Resurgir en el Teatro de los Sueños
¿Qué mejor escenario para el Manchester United que su estadio y qué mejor rival que el Barcelona, contra quien perdió sus dos últimas finales europeas, para empezar a acercarse a la grandeza que perdió con la marcha de Sir Alex Ferguson?
¿Y qué mejor escenario y rival para el Barcelona de Lionel Messi para recuperar la voz cantante en la competición continental? Ole Gunnar Solskjaer y Ernesto Valverde, dos hombres de perfil discreto y buen talante, intentarán comandar hacia la victoria a sus equipos en el duelo con más historia y grandeza de estos cuartos de final de Champions League.
El técnico noruego, aterrizado a las puertas de las pasadas Navidades y renovado para las tres próximas temporadas, aprovechó su conexión con el club, su carácter afable y un calendario asequible para hacer que su grupo se desintoxicara rápido de la etapa vivida con Mourinho. Sobre el verde lo hizo fácil, disponiendo a su equipo sobre un 4-3-3 de aires optimistas en el que la mayoría de sus mejores jugadores eran protagonistas con rol y demarcación naturales: Matic desde el pivote y Herrera desde el interior derecho gestaban la jugada y protegían a la zaga tras pérdida, mientras que Pogba volaba desde el carril opuesto, apoyado por un Shaw contenido (y al fin sin lesiones) y un Martial abierto, que a su vez le otorgaba espacio a Rashford en las inmediaciones del área. Atrás, Lindelof mostraba su mejor cara como jugador ‘red’. A su vez, introducía pequeños ajustes y algunas rotaciones: Mata daba descanso a Lingard en el extremo diestro, Fred y Pereira disponían de minutos, había espacio para las incursiones de Dalot y, por supuesto, un creciente protagonismo de un Lukaku que pronto se hizo hueco en el once.
Sin embargo, el exigente calendario, el aumento de nivel de los rivales y las
Numerosas bajas han ido desvirtuando aquel plan primigenio. Hemos visto a un Solskjaer más camaleónico y reactivo, lo cual puede ser positivo. Eso sí, su equipo ha ido perdiendo identidad y un punto de confianza. Una prueba evidente de adaptación al rival fue en la vuelta de octavos ante el PSG, en Old Trafford. Los red devils protagonizaron una auténtica machada con esa sorprendente victoria por 1-3 pese a una decena de importante ausencias. Lo cierto es que el juego del equipo estuvo lejos de ser brillante y que, desde esa fecha, el United ha ido alejándose de la hoja de ruta inicial y cosechando peores resultados (derrotas en liga ante Arsenal y Wolves y eliminación, también ante los de Nuno, en FA Cup).
Actualmente, su ingreso en la próxima UCL es una incógnita y todo apunta a que peleará por la cuarta plaza con Chelsea y Arsenal. Así las cosas, hay ciertas dudas sobre el XI que Solskjaer dispondrá para enfrentarse al Barcelona. ¿Intentará recuperar sensaciones perdidas con el 4-3-3? ¿Recurrirá al ordenado 4-4-2 con el que apartó de la orejona a Mbappé y compañía? ¿Insistirá en el sistema de tres centrales y carrileros, pese a no funcionarle todo lo bien que deseaba? Sea como fuera, el otrora delantero mancuniano espera que Herrera y Rashford lleguen en buena forma al partido.
El Barcelona de Valverde, por su parte, llega con otra nueva liga en el bolsillo tras vencer al Atlético. Es el favorito de la eliminatoria y, Dembele aparte, llega con todos sus jugadores importantes disponibles y en buena forma general. Su principal dupla ofensiva, Messi y Suárez, han sido los máximos artífices de que hoy estén cerca de cantar un nuevo alirón. Una dupla que lleva tres años sin catar semifinales europeas y que tienen en esta eliminatoria un contexto propicio para romper al fin esa barrera. Si el ‘9’ y el ’10’ culé no se imponen a la dubitativa defensa mancuniana, carente de imponentes cerrojos, será difícil creer en los de Valverde como auténticos aspirantes al título. Aun superando la eliminatoria.
Si bien hablamos de una pareja atacante que ha evidenciado problemas de ritmo y falta de socios adecuados en las últimas Champions, su talento futbolístico puede desarbolar al sistema red, al que le falta algo de experiencia en grandes citas y lectura defensiva. Los 22 goles en 30 partidos del astro argentino son una esperanza de cara a aprovechar esta oportunidad.
No obstante, el ritmo del conjunto inglés podría poner en aprietos a uno de sus mejores socios: Busquets. Actualmente, se trata del puntal más irregular de los titulares azulgrana.
Eso haría sufrir a todo el sistema defensivo culé, sobre exigiendo a un Piqué que, eso sí, viene mostrándose imponente. Aunque el Barça esta temporada se ha mostrado como un conjunto fiable en los partidos de máxima exigencia, en la retina de los aficionados está cerca el descosido llevado a cabo por el Villarreal (4-4) en El Madrigal, y no tan lejos la contundente victoria del Real Betis (3-4) en el Camp Nou.
Las dudas en el once culé son menores. Se espera que Valverde repita la
alineación del pasado sábado, con la principal incógnita de si entrará un Semedo que parece haberse asentado en el club para mandar al banquillo a un Sergi Roberto titular en las dos últimas fechas, pero menos indiscutible que hace pocos meses. La entrada de Vidal por Coutinho, como sucedió en el Villamarín, es otra posibilidad, aunque menos probable tras la lenta pero -parece- progresiva mejora del brasileño.
Por otro lado, ‘el Txingurri’ ha activado a tiempo la variante del 4-2-3-1 retirando a Arthur por Malcom, que se sitúa como extremo y «fija» (sic) a Messi como mediapunta. Con ella gana en poderío ofensivo y capacidad de sorpresa, de la que no va sobrado sin Ousmane. Sobra decir que un manojo de buenos minutos del ’11’ francés podrían decantar la eliminatoria. Él y el joven centrocampista brasileño son las piezas que aportan aire fresco y disimulan las carencias de un 4-3-3 que, si bien en la forma hacen al conjunto culé más reconocible que la temporada pasada, carece de unos automatismos tan engrasados como se desearía a estas alturas.
Ahora solo queda disfrutar de estos grandes partidos. En el Teatro de los Sueños, dos de los clubes más grandes del mundo intentarán volver al lugar que les pertenece en clave Copa de Europa. ¿Habrá buenas noticias para el diablo dormido o la piel competitiva de Lio y sus ilustres compañeros saldrá a relucir con la efectividad mostrada en las competiciones nacionales?