Semedo no va a triunfar en el Barça, o al menos no va a ser nunca el lateral diestro titular del equipo durante años como se podía pretender cuando se le fichó en el verano de 2017. A estas alturas ya lo sabe él, Valverde y el club, que posiblemente no esperaban que Sergi Roberto se asentara de manera tan contundente en la banda. Afirmación atrevida y quizá precipitada, pero la sensación es que no se dan las circunstancias para que pueda haber «sorpasso».

Y eso que Semedo no ha jugado poco. La temporada pasada llegó casi a los 2500 minutos oficiales, jugando además partidos de bastante exigencia. En la presente ya está casi en 800. Eso sí, la mayoría de sus participaciones tienen que ver con lesiones, rotación o cambio de posición de Sergi Roberto. El año pasado Valverde apostó varias veces por el 20 en el lado diestro del ataque y este año lo intentó con él como interior o mediocentro, aunque siempre acaba volviendo al lateral. Es decir, Semedo en ningún momento se ha impuesto por méritos propios, y eso que el potencial está a la vista.

Cuando miras a Semedo ves a dos jugadores, el jugador que es y el jugador que debería ser, aunque no parece que pueda tirar la puerta abajo. En primer lugar porque tiene una competencia que le supera. Sergi Roberto está en la mejor edad, mejorando sus defectos, siendo clave en la salida de balón y tiene un entendimiento del juego muy superior al suyo. El portugués por su parte posee un físico imponente, una defensa individual notable y potencial técnico infravalorado, pues no ha demostrado tener mal pie. A simple vista parecen dos jugadores perfectos para complementarse en la posición y también para utilizarlos como en los últimos partidos, como recurso para cerrar partidos, aunque con Messi de vuelta estará por ver esta posibilidad.

¿Tienen solución los defectos de Semedo?

Sergi Roberto es ya una gran realidad, aunque su margen de mejora ya parece escaso, mientras que Semedo posee un gran potencial que no es capaz de desarrollar. Más allá de que es un lateral más exterior que el canterano, los problemas de Semedo tienen que ver con su entendimiento del juego, la relación con sus compañeros (Messi, especialmente) y su toma de decisiones. Tiene la técnica para salir desde atrás limpiamente y el físico para llegar cuantas veces quiera arriba y regresar, pero entre medias le falta convicción, puntualidad para el desmarque y último pase. Al margen de algunos problemas de concentración, de lectura y elección en campo propio lo que le separa de la titularidad es su juego en campo ajeno, especialmente en los últimos metros, donde rara vez es productivo.

Evidentemente puede mejorar, pero el Barça no tiene tiempo y menos Valverde, amigo inseparable del cortoplacismo. El técnico extremeño además le cortó las alas el año pasado cuando mejor estaba jugando y parece que en este se repite la historia. Posiblemente lo que necesite Semedo sean muchos partidos seguidos, confianza para soltarse arriba y ganar seguridad en su juego, todo ello suponiendo que realmente tiene esa capacidad de aprendizaje y que es más de lo que vemos.

El futuro

A Valverde le conviene tener activada esta pieza del equipo, pero está por ver si el Barça sigue pensando en él para el futuro, pues Sergi Roberto tiene 26 años, hace unos meses se apostó por Moussa Wague y por detrás existe la incógnita de Morey. Una vez más se le presenta a Ernesto Valverde la disyuntiva entre priorizar el ahora o sembrar para el futuro, aunque desde dentro sabrán con más certeza si realmente el portugués podrá ser algún día mejor de lo que es hoy Sergi Roberto.

 

Cuando acabe la temporada (suponiendo que la situación no cambie) las dos partes deberán hacer balance de las dos campañas y analizar qué esperan el uno del otro. El Barça ha de valorar si se conforma con esto o aspira a algo más, que en el fondo es una cuestión de fe en Sergi Roberto más que en Semedo, pues al canterano todavía se le va a medir en los cruces europeos. El club también seguro valorará que podría ser uno de los jugadores por los que recaudar. Semedo deberá pensar si puede aspirar a algo más, es decir, a la titularidad en otro equipo de la élite continental, cosa que siendo chico Mendes seguro le ayudará. Conviene recordar que será año de Eurocopa y no se querrá volver a perder otra gran cita con su selección como ya ocurriera en el Mundial de Rusia.

Le quedan unos meses a Semedo para demostrar por qué estar aquí o irá al escaparate. Sabe que no se lo van a poner fácil y que todo depende de él y su capacidad para dar el paso adelante que se le exige, pero en Nelson Semedo hay lateral, un buen lateral.