El mayor reto del sargento Pesic

Svetislav Pesic se encuentra ante el mayúsculo reto de reanimar un equipo que lleva años dando bandazos. El serbio ya hizo aparecer brotes verdes la temporada pasada con alguna gran victoria en Euroliga (todos recordamos el +27 en la pista de Olympiakos) y, en particular, con el título de Copa que el conjunto culé logró con brillantez en Gran Canaria, pero esta vez se le exigirá más, mucho más. Además, la presencia de Pesic nos recuerda a las épocas doradas de Bodiroga y la Euroliga de 2003, y ese aroma ganador transmite un cosquilleo adictivo. A pesar de todo, esta vez es muy diferente, y el equipo tiene el reto de luchar ante el campeón de Europa y de ser una opción al título de ACB y al de Euroliga. Si Pesic está ante su Capilla Sixtina o ante su Waterloo lo dirá el tiempo.

El Barcelona Lassa se reforzó mucho, pero la renovación del veterano técnico serbio es el movimiento más relevante del mercado barcelonista. Una vez se aplazó otra temporada más el debate sobre el fichaje de Sarunas Jasikevicius, eterno debate ya, retener a Pesic era el mejor movimiento que el barcelonismo podía esperar. Se trata de un técnico muy conocido por la parroquia culé, que garantiza competitividad, tensión, defensa, presión a los árbitros, trabajo, garra y fortaleza mental en los momentos importantes. Cuesta encontrar similitudes con el Sito Alonso que reemplazó y que se quedaba con semblante inexpresivo ante malas actuaciones o polémicas arbitrales.

La confección de la plantilla del Barça Lassa nos dibuja un equipo que será sólido; el juego interior es, potencialmente, el mejor de Europa. Si Seraphin vuelve a su nivel y Tomic rinde como en la segunda mitad de la última temporada, el fichaje de Singleton completa un Barcelona temible en la pintura, y eso sin contar con el excelente servicio que puede ofrecer Pustovyi en la rotación, la garra de Oriola y el margen de crecimiento de Smits.

Es por fuera donde el equipo despierta dudas, Heurtel y Pangos serán una pareja de bases con un talento ofensivo mayúsculo, y nadie discute lo bien cubierta que está la posición. Es en el alero, con Claver como suplente del excelente Adam Hanga, donde hay comienzan las dudas, y, en particular, en la posición de escolta también parece que puede haber un gran problema; Pau Ribas se queda muy corto para toda una temporada y el recién llegado Kyle Kuric ofrece puntos a raudales pero no es una estrella.

La llegada de Jaka Blazic para cerrar la plantilla ha decepcionado a muchos, no por el nivel del jugador esloveno, que es un excelente defensor y un jugador completo e ideal para redondear y complementar una plantilla. Simplemente parece que faltaba ese algo central que complementar, y, por ello, todo el mundo esperaba que el último fichaje fuera un exterior de relumbrón y con talento ofensivo, un ‘go-to guy’; Delaney, Nunnally, Norris Cole o Larkin eran nombres que podían ilusionar, tras tener atado a Brad Wanamaker a inicios de verano, antes de que el jugador estadounidense cerrara su contrato con los Boston Celtics, pero no llegará nadie de ese perfil.

La solidez que Pesic imprime a sus equipos es la mejor garantía de que el Barça Lassa competirá, y también es la mayor razón para la maltratada afición culé para recuperar la ilusión. Lo cierto es que, teniendo en cuenta la trayectoria de Pesic, no es poco, pero habrá que ver si esta vez será suficiente.