Le jour de la gloire est arrivé
Pocas veces un verso de una canción define de manera tan precisa el sentir humano ante un momento definitorio. Para más inri, el verso que titula estas líneas corresponde ni más ni menos que a La Marsellesa, el célebre himno del país del Nantes, el último escollo en el camino del Barça Lassa hacia la Final Four de la Champions League de balonmano.
Que mañana miércoles 24 de abril es el «día de la gloria» lo tienen claro hace meses hasta los servicios de limpieza del Palau Blaugrana, más, si cabe, desde que hace semanas cayó de nuevo la Liga ASOBAL. Entre mañana, a las 20.45, y el sábado 4 de mayo, a las 19.30h en el Palau, se decidirá si Barça o Nantes se clasifican para la ansiada Final Four de Colonia, que supone una ilusión para los franceses y una necesidad, que roza la ansiedad, para los culés.
Cierto es que cada año las eliminatorias de la máxima competición europea son el momento clave para el Barcelona, dada la escasa resistencia que encuentra en las competiciones nacionales, pero no es menos cierto que los excelentes resultados cosechados y las extraordinarias sensaciones que desprende el nuevo estilo del Barça Lassa han impulsado el favoritismo del equipo hasta unas cotas no conocidas desde que la barba de Karabatic galopaba por el parqué del Palau, por lo que, especialmente desde que se ganó la Liga, el balonmano del club ha respirado por y para el encuentro de mañana. Hay grandes esperanzas puestas en esta eliminatoria, y en una competición que este año parece encaminada a un colosal duelo ante el todopoderoso PSG en la Final Four.
El Barcelona ha tenido mucho tiempo para preparar esta eliminatoria de cuartos de final, pero hará bien en no confiarse; el Nantes llega fuerte y con los viejos conocidos del Palau David Balaguer, Eduardo Gurbindo, Valero Rivera Jr y Kiril Lazarov teniendo roles importantes en el juego del conjunto galo.
Por cierto, se resalta de manera constante, también desde estas líneas, la falta de competitividad como un mal causado por el enorme desajuste presupuestario entre el Barça y el resto de equipos, y es cierto que es una de las grandes razones, pero no es menos cierto que también es causada por la inacabable voracidad competitiva del cuadro de Xavi Pascual, algo que incluso los rivales resaltan, pero que no permite a los azulgranas afilar el colmillo para los momentos clave en Europa tanto como cabría desear.