¿Podéis sentir ya los nervios de Final Four? Yo tampoco. Porque el Barça lleva desde 2014 sin pisar una, aunque en ese caso mejor no haberlo hecho. Desde entonces se ha caído dos veces en cuartos y las otras dos (ya en el nuevo formato) ni siquiera se han alcanzado los Playoffs. Un bagaje tristísimo para un equipo que se había convertido en uno de los protagonistas del basket europeo.

En Belgrado se dan cita los cuatro equipos que más lo han merecido, sin duda. CSKA Moscú, Fenerbahce, Real Madrid y Zalgiris Kaunas tienen en común algo que el Barça de momento ni alcanza a oler: identidad. En algún momento de la temporada los cuatro han pasado dificultades, pero agarrándose a su juego han sobrevivido en una competición que no puede ser más exigente. El Barça tiene que aprender y mucho de los contendientes de esta F4 2018.

De CSKA, pese a que tiene el dinero por castigo, se pueden aprender cosas. Por ejemplo, en configuración de plantilla. El dinero tiene que ir al “1” y el “2”. Quien tiene creadores en el juego exterior domina el baloncesto, y los rusos pusieron todo para tener el mejor backcourt de Europa con Teodosic-De Colo primero y luego Sergio Rodríguez-De Colo+Westermann+Higgins+Fridzon.

El resultado es que salieron de la monotonía del juego de Messina y con Itoudis encontraron la fluidez para ser una máquina de ganar partidos, aunque siempre bajo sospecha en partidos de F4.

¿Cómo no aprender del Real Madrid si compite en las mismas condiciones que el Barça y ha dominado el baloncesto doméstico y ya se ha hecho un habitual de las F4? Es el ejemplo más claro de lo que se mencionaba arriba sobre la importancia de tener una identidad. Nadie ha pasado más penurias este año en forma de lesiones. Desde el comienzo sin su santo y seña Llull, meses sin Ayón, Kuzmic out para lo que resta de temporada, problemas de todo tipo en el puesto de “4”, sin Campazzo en el momento clave, Doncic sobreexplotado con 19 años…Y se han colado en la F4.

Porque cuando parecía que iban a caer a la lona mantuvieron la calma y siguieron jugando a lo que saben, agarrados a la fe en la que creen y que llevan practicando desde la llegada de Laso. Al entrenador blanco se le podrán achacar muchas cosas en cuanto a incidencia dentro de los propios partidos (o no), pero esta identidad ha sido diseñada por Pablo Laso. Porque el Real Madrid estaba KO en la final de Copa y regresó hasta tener bola para ganar. Porque cualquiera se hubiera hundido tras la paliza del primer partido de 1/4 en el OAKA, pero este Real Madrid siempre vuelve. Si ganan en Belgrado tendrá un mérito extraordinario.

Aunque para méritos el Zalgiris Kaunas de Jasikevicius. Perdieron a Westermann, Lekavicius, Lima o Motum, y aunque se reforzaron bien nadie daba un euro por ellos. En la previa que hicimos en Rondo Blaugrana el que escribe esto pronosticó que quedarían entre los cuatro últimos. Y vaya si me equivoqué, de los cuatro últimos a los cuatro mejores. Y todo esto es mérito de Sarunas Jasikevicius.

Porque la realidad de Zalgiris nada tiene que ver con la del Barça, pero también estaban pasando un momento histórico duro hasta la llegada de Saras. Seguían dominando su liga, pero en Europa se habían convertido en poco menos que un sparring. Y Jasikevicius le ha dado la vuelta a la situación con pasión, principalmente. Claro que hay cuestiones tácticas que hacen de Zalgiris un equipo superpreparado, pero ante todo les define la confianza con la que juegan. La enseñanza que le da Zalgiris al Barça es muy simple: tenían al candidato ideal para relevar a Xavi Pascual delante de sus narices y, como siempre, les ha pasado por delante sin hacer nada. Había que darle todo a Jasikevicius, que es lo que ha hecho Zalgiris y lo que posiblemente hará CSKA Moscú este año o el siguiente.

Cinco años lleva Obradovic en Fenerbahce. Un primero de ensayo y error que resultó decepcionante. Un segundo para poner los cimientos del equipazo que iba a venir, aunque a la hora de la verdad arrasado por el RM en F4 y ni final en Turquía. En el tercero ya se aprecia una evolución clarísima, se meten en F4 y están a un rebote defensivo de ganar el entorchado. Y un cuarto año donde a pesar de no pocas dificultades anteriores arrasa en cuartos y en su F4. Et voilà, ya tenemos un gigante del baloncesto europeo. Con una enorme cantidad de dinero detrás, sí, pero trabajando a las mil maravillas y siguiendo un proceso lógico para cualquier proyecto ganador.

Porque al margen de la singularidad de su plantilla (rotación corta pero de mucha calidad), modelo probablemente no exportable a ACB, lo que distingue a Fenerbahce es que trabaja con una coherencia extraordinaria. Desde la directiva a la pista pasando por la dirección deportiva y el banquillo, por supuesto. Zeljko Obradovic ha impuesto su lógica, una indudablemente ganadora, y todo el club le sigue. El resultado es un equipo reconocible en todos los ámbitos que se sabe cómo se va a comportar dentro y fuera de la cancha. Y eso es gracias a tener un líder creíble. El Barça no lo tiene ya porque no ha querido.

En fin, que cuando trabajas de manera coherente las cosas suelen funcionar. Si los que mandan dejan margen para el trabajo de los que realmente saben, la dirección deportiva tiene la libertad para gestionar el proyecto sin injerencias y de manera coordinada con el entrenador y éste goza de paciencia y confianza lo normal es que los frutos acaben llegando. Muchísimo suponer en el Fútbol Club Barcelona desde hace años.