el equipo rival dejándole vendido. Cuando de realizar un doble pivote con Rakitic se trata es el que se acaba descolgando al marco rival. Carga área con una facilidad pasmosa y como se suele decir, los goles se le caen del bolsillo. Siempre está ahí, eso no es suerte.

Con Leo forma también una sociedad especial, ya sea en las inmediaciones de la frontal o cerca del centro del campo, es el socio ideal para el astro argentino. Se asocia al primer toque, le ofrece una línea de pase y se la devuelve con una calidad extraordinaria. Si había dudas sobre si el equipo había fichado a un “jugador no dotado técnicamente” creo que esas dudas ya se están disipando. Y además el diez ya sabe quien le puede rematar esos pases de la muerte además de su amigo uruguayo.

Hablando del nueve, hubo muchas dudas de si volvería a su más alto nivel después de un comienzo titubeante. Hoy ya nadie se hace ese tipo de preguntas sobre si el nueve volverá a ser uno de los delanteros centro más determinantes del mundo. Buena parte de ese trabajo se lo debe al brasileño, que recordemos, internacional por su país y uno de los máximos goleadores de la canariña. Si el área se carga por más de un jugador, las posibilidades de que la defensa no esté centrada en tu presencia aumentan exponencialmente…

Habrá que ver cómo encaja esta punta del iceberg con la calidad de Coutinho encima, pero de momento sabemos que ambos hablan el mismo idioma, no solo brasileño, sino que el gol y la alegría de este deporte están en sus vitrinas. Lo que sí es cierto es que en el clásico fueron Leo, ter Stegen, Paulinho y ocho más. Y eso ya es decir mucho.

Por fin presencia física y una sonrisa de jugón que se pasea por el césped del Camp Nou. El nexo de unión entre el juego controlado propuesto por Ernesto y el desequilibrio propuesto por Luis Enrique tiene un dorsal quince a la espalda. Disfrutémoslo y dejemos de intentar justificar nuestros juicios sin argumentos del verano. Nos irá mejor a todos…