En un homenaje al videoclip de Dead End Street de The Kinks, Oasis decidió en 2005 dar a luz al vídeo musical que acompañaba a la pista The Importance of Being Idle. En él, Rhys Ifans (Harry Potter y la Relíquias de la Muerte o Notting Hill) se levantaba un buen día con el único propósito de prepararse para su propio funeral. Pero, en este caso, no solo para terminar, en mitad de la canción, dentro de una ataúd, sino para ver en primera persona como sus familiares y amigos le despedían. En una canción titulada “La importancia de ser perezoso”, Ifans asistía a su propio funeral. Más allá de la ironía del asunto, lo sucedido en Stamford Bridge el pasado martes se antoja tan homenaje a Oasis como lo fue lo que estos hicieron con The Kinks, pero esta vez el que rendiría homenaje al grupo británico sería el Barça, y el protagonista, Paulinho.

Todo lo que tiene un comienzo, suele tener un final y desde que Paulinho se hizo con un hueco habitual en el once de Valverde sabíamos que, tarde o temprano, con el paso del tiempo y el aumento de la exigencia tanto por parte del propio equipo como de los rivales, acabaría caducando su utilidad a noventa minutos. Mientras todo lo demás tomaba forma, el brasileño servía para llenar el vacío que había dejado Dembélé, convertirse la amenaza que hasta diciembre no fue Luis Suárez, asociarse con Leo en zonas avanzadas del campo… una serie de acciones en las que sí tenía sentido mientras Ernesto acababa de redondear el resto. En sintonía el resto del once, Paulinho llegó a su fecha de caducidad ante el Chelsea. Y Valverde era consciente incluso antes, pero no tenía donde cogerse. Como dijo tras el empate en Londres, “Paulinho en el once titular es una certeza y no es el momento para inventos”.

Los inventos, sin embargo, ya se han dado durante la temporada. Desde la lesión de Dembélé, varios nombres y sistemas han copado el once blaugrana, pero ninguno ha llegado a generar un clima de harmonía como el que proponía Paulinho, una harmonía necesaria en tanto que Valverde precisaba cuadrar otras zonas del campo con las que sí contaba con la pieza correcta. Y si bien todos y cada uno de los que lo han intentado se han demostrado útiles en algún contexto, ninguno ha convencido como discurso. Ni siquiera el conjunto de Semedo con Sergi Roberto, puesto que el portugués parece haber ido perdiendo aquello que sí parecía aportar de un inicio. Como tampoco André Gomes quien, si bien se había postulado como un posible recambio de hombre por hombre con Paulinho, finalmente había dejado claro que su amenaza ofensiva no era suficiente para complementar aquello en que sí era mejor que el otro. El brasileño era el único que se había mostrado capaz de no descompensar el equilibrio blaugrana. Hasta el martes.

Así pues, como Rhys Ifans, Paulinho era testigo de su propio funeral, aquél con el que se terminaba su capacidad para no interferir en el sistema de Ernesto a pesar de estar presente, mientras que a lo largo de toda la temporada se había estado preparando para ello. Enterrada la opción del brasileño, a Valverde no parece quedarle otra que darlo todo por Dembélé, y durante la próxima temporadas deberá persistir en ello si no quiere verse en la obligación de revertir el proceso y hacer que el Rhys Ifans del Barça salga de su tumba.

Para los curiosos…

Dead End Street – The Kinks

The Importance of Being Idle – Oasis

Paulinho – Chelsea vs FC Barcelona