A qué huele…
Treinta y uno de Agosto… y ya estamos ansiosos por catalogar el fútbol del equipo. Paciencia. Esto no ha hecho más que comenzar.
Aun así, ya podemos empezar a esbozar de qué va el equipo, hacia donde apunta. Sensaciones más que datos tangibles. Intentaremos ser lo más pragmáticos posible y ceñirnos a los hechos, más que a los intangibles.
De facto indicaremos los fichajes realizados este verano, esto nos indicará cual es la idea del entrenador en lo que respecta a piezas disponibles. Hacia donde apunta Valverde, o al menos si le interesa más un caballo o un alfil en su tablero. Nos quedamos con cuatro nombres propios y cómo respiran los mismos.
Comencemos por la defensa; Lenglet. A nadie escapa que Piqué no puede, ni debe jugar los setenta partidos que se vienen esta temporada. El fichaje francés ofrecía la duda de que es perfil zurdo, con lo que a priori parecía más indicado para sustituir a Umtiti que a Gerard, pero sin embargo Samuel sí puede jugar en el perfil diestro sin ningún problema, de hecho se maneja bien en el mismo y, previo a su lesión de Diciembre, se mostró como uno de los mejores centrales de Europa y en el que es posible descansar el sistema defensivo del equipo. Pero volviendo a la incorporación de este verano, nos indica el perfil de central que demanda este equipo; fiable en defensa, pero sobre todo con buen pie, primando la salida de balón. Seña de identidad de este equipo.
El centro del campo es donde más movimientos se han realizado. Arthur y Vidal deben de ser puntales en dicha zona del césped. Y esto nos indica un muestrario de intenciones bastante relevante. Del protagonismo que tenga el brasileño y el chileno en el equipo, tendremos un buen termómetro de a qué se pretende jugar, porque en todos los equipos, pero más en este, la personalidad del mismo se define alrededor de la medular.
Si es el brasileño quien coge las riendas del juego, intentaremos, salvando las distancias, volver a ordenar todo desde el balón. La posesión y el criterio en la distribución seráb importantes. Sé que nombrar a Xavi Hernández son palabras mayores, pero por fin se ficha un centrocampista de este perfil. Clara declaración de intenciones, además de la subida al primer equipo de Aleñá y probablemente de Riqui Puig. La pelota vuelve a ser protagonista.
Este mensaje puede ser contradictorio con el que se lanza al fichar a Arturo Vidal, pero lo que sí nos dice es que el perfil “Paulinho” no era un capricho puntual, sino que es algo en lo que Valverde cree y necesita. Sino como discurso, sí como recurso. Ese centrocampista físico con llegada y presión, parece necesario al menos como pieza accesoria a la que recurrir según navegue un partido puntual o demande el rival de turno. Enriquece el catálogo del equipo, pero entendemos que no varía el guión; ganar los partidos desde el buen juego, desde la pelota. Este mensaje y no otro es el que define al equipo. A Valverde, en este su segundo año, se le pueden pedir competir por todos los títulos en juego, pero a diferencia del año pasado, el juego también debe enamorar.
Capítulo aparte merece el fichaje de Malcom, del que todavía nos falta entender bien su rol. Podemos estar hablando de ese “abrelatas” en banda que te aporta algo diferente y te ofrece regate, uno contra uno y capacidad, tanto de romper desde la línea de cal partidos cerrados, como ofrecerte la salida en velocidad necesaria ante el repliegue del propio equipo. Probablemente hablamos de ese verdadero “extraño elemento” de la plantilla, siempre necesario para romper el discurso tanto propio como del rival. Es una apuesta, tengamos en la cabeza que es un jugador de veintiún años. Lo que sí parece claro que no viene a quitar minutos ni puesto a Dembélé, como algún agorero vaticinaba. ¿Puede acabar siendo un nueve estilo «Alexis»? Veremos.
Esperemos que tanto Ousmane, como Coutinho vayan cobrando un mayor protagonismo en el equipo a medida que avance la temporada. Y su calidad se notará más pronto que tarde. No son fichajes de hecho ejecutados esta temporada, pero será en esta 2018/2019 cuando su fútbol se irá volviendo tan diferencial que definirá la personalidad de este Barça de Ernesto. Tiempo al tiempo…