Plan B
Los mayores, siempre deseosos de dar consejos, gustan de decir que en cada decisión en la vida siempre hay que tener un plan alternativo e incluso una opción C, supongo que no solo por si falla el plan original, sino sobre todo por ejecutar con una mayor confianza este.
El sábado en Huesca Ernesto no solo salía al terreno de juego con su «plan B» sino que sobre todo daba descanso al equipo original por la cercanía del partido de vuelta el martes contra el Manchester United, dejando claro cual es el objetivo claro esta temporada; ganarlo todo.
Es cierto que el colchón de puntos invitaba a ello, pero no sabíamos si el enfoque iba a ser este, teniendo en cuenta el devenir del final de la temporada pasada, donde el equipo también disfrutaba de un margen importante para llevarse la Liga y aun así, jugaron titulares hasta casi obtenida la misma matemáticamente. Este año Valverde entiende que no debe ser así.
El año pasado en el partido de Liga, cuatro días antes del fatídico partido en Roma, y contra el Leganés, jugó casi el once de la Champions exceptuando cuatro jugadores. ¿Cuántos repetirán este martes frente al United? Pocos, muy pocos.
Cara al aficionado nos ha permitido ver in situ a jugadores que de otra manera no disfrutaríamos con el primer equipo y a dilucidar cual puede ser su hueco en un futuro no tan lejano.
Se enfocaba el encuentro con un disposición nada clásica como era ese tres-cinco-dos, probablemente más fruto de quién formaba parte de ese once que de los deseos del cuerpo técnico de disponer así las piezas sobre el terreno de juego.
Esto nos permitía ver en el centro de la defensa tanto al cedido Murillo, como al proyecto Todibo. Nos quedamos con este último; bien al choque y por arriba. Rapidísimo en el giro, pese a su corpulencia. Todavía le queda por hacerse jugador con balón. Pero muy buena proyección de central. ¿Cesión al Ajax dentro de ese acuerdo marco que se negocia? Veremos.
Con toda la banda para ellos estaba Malcom a la izquierda y un jovencísimo Wagué en la derecha. El senegalés mostró unas condiciones brutales, pero sobre todo el potencial que se puede leer en el chaval son impactantes. Se proyectó bien al ataque, controles interesantes y en defensa con esa hiperactividad que caracteriza a los laterales eléctricos, no quería ser el punto flaco de la disposición táctica del equipo. Jugador a seguir los próximos años.
En el centro del campo, estaba la perla de la cantera, ese jugador que todos deseamos que llegue al primer equipo cuando los técnicos crean convenientes y que su peso en el juego sea el que parece destinado a ser. Riqui Puig o como se suele decir, ADN Barça. Tremenda visión de juego y del juego, filtrando pases de última línea parece diferencial. Muy buena aceleración, imposible no recordar al mejor y al primer Iniesta en sus conducciones. Incluso su físico, evidentemente liviano, parece engañar lo suficiente para saber que llegará, ahora el tema es solo saber cuando.
Solo nos queda mencionar arriba a un Kevin Prince Boateng que simplemente nos indicó porque es tan difícil dar descanso al mejor nueve del mundo para este Barça. Encontrar su sustituto va a ser una tarea ardua y complicada. Deberes para la dirección deportiva en este verano.
Por último un Dembélé, que salía de lesión y que ejerció de Leo en la mediapunta, barriendo todo el frente de ataque. Era una posición nueva en este Barça para él, pero no novedosa en su carrera, quizá donde más cómodo se encuentra y así lo demostró. Pero su batalla es otra, su guerra es ir ganando minutos y forma física tras su último percance en forma de lesión, porque está llamado a ser pieza vital, si queremos hablar en Junio de una temporada para el recuerdo.
Oscar Papito
Posted on martes 16th abril, 2019, 11:53am
Hay una reflexión sobre Riqui Puig que, a raíz de un comentario de Marc Hernández, Fútobl de Primera, en el último podcast de Rondo, donde decía algo así como: » un futbolista debe de recordar a sí mismo. Está bien que tenga una referencia y, cuando no le conoces, te puedan poner un jugador similar para colocarlo. Pero después debe ser él mismo». Marc lo comentaba para referirse a Arthur y su comparativa continúa con Xavi, pero esto se puede aplicar a Riqui Puig.
Un jugador al que es inevitable poner el apellido de «ADN Barça» así como rememorar las arrancadas originales de Andrés Iniesta, donde solo con conducir el balón y sus cambios de ritmo, era capaz de dejar detrás un reguero de rivales, sin utilizar las habilidades de regate que le han hecho famoso en esta segunda parte de su carrera.
Riqui tiene ese cuerpo de futbolista liviano que engaña. Volviendo a la comparativa, a nadie escapa que dentro de su aparente fragilidad, un Xavi o un Iniesta están tremendamente dotados para este deporte. Y Puig no es excepción.
El sábado pudimos ver cómo no salía perdedor de ningún choque en el cuerpo a cuerpo con profesionales curtidos que le sacan años de formación física, lo cual es un indicativo que por ahí no debería haber ninguna duda.
Luego como veníamos diciendo sus aceleraciones son únicas. Pero donde más destaca Riqui no es evidentemente en el plano físico, pero este le permite tener la pausa suficiente para filtrar el pase en el momento justo, con esa sensibilidad en el pie para la ejecución y esa visión del «momentum» propia de los elegidos.
Es normal que el aficionado medio tenga prisa por ver desarrollar su juego en el primer equipo, ávido de seguir encontrando perlas en una cantera que parecía algo estancada. Pero tiempo al tiempo, hablamos de un jugador que puede ofrecer casi quince años de su carrera en la élite blaugrana. No tengamos ninguna prisa…