Hace unas semanas Leo se lesionaba y se nos caía el mundo encima. Todo el mundo rezando porque volviera al terreno de juego cuanto antes y sin embargo el equipo dio un paso adelante y probablemente nos ofreció el mejor fútbol de lo que llevamos de temporada, barriendo entre otro al máximo rival en el Camp Nou y viendo como muchos de sus jugadores, entre ellos Suárez y Dembélé sobre todo, daban un paso adelante y ofrecían su mejor versión.

Esta semana nos hemos encontrado con una malísima noticia como ha sido la baja por cerca de un mes del mejor debutante de la Liga, el brasileño Arthur, que nos dejaba sin una pieza que aparentemente no tiene sustituto natural en la plantilla. Hablamos de un jugador que nos permitía juntar líneas, manejar el balón, plantarnos en la frontal y todo desde el buen trato del balón, ahora toca ver cómo podemos vivir sin el ocho en algunos de los encuentros más importantes de lo que queda de temporada.

Opciones hay varias, desde seguir dando protagonismo a Aleñá en el once, algo que ya desde hace varias semanas está ocurriendo y Ernesto parece haber entendido que así debe ser. Algo que el jugador agradece mostrando su mejor versión, el verdadero Carles que hasta ahora tan poco habíamos visto. Este jugador o juega con descaro y atrevimiento o no es élite, sin más.

Por supuesto esta la opción de, cuando los elegidos son por jerarquía Rakitic y Vidal, que además cómo sabemos no escalonan excesivamente bien con Busi, lo que cual implica que dificulta, más que facilita el llevar la pelota con pausa a la última línea, suele entonces ser el genio argentino el que baja a otorgar esa pausa y traslado del balón a los últimos tres cuartos de cancha. Con el problema añadido que implica el, precisamente, perder un efectivo en dicha línea atacante.

Como soluciones atrevidas podríamos incluir subir al primer equipo a Riqui Puig, pero tiempo al tiempo, el chaval llegará, eso seguro, pero lo hará a su debido tiempo y no hay más que ver el ejemplo de Aleñá mencionado arriba para darse cuenta de ello.

Por último otra posibilidad sería, pensando en que Ousmane vuelve a ocupar su sitio en el once tras la lesión, volver a poner a Coutinho en el centro del campo. Volver a pensar que es un jugador de posesión, así lo era en el Pool, que de aceleración de la jugada, que es lo que se le demanda aquí de extremo. De esta manera podríamos intentar recuperar mentalmente a un jugador que parece haber perdido el rumbo y solucionaríamos dos problema de un solo golpe.

Lo que está claro es que no hay sustituto natural en la plantilla que permita seguir jugando a lo mismo, como hemos visto hace unas horas en el Nuevo San Mamés. Por lo tanto Ernesto tendrá que reinventar al equipo. Si lo hizo, y nada mal por cierto, con el mejor jugador de la historia, cómo no va a hacerlo con un rookie que lleva camino de hacer también un camino en el club que recordaremos todos…