¿Cuántas veces nos quedamos absortos mirando una zona de paisaje que nunca hemos visto o incluso hemos visto infinidad de veces? ¿Cuántas veces tras tanto mirar esa zona, se nos ha escapado un maravilloso detalle? El mirar un cielo estrellado, mientras un conjunto de árboles dibujan una figura extraña la cual es solo posible por el momento en el que nos encontramos. Un niño acariciando cariñosamente a su perro bajo la sombrilla, mientras miramos detenidamente el batir de las olas…

Quizás me he puesto demasiado sentimental, pero creo que todo tiene una explicación. Lo que acabo de comentar es esporádico, es incontrolable, la naturaleza y el discurrir humano es así, impredecible. Sin embargo, lo que realizan los jugadores en la zona donde no está el balón, en su mayoría, se intenta que estén esquematizadas, y esto a veces es tan bonito como los protagonistas de la acción.

 

“Si no puedo intervenir en defensa, tengo que colocarme para atacar; y si no puedo intervenir en ataque, debo colocarme para defender. La situación de defensa empieza antes de la pérdida del balón, estaría formada por todos aquellos movimientos que realizan los jugadores que no intervienen directamente en el momento ofensivo para preparar la situación de defensa” Juanma Lillo

 

El admirado paisaje

 

 

El filial en sus últimos partidos, y en el global de la temporada, está recibiendo mayores facilidades y beneficios de volcar su ataque por la banda derecha, sus protagonistas así lo reclaman, necesitan que el foco vaya hacia ellos. En cuanto a nombres, por peso y relevancia, estamos hablando del “recién” incorporado Wagué, del dúo Collado/Aleñà (Carles ejerció de interior zurdo a principios de temporada) y del recuperado y sorprendente Carles Pérez

Estos jugadores, no solo por calidad técnica, si no por conceptos individuales y tácticos (individuales y grupales) están siendo el foco de atención del filial. Jugadores que están sabiendo no solo hacer daño de manera ofensiva, si no que a su vez están dotando al equipo de un efecto “centro de gravedad” que está mejorando (muy) mucho la transición defensiva, ya que la agrupación de jugadores que consiguen, crea una tela de araña donde las líneas de pases surgen y la pérdida es rápidamente defendida por los portadores del esférico. Sin embargo, ¿qué está pasando en la otra orilla?.

 

Donde nadie está mirando

 

En la otra zona del campo, da la sensación que Pimienta no está terminando de encontrar sus hombres ideales, aquellos que le den ese punto extra al equipo. Si bien es verdad, que por la banda izquierda se pueden llegar a juntar Riqui y Miranda, bien por ausencia (Miranda) bien por salir de esa zona (Riqui), no está pesando tanto. Pero no solo esto se explica desde estos nombres, la ascensión de Araujo, el desplazamiento de Chumi a zona izquierda (donde no tiene el perfil idóneo para su jugada) y la no apuesta por Cuenca, están limitando aún mas cargar ese sector.

Sin embargo, falta un nombre, y es el del extremo izquierdo, algo que en las últimas jornadas ha pertenecido a Ballou, no siempre ha sido así, hagamos un repaso de sus ocupantes.

 

Los extremos

 

La figura del extremo, es algo totalmente imprescindible para García Pimienta. Dejando a un lado la figura del extremo derecho Carles Pérez, el mejor y más determinante de ellos, Pimienta ha probado en la otra parcela a Ballou y Kike Saverio.

El canadiense tuvo un inicio de temporada magnífico, demostrando una tranquilidad y técnica bastante más precisas de lo que acostumbra, pero sobretodo, una fluidez en movimientos bastante acertada. A día de hoy, todo esto ha desaparecido, como si de un espejismo se hubiese tratado. Parte de “culpa” la tiene Pimienta, pero el Tabla, ha “gripado”. Está siendo el jugador más utilizado para esa zona, incluso está compartiendo escenario con la sinfonía de los “tres derechos” (HIPERVÏNCULO), y aún así, no está sabiendo interpretar su papel.

Pese a que se ven ciertas mejorías, su imprecisión técnica y su baja capacidad de tomar decisiones acertadas, está siendo un contrapeso mayor al de sus virtudes cuando con espacios se trata de atacar. No está sabiendo cuando estirar o cuando cargar la zona de remate, o al menos de atacar el segundo palo.

Por otro lado, Kike Saverio, el cual no coincidió con Carles Pérez, si supo entender mejor lo que requería el equipo. Aunque me hubiera gustado ver como se amolda el ecuatoriano a esta nueva forma de atacar, creo que por conocimiento del juego, hubiera paliado mejor los déficits. Jugador más punzante y ofensivo que Carles, aunque utiliza su banda de manera similar, sus intenciones suelen ser ligeramente diferentes.

 

 

Los falsos extremos

 

Aquí las figuras son dos, la del delantero Abel Ruiz y la de Alex Collado. Por un lado, esta posición no le es extraña a Abel, su final de Uefa Youth League fue bastante potente ahí.  Jugador que puede ejercer de boya y que no rehuye de manera sistemática la banda. Aunque el regate no es lo suyo, se le ve e intuye cierta capacidad de desborde hacia fuera gracias a su zancada y protección del balón, además de ser un activo muy potente a la hora de jugar interiorizado ejerciendo el rol de delantero tirado a banda.

 

 

Con Alex Collado, no voy a reparar mucho, ya que tendrá su artículo más avanzada la temporada, ya que creo que su año dará más de sí. Alex es interior zurdo, y cuando juega en esa banda, lo hace a pie natural, con lo que ello conlleva. No obstante, es un jugador tan inteligente y bueno, que su partido vs Cornella, fue bastante potente jugando desde esa posición. Parte de banda izquierda, sin embargo, es un interior camuflado, algo así a lo que hizo Fabián en el Nápoles vs Inter o vs Carpi. Jugador que crea superioridades por dentro e incluso por fuera, que pese a tener una tendencia más controladora, más de mediocampista, no rehuye el juego exterior y el regate propio del extremo.

 

¿Qué ver cuando nadie te ve?

 

Esta pregunta solo podrá responderla García Pimienta, y a priori, se está decantando por un perfil de extremo en particular, como es Ballou. El barceloní quiere en esa banda una cuota de regate e intimidación con balón, un jugador autónomo y que sepa dar amplitud y profundidad, pese a que el jugador elegido, no lo esté aportando. Quizás también ha tenido que ver la ausencia de su lateral zurdo, en pos de Guillem Jaime, lateral diestro jugando en izquierda, jugador que pese a sus buenas actuaciones, por perfil no está sabiendo encontrar la amplitud que Ballou necesita.

Habiendo ya comentado los recursos utilizados por el entrenador en esa banda izquierda, quiero dejar alguna pincelada mía y los hombres que el técnico pueda usar:

  • Abel Ruíz: Una vez se recupere de su lesión, la recuperación del canterano, me parece primordial a efectos de medio y largo plazo, al tratarse de un jugador de gran potencial. La forma en la que se aglutina el juego en la zona derecha, podría hacer encajar al valenciano en el esquema. Su juego de espaldas podría favorecer el juego directo ante presiones intensas a la zona derecha (como ocurrió vs Lleida), cambiando totalmente la dirección del juego. Incluso su no participación, le podrían hacer un hombre que cargase el área, mejorando así una escasa cuota de remate del filial, o mejorando la calidad de la pérdida del balón.
  • Rafa Mújica: Si antes era Abel, ahora es Mújica quien quizás podría pisar dichas zonas. Su rol, a efectos sería muy parecido (salvo que Abel eleva en mayor medida el juego de espaldas), pero su velocidad le haría aún más propicio para el desmarque de ruptura en la zona lateral-central, aunque por el contrario.
  • Guillem Jaime: El lateral ha ejercido de lateral derecho e izquierdo, e incluso el año pasado con Pimienta, cuando las figuras de Mate y Miranda eran inamovibles, ejerció de extremo, como en el tramo final del choque Juvenil A vs Chelsea. Jugador con una notable velocidad, con entendimiento del juego y con una gran conducción interior que si bien desde esa posición tan adelanta sería más dificultosa, si podría mejorar las transiciones defensa-ataque. La llegada de Ignasi Vilarrasa, no dejaría huérfano el lateral zurdo (en caso de subida de Miranda de un especialista en la zona que ejerza de jugador que de amplitud y velocidad por fuera.

Más allá de estas opciones y las expuestas anteriormente, la llegada de una nueva cara, tampoco sentaría nada mal al equipo. Un jugador de talento, con cuota de regate y cierta sensibilidad para el movimiento sin balón, aquel que aporte intimidación de cara a la finalización de la jugada, que pueda liberar la zona a Riqui, algo así como el Arnáiz del año pasado, aunque el movimiento sin balón de este no fuera lo que pido.

Por debajo, viene pisando muy fuerte Ansu, pero es demasiado pronto para el canterano que solo tiene 16 años. Dicho esto, el Ansu de 18 años le sentaría de maravilla al equipo, aunque como ya dije antes con Collado, posiblemente se merezcan su propio texto.

Para terminar, volver a incidir en la figura del alejado, el que “no” interviene, porque siempre que alguien baila, los focos van hacia el bailador, pero qué bonito es fijarse, en quien detiene la mirada por admiración. El juego es todo, aunque la cámara no te vea.