En los tiempos que corren, parece crecer una tendencia dentro de los equipos de la Liga Santander de fichar jugadores que despuntan en Liga 123, algo nada carente de lógica y coherencia para todo aquel seguidor de dicha división.

Sin embargo, en el olvido siguen quedando otras categorías donde la mente del seguidor considera imposible el salto, donde tirarse a la piscina es sinónimo de ahogamiento. Con esas, el domingo visitó el Camp Nou, un equipo plagado de certezas, tanto colectivas como individuales, jugadores que un día despuntaron en Segunda, jugadores que luchan por hacer la machada en la máxima categoría

Lo esperado

Si algo tuvo el partido frente al equipo madrileño, fue que Valverde apostaría por su equipo de gala, lo normal de cara a lo que se viene, para ganar a un gran rival. La tristeza del ayer, tenía que convertirse en la fortaleza de hoy, en la templanza de mañana, en la alegría de pasado.

Con esas, el FCB inicia con su flamante centro del campo, Busquets-Rakitic-Vidal, jugadores que si algo no tienen, son movimientos y fluidez entre líneas que ofrezcan un segundo escalón, que generen ese paso intermedio para Messi.

Aquí podemos observar varias cosas:

  • Messi como falso 9
  • Malcom abierto en banda derecha
  • Alba llegando para ser la anchura por izquierda

Tal y como transcurre la jugada, se nota de primeras un déficit de movilidad sin balón brutal. Coutinho se mueve (poco y lento) para el desmarque, recto y mal orientado. Malcom fija en banda pero no termina de interpretar un posible desmarque de ruptura. Y lo último, ambos interiores, ninguno dan una solución entre líneas, nadie va a ocupar ese espacio que el Getafe libera intencionadamente. Es Piqué quien a través de una conducción agita el avispero.

Se puede intuir como “normal”, por el contexto y rival, pero esto es la tónica general de la temporada. Incluso el propio Vidal ha tenido que ejercer funciones que no termina de dominar. Pero esto cambia, primero con la entrada de Aleñà, segundo con la posterior de Abel Ruíz. Carles a su banda izquierda, la suya en el primer equipo, y Abel al extremo izquierdo.

La segunda… mitad

Con estos cambios, se generan dinámicas y movimientos que antes no había. El Barcelona gana una altura en el centro del campo, movilidad sin balón y toques más rápidos, orientados hacia fuera y dentro. Aleñà pese a no ser el mejor entre líneas, sabe infiltrarse, sabe cuando subir o cuando bajar, y eso unido a su orientación le permite al equipo una velocidad más fluida de balón.

Abel, a diferencia de Carles, juega en una posición en la que a día de hoy le es más fácil jugar mejor. Desde la banda izquierda, se genera un “falso” extremo zurdo como podría serlo Henry, por tipología de jugador. Capaz de dar pausa, de crear una salida en largo con su juego de espaldas, cierta dosis de regate y una movilidad al espacio bastante buena.

Cabe reseñar, que todo esto, unido a la necesidad del Getafe por marcar y el cambio de posición de Roberto, hizo que el FCB atacara con una fluidez bastante difícil de ver, máxime cuando tu rival es el equipo de Bordalás.

El cambio de Semedo por Malcom, hizo adelantar una altura a Roberto, jugando de extremo derecho, hizo mejor al FCB. Sergi desde esa posición, dejando a un lado su recorrido y tal, le permite ejercer de hombre con movilidad, algo que por inteligencia y piernas ejecuta de una manera muy pulcra y coherente. Los cambios fueron la movilidad que al falso 9 le hacía falta… algo que el propio Roberto también degustaría de primera mano. Pero como una imagen vale más que mil palabras, me explico mejor con unos cortes de vídeo:

El movimiento de Abel, conduciendo al espacio, parándose, genera que el equipo tenga tiempo de llegar. Tras cambiarse la zona del campo donde atacar, es el propio Abel el que tiene un 1vs1 contra el lateral que de ser visto hubiera sido letal.

Aleñà detecta el espacio, se perfil y mira a su alrededor (giro de cabeza previo al pase), recibe en carrera, conduce, suelta y sigue la jugada para tirar un desmarque al lado contrario por donde Messi saldrá. Me hubiera gustado ver a Abel hacer un movimiento largo y agresivo que si estaba haciendo Vidal en esa banda.

Aquí, Aleñà beneficiado por la inercia del balón, rápidamente controla y suelta al espacio hacia un gran desmarque de Abel Ruíz. Pese a que el pase no es muy bueno, la carrera y velocidad de Abel es bastante buena, su sensibilidad para el inicio también, su remate pese a ser difícil, mejorable. La jugada sigue, y tras un robo, controla un melón, amaga con el regate de fuera y suelta de tacón.

El último gol simplemente es una delicia. Aleñà inicia el desmarque para compensar a Messi, Roberto detecta el hueco y recibe de Messi, Abel devuelve de primera, Aleñà se posiciona para una posible descarga de Messi y SergiRo sigue la jugada con un nuevo desmarque, esta vez retrocediendo en vez de avanzando, suelta a Messi y gol (no del argentino). Una fluidez generada en gran medida por esa aglomeración de canteranos que si gusta de jugar en esos espacios, los detecta

Aprender a valorar

Muchas veces decimos y repetimos hasta la saciedad “este canterano no está listo, está verde”, y posiblemente llevemos razón, pero son estos partidos, estos minutos los que realmente empiezan a definir una carrera, jugar con los titulares, no crear hype o dilapidarlos si el partido es malo.

No todos los futbolistas de la cantera pueden triunfar, pero muchos de ellos si pueden jugar mucho más de lo que creemos. En el caso más cercano, y ya dejando a un lado a Abel que es jugador del filial completamente, Carles Aleñà es un jugador que podría haber sumado bastante más este año, y que el año que viene seguirá haciendo si le dejan y le dan confianza. Jugar saben, pero gente, estos es un juego de personas, y por ende, como personas, no estamos exentos de equivocarnos, tener malas rachas o fallar. Como gestionemos eso en un canterano, será éxito nuestro