Cuando tienes un gran sueño y pones muchas esperanzas en ello, es difícil de asumir si se escapa. Es un golpe muy duro del que cuesta muchísimo levantarse y afrontar retos inmediatamente próximos. Pero si quieres ser un ganador tienes que hacerlo sin titubeos, sin desconfianza en ti mismo.

Esta situación es la que debe afrontar sin perder tiempo el Barça Lassa de Andreu Plaza. El equipo azulgrana tenía un gran deseo para asentar su proyecto que no era otro que ganar la Champions. Este pasado fin de semana se jugó la Final Four pero en la semifinal quedó apeado ante un Kajrat Almaty que fue superior sobretodo en el tema mental. El equipo kazajo hizo mucho daño al Barça con su juego de cinco y consiguió un contundente 3-0 gracias a que el conjunto de Andreu Plaza se diluyó como un azucarillo.

A parte de la eliminación, el elemento más preocupante fue la imagen que dio el equipo. Debido al juego kazajo, la presión de la afición(jugaban en casa) y ,porque no decirlo, un arbitraje casero, el Barça se fue apagando y no mostró una imagen propia de un equipo que está construido para ganarlo todo. Acabó el partido sin capacidad de reacción y, parecía un golpe duro del que costaría levantarse. Además, volvió a demostrar que depende de una manera alarmante del pívot Ferrao, aspecto que este verano deberán cambiar urgentemente, sobretodo si quieren volver a aspirar a ser campeones de Europa.

La ‘buena noticia’ para el Barça es que en la otra semifinal, el Movistar Inter cayó eliminado ante Sporting(equipo que acabó levantando la Champions en la final). Fue una buena noticia no por la eliminación sino porque ambos equipos se enfrentarían en el partido por el tercer y cuarto puesto. Eso significaba dos cosas para el futuro: la primera era que el conjunto interista sufría un golpe duro porque no podía defender su triple corono consecutiva europea que en venideros enfrentamientos puede ser muy importante y la segunda era que al Barça de Lassa le obligaba a levantarse pronto para superar al Inter en ese tercer y cuarto puesto. No por conseguir esa posición, sino porque en el futuro podía ser clave para la Liga y la Copa.

El partido entre interistas y azulgranas cayó del lado de estos últimos lo que aúpa al Barça al bronce en Europa. Ese resultado da optimismo de cara a lo que se viene. Este fin de semana se juega otra Final Four, la de la Copa del Rey. El Barça, precisamente, quedó encuadrado con Movistar Inter por lo que el tercer y cuarto puesto de la Champions cobra más protagonismo. El Barça supo levantarse en apenas un fin de semana y ahora le toca confirmarlo. Hizo el borrón y ahora tiene que hacer la cuenta vieja de toda la temporada. Este año, el equipo azulgrana ha dominado el fútbol sala español y sobretodo el cara a cara con Movistar Inter. El equipo madrileño ha sufrido muchísimo durante la temporada, no ha conseguido mantener un nivel óptimo y ha acabado la liga regular en cuarta posición(gracias al empate del PalmaFutsal en la última jornada porque si hubiera ganado, Inter sería quinto). El Barça ha aprendido a competir, tiene mucha más confianza en su juego y eso es precisamente todo lo que le ha fallado a Movistar Inter.

El Barça tiene que seguir con la cuenta de toda la temporada porque de esta manera podrá conquistar este fin de semana la Copa del Rey y seguidamente luchar por ganar la LNFS, en la que tiene el factor pista ganado en todas las eliminatorias al haber acabado líder de la temporada regular. Y acabar la temporada como el mejor equipo de España con diferencia(recordemos que ya ganó la Copa de España) eliminaría de un plumazo el borrón de la Champions y certificaría el cambio de ciclo en el fútbol sala español. El equipo de Andreu Plaza lo tiene en su mano pero no puede volver a repetir la imagen que mostró ante Almaty.