Tres deseos
Se abre 2019 y con el nuevo año hora de hacer balance sobre lo que pasó en 2018 y lo que puede venir en este que entra, pero sería un texto demasiado reflexivo para estas fechas en las que las comidas familiares y los polvorones todavía se atragantan. Como ven al que escribe este texto las Navidades no le gustan demasiado, así que entre eso y que mi compañero Óscar «me robó» el título (Carta a los Reyes Magos) le pediré tres deseos al 2019 como si del genio de la lámpara se tratara (por favor, que no aparezca Will Smith).
1) Un título: Después de la sequía de los últimos años de Xavi Pascual y la pesadilla de las breves etapas de Bartzokas y Sito Svetislav Pesic cambió la cara al equipo y se trajo una Copa 2018 de un mérito extraordinario. El serbio recordó a la afición del Barcelona lo que era el sabor de la victoria. El equipo al final ya no daba más de sí entre tanta carga de minutos y lesiones, por lo que luchar por la ACB resultó imposible, así que este año hay que dar un paso más. Tratar de revalidar el trofeo copero y volver a la final de la Liga Endesa es lo mínimo exigible, siendo perfectamente real la posibilidad de levantar alguno de esos dos títulos.
El gran escollo (con permiso de Baskonia) es el Real Madrid, claro, una apisonadora al que el Barça ya le ha ganado. La paliza en el WiZink pilló al Barça en el peor momento de la temporada, pero la diferencia entre los dos equipos no debería ser esa. Fue el Barça quien evitó el triplete blanco en 2018 ganando a los de Laso una final, no un partido de liga regular sin importancia. La empresa será más fácil si se consiguiera la primera plaza, claro, aunque será complicado. Quedan muchos partidos todavía, pero es un +1 sobre los blancos, el +16 de basketaverage y los de Laso han pasado ya por Málaga y Vitoria.
2) Volver a los Playoff de Euroliga: Quién lo iba a decir hace unos años, cuando el Barça era un clásico de las F4, pero en 2019 quedar entre los ocho primeros será un éxito. El objetivo es más que alcanzable porque se ha salvado con nota una primera vuelta que ha tenido de todo. Un mal comienzo, una buenísima racha, un bache que amenazó la propia temporada y resurrección. En la segunda vuelta nueve partidos en el Palau y seis a domicilio son para pensar en quedar lo más arriba posible, incluso buscar esa cuarta plaza que no parece una utopía.
Para ello lo mejor es que los tres equipos que juegan en otra liga ganen la mayor cantidad de partidos posibles y resten victorias a los rivales directos, que son muchos. Un Anadolu Efes que tiene lagunas y que todavía espera a Larkin. Un Olympiacos que todavía no ha integrado del todo a los muchos y buenos fichajes. El sorprendente Bayern. Un Zalgiris raruno y sin Westermann 5 semanas. Milano peor que al comienzo. Baskonia al alza, con buen calendario pero con problemas. Y PAO, del que no sabemos si el soberbio partido ante CSKA será un poco gaseosa o realmente el efecto puede durar más.
Por el Palau tienen que pasar algunos de los peores equipos de la competición, victorias innegociables, pero esa cuarta plaza pasa por algo más, pasa por arañar alguna victoria de valor en Estanbul o El Pireo y ganar a Real Madrid o CSKA en el Palau. Ayudará el hecho de haber recuperado para la causa a Pau Ribas y Kevin Seraphin, que de la noche a la mañana se han sumado con éxito a la dinámica del equipo. Conjugar estas apariciones con una mejor versión de Pangos, un Singleton como el de Efes y recuperar a Tomic debería servir para soñar con la F4. Porque la única posibilidad de ir a Vitoria pasa por esa vía del cuarto lugar (a lo sumo la 5ª), pues la 6ª, 7ª y 8ª plaza te condenan a un enfrentamiento terrible ante tres equipos infinitamente mejores y que ya han fulminado a los de Pesic.
3) Bladé y Soler, al carrer: Haya triplete, doblete, título o rosco estos dos señores han demostrado ser unos incompetentes, incapaces de dirigir una sección que ha tocado fondo y ha perdido todo el prestigio que tenía. No es cosa de un mal año, es cosa de mucho tiempo, así que si un trabajador hace de manera reiterada su labor mal no puede seguir en ese puesto. Han actuado siempre tarde, mal y egoistamente, anteponiendo sus intereses a los del club. La gestión del fichaje de Saras es meridiana al respecto, pues han sido incapaces de ofrecerle algo digno porque saben que eso sería poco menos que inmolarse. Mucho mejor quedarse como estamos no sea que nos quiten la silla. Lo que les tiene que mandar a su casa no es que pertenezcan a una Junta Directiva demostradamente corrupta e incompetente, sino que es su propia gestión la que les inhabilita para desempeñar cualquier cargo. Mucho me temo que sólo el Presidente Bartomeu podría propiciar sus salidas, pero no lo va a hacer, así que hasta que acabe su mandato habrá que comerse a estos dos siniestros personajes. Los peores resultados de la historia reciente no han podido con ellos, así que recurro a fuerzas superiores para que se vayan de una vez por todas.
Pensándolo bien, si tuviera que elegir quedarme con uno de los tres deseos sin duda me quedaba con el tercero.