LA IMPORTANCIA DEL «CÓMO»

¿Cómo se juega? ¿Cómo se gana? ¿Cómo se pierde? Pero también podríamos ir más allá y pensar en ¿Cómo se entrena? Son preguntas en las que en la respuesta se mezclaría lo subjetivo en función del punto de vista que cada uno tenga pero en las que bien vendría el análisis pausado para no echarnos las manos a la cabeza sólo cuando llegan los malos resultados o un traspiés como el sufrido en Liverpool que puede dejar un sabor agridulce en una temporada en la que el Barcelona puede acabar firmando un nuevo doblete a la espera de la final de Copa del Rey.

Decía Angel Cappa “Si solo les vale el resultado, que esperen al lunes para leerlo cuando compren el periódico, así se ahorran dos horas de partido” para poner el foco en aquellos en que solo dan valor al resultado. “Prefiero jugar mal y ganar” dijo en alguna ocasión el Cholo Simeone en una frase que defendería la postura de los resultadistas además de incluir también el eterno debate de qué es jugar bien. Y si bien al Cholo y a los resultadistas no les falte parte de razón en que al final lo que importa es el resultado, las formas importan y más en Can Barça y sino que se lo pregunten a Ernesto Valverde.

Frases y posturas para poner encima de una mesa a la que no quiero dejar de invitar al gran Johan que un día dejó la siguiente frase “Si no sabían por qué ganábamos cómo van a saber por qué perdemos” que viene bien para entender que para volver al juego que gusta en el Camp Nou primero habrá que la dirección deportiva debe saber identificarlo para posteriormente poder elegir a los intérpretes adecuados tanto desde el banquillo como en el campo porque si ya partimos de que la dirección deportiva no apuesta por ese perfil de entrenadores/jugadores será difícil volver a ver en el Camp Nou lo que buena parte de la afición reclama.

No pretende ser este un nuevo artículo para juzgar la trayectoria del técnico del Barcelona pero es inevitable utilizar algunas de las situaciones recientes para entender entre otros aspectos que nos encontramos ante una afición con unas exigencias que van más allá del resultado.

Nos encontramos en un momento en el que primero tras la etapa de Johan Cruyff como entrenador y después con algún pequeño paréntesis, el Barcelona de la mano de Guardiola principalmente y los Rijkaard, Luis Enrique, Tito Vilanova y actualmente Valverde en Barcelona se encuentra instalado en la élite europea y nacional pero la cifra de 8 Ligas ganadas de las últimas 11 por poner un ejemplo no es suficiente para el aficionado azulgrana. Con excepciones (quizá la edad y el recuerdo de lo que era no ganar nada) la exigencia es la Champions pero a la vez el juego y es habitual el debate de si el Barcelona esta alejándose de su forma de jugar.

Al aficionado le importa el cómo y más aun cuando los resultados no acompañan pero en estos dos años de Valverde como técnico (ya sucedió con Luis Enrique) y a pesar de que ha sido líder un buen número de jornadas las críticas han sido constantes y a menudo se recuerda la necesidad de jugar con extremos o recuperar el juego de posición. Mi sensación es que parte de culpa por llamarlo de alguna manera se encuentra en donde establece a día de hoy el listón el aficionado y el recuerdo omnipresente del Barcelona de la etapa de Guardiola. Las comparaciones son y serán odiosas y será bueno partir de que aquello es irrepetible. Por su parte, bien hace la afición en “exigir” esa idea de juego si así lo siente porque es con la que llegaron los éxitos pero además también es con la que más se identifican están en su derecho.

Y eso quizá desde fuera no sea sencillo de entender pero por ejemplo es algo a poner en la balanza cuando se decide abordar la contratación de un entrenador o un jugador. No es sencillo encontrar el perfil que encaje a la perfección y en parte es por este motivo. No es que sea necesario un entrenador que te garantice títulos, sino uno que además sea capaz de apostar por el fútbol que gusta en Barcelona y que en principio se trabaja en las categorías inferiores. No es casualidad que a menudo se piense en “la escuela holandesa” o en ex -jugadores que la conocen y conocen la casa por ello por ejemplo no es de extrañar que ahora mismo el que suene con más fuerza como posible sustituto de Ernesto Valverde sea Ronald Koeman.

El “cómo” también es importante a la hora de analizar estas dos temporada de Ernesto Valverde como técnico y si antes hablaba del día a día que es la Liga también es importante hacernos esta pregunta cuando llegan las derrotas y ese es el gran debe del equipo en las ultimas eliminaciones europeas con el agravante de este año haber sido reincidentes y sufrir una nueva remontada.

El problema no está en haber sido eliminado en semifinales, el problema son las formas porque pese a que quizá se pudiera aceptar la primera parte como digna, los errores en los goles encajados y sobre todo que te remonten un 3-0 con el precedente de la temporada anterior en Roma son lo que indignan al aficionado azulgrana.

Una eliminación podía entrar dentro de lo posible y aunque digerirla fuese complicado sería más llevadero de haber sido de otra manera o con el Barcelona asediando al rival en el partido de vuelta.

El cómo importa, y si me dieran a elegir yo soy de los que elegiría perder como lo hacen los equipos de Guardiola, como cayó el Barcelona eliminado frente al Inter o al Chelsea o en su eliminación con el Bayern frente al Atlético Madrid o el partido frente al Tottenham de esta última temporada. Si echamos la vista atrás Johan un día dijo «Si tú tienes el balón el otro no lo tiene. Si lo tengo yo no lo tienen ellos, entonces tienes menos problemas». Una manera de pensar que Guardiola reprodujo años después expresandose de la siguiente manera: «En el fútbol se gana de muchas maneras, pero yo quiero el balón. Mañana voy a ganar o perder pero hasta el último día de mi carrera voy a hacer esto. No voy a cambiar» Y esta debe ser con Valverde o sin Valverde la filosofía que vuelva al Camp Nou.