El Barça Lassa claramente está en una buena dinámica. Mejores resultados que juego, pero Pesic de momento está cumpliendo con lo mínimo exigible, que era construir un equipo sólido y estable. Pese a que no pocos jugadores no están al nivel que se espera de ellos el equipo saca los partidos adelante y además está siendo capaz de derribar ese muro que le impedía ganar partidos a domicilio en Euroliga, algunos de ellos en finales apretados, asignatura pendiente que delataba la fragilidad mental del equipo. ¿Todo esto es verdad? Que lo demuestren esta semana.

Casi todos los culés hubieran firmado este 8-1 en ACB y, sobre todo, el 5-2 en Europa, a pesar de que una de las derrotas es difícilmente explicable (Gran Canaria). Cuando un equipo viene de la nada como este Barça, que lleva vagando por el desierto desde hace años, cada partido es un examen, así que el aficionado quiere pruebas que respalden la credibilidad de este grupo. Salir bien parados de esta semana sería un espaldarazo formidable, pues se enfrenta a tres retos distintos, apasionantes y muy exigentes.

El miércoles el OAKA. Allí espera Xavi Pascual consciente de que la Euroliga de Panathinaikos pasa por su pista, donde a pesar del descenso de calidad de su plantilla siguen siendo extremadamente competitivos. Hombre por hombre la plantilla del Barça es superior a la de PAO, pero ellos como locales cuentan con tres elementos que les hacen competir contra cualquier plantilla: el OAKA, Xavi Pascual y Nick Calathes.

Ambientalmente no hay pista en Europa más potente, así que sobreponerse a un clima así es parte del examen, entrando en materia, por supuesto, asumir con cierta naturalidad las concesiones arbitrales de cada viaje a la ciudad helena, por mucho que diga el díscolo propietario de Panathinaikos Dimitrios Giannakopoulos. Otra de las razones de la competitividad de los del trébol es Xavi Pascual, que se verá las caras con el otro entrenador que consiguió la Euroliga con el Barça. El de Gavá está sacando partido de una plantilla menos talentosa que otros años y que en dos semanas ha vencido dos veces a su vecino de Olympiacos, primero en Euroliga y luego en la liga griega. Ni que decir que conoce mejor que nadie a su rival, así que será interesante ver, por ejemplo, cómo reduce el impacto de Tomic en el juego de su equipo, un jugador el croata que no gozaba de un rol tan importante en el club desde justamente la salida de Pascual. Pero el gran factor que sostiene a los verdes entre los ocho mejores es Nick Calathes, el jugador más importante para su equipo de toda la competición. Se han ido Mike James, Chris Singleton y K.C. Rivers, pero PAO sigue siendo un conjunto reconocible, y es en grandísima parte gracias a él. Sostiene todo, empezando por la defensa y propiciando correr, activando a todos sus compañeros y asumiendo cada día más responsabilidades. Desde luego ganar en el OAKA sería una muestra de personalidad.

El siguiente duelo, el viernes ante Milano, que tiene el mismo balance que los culés. Necesitaba un comienzo así el equipo transalpino para darle confianza al proyecto, y lo ha conseguido principalmente gracias a cuatro hombres: James, Gudaitis, Nedovic y Micov. A los tres primeros se les esperaba, pero no tanto al serbio, que con 33 años está haciendo su mejor temporada en Euroliga, reduciendo a Kuzminskas a un papel inesperado. Muy intenso y concentrado ha de estar el Barça para reducir el arsenal ofensivo de los de Pianigiani, a los que se les caen los puntos, quizá sólo por detrás de Real Madrid y CSKA, especialmente en su línea exterior.

El Barça no puede jugarle a Milano un partido a los casi 90 puntos que promedia en esta Euroliga, así que toca bajar esos registros. De momento su balance de 5-2, como le ocurre al Barça y a Efes, es insuficiente para creérnoslo como candidato a cosas importantes, por eso para ellos es también una prueba. Se las verá con un rival en buena dinámica y en un estado de ánimo muy positivo (a expensas de lo que pase antes en Atenas). Los dos partidos en el Palau el Barça los ha ganado con suficiencia, así que buscará seguir la línea con el propósito de hacerse muy fuertes como locales.

La traca final llegará el domingo en el clásico de ACB contra el Real Madrid, clasificatoriamente un duelo importante, pero sobre todo vital para la confianza del grupo. Panathinaikos y Milano son rivales parejos, pero los de Laso juegan en otra liga. Ganarles sería un subidón de moral para que los jugadores culés empezaran a creer en que realmente se les puede competir. Conviene recordar que los de Pesic han sido el último equipo en ganarle una final al intratable equipo blanco, y lo hizo siendo claramente superior y en circunstancias mucho peores. 

Dicho lo cual tampoco conviene tomarse el choque como una final y la reflexión ha de hacerse del cómputo global de la semana. El Real Madrid no tiene nada que demostrar en el Palau, el Barça sí, pero a los culés les falta todavía cocción como equipo y también sumar jugadores para la causa. El partido dejará muchos detalles, no obstante. El duelo de las parejas de bases, ver quién puede frenar a Carroll, Singleton vs Randolph, la batalla Tomic-Tavares y si Pustovyi podría tener algo que decir ahí. Importante el calendario. El Real Madrid llegará tras un presumible partido cómodo ante Gran Canaria el martes y visita a El Pireo el jueves ante un Olympiacos que ganó en Munich ayer tras pasar un gran bache de juego, resultados y sensaciones. El Barça tendrá un día para preparar el choque ante Milano y otro para el del Real Madrid.

Ni mucho menos será definitiva, pero sí es una semana que se antoja vital para las aspiraciones del Barça. Es una semana que podría marcar la temporada, tanto si sales bien parado como muy mal. La cuestión es a qué llamamos salir bien parado. Fatal sería un 0-3, muy bien ganar los dos de casa, 1-2 lo mínimo exigible y un 3-0 sería para empezar a creer. Innegociable parece ganar a Milano, obligatorio competir y mostrar personalidad en Atenas e ilusionante mostrarle al Real Madrid el domingo en la fiesta de Navarro que este año tiene rival en casa. 

Ahora que el Barça parece haber dado un paso adelante ojalá no pegar un frenazo brusco. Está siendo bonito volver a la rutina de ganar en Europa, tanto que todo el barcelonismo parece un tanto incrédulo temiendo volver a los últimos tiempos. Tiene el equipo tres oportunidades de oro para demostrar a su gente que pueden creer en ellos.