Con la Final Four a la vuelta de la esquina

El Barça ya afina el arsenal para la gran cita de la temporada, esa que da sentido a toda la campaña para los culés, la Final Four de la Champions League, a la cual es imperativo asistir para tener en buena consideración la temporada de los de Xavi Pascual desde que el Atlético dejó de competir en el escenario nacional.

El Vardar, rival en la semifinal.

Pese a ser el único repetidor de la FiInal Four de 2018, el equipo macedonio llega con la vítola de equipo más débil de los cuatro, a pesar de haber quedado delante del Kielce en la fase de grupos. La espectacular eliminatoria de los polacos ante el PSG les hizo ganar enteros para muchos. El Vardar, por su parte, eliminó al complicado Pick Szeged, pero su camino a Colonia fue algo más amable.

Y ese aura de equipo más asequible viene porque los macedonios habían perdido a algunas de sus grandes estrellas el pasado verano; Maqueda y Cañellas se fueron al Pick Szeged, precisamente, Sterbik se fue al Veszprem, el cuarto equipo en Colonia, el central Cindric juega ahora en el Kielce y el especialista defensivo Abutovic en Rhein-Neckar. A pesar de ello, los recambios llegaron pisando fuerte y el equipo tiró de amor propio para crecer a lo largo de la campaña. Los fichajes de Skube, Kalarash y del porterazo Milosavljev demostraron ser grandes aciertos. El interminable Kristopans y los incisivos Dibirov y Cupic en las alas pueden dar problemas a los culés. Pero, posiblemente, el central croata de 30 años Igor Karacic, en el cuadro macedonio desde 2012, sea su mayor peligro y buque insignia. Roberto García Parrondo es también digno de mención por su gran trabajo en el banquillo.

Vive Kielce – Veszprem, la otra gran semifinal

El equipo de Talant Dujshebaev es ya un clásico en las rondas finales de la máxima competición europea. El antiguo jugador de la Selección Española ha impregnado al equipo de su carácter ganador y esa vitola de eterno archienemigo del Barça sazona con morbo todos sus duelos con los azulgranas. Pero los polacos tienen mucho más que un entrenador de prestigio, eran el equipo que más jugadores aportaba el pasado enero al combinado nacional español junto al Barça; los hijos del entrenador Álex y Dani, Ángel Fernández y otro eterno rival del barcelonismo, Julen Aguinagalde, de quien hay que decir que es una lástima que nunca vistiera la elástica culé. Además de los españoles, jugadores como Lijewski, Jachlewski, el mencionado Cindric, uno de los mayores talentos del mundo, el joven y prometedor pivote Karalek o el meta serbio Cupara son competidores del máximo nivel. Que le pregunten a Karabatic y a Viran.

El Veszprem, en mi opinión leve favorito para pasar a la final, está entrenado por otro español, David Davis, desde la destitución en octubre de Ljubomir Vranjes. Los magyares son un cuadro fantástico, sin puntos flacos, que subió el nivel con sus fichajes veraniegos; el ya mencionado de Sterbik pone la portería entre las mejores del mundo, el central Mahé y el lateral Mackovsek dieron más potencia si cabe a una línea exterior que ya era de las más destacadas en los últimos años, la que lideran dos ilustres veteranos; el añorado Laszlo Nagy y Momo Ilic, con Nenadic, Tönnesen, y Lekai como lugartenientes de primer nivel. Otras llegadas destacadas del pasado verano fueron el pivote René Toft Hansen o el extremo Strlek. La defensa del cuadro húngaro es muy fiable gracias a los rocosos Terzic y Blagotinsek.

El Veszprem fue el único de los tres que derrotó al Barça en la fase de grupos y, en mi opinión, sería el peor rival posible de los presentes en Colonia en una hipotética final.