Prácticamente un mes de competición es suficiente para empezar a hacer algunas lecturas de este megaproyecto del Barça de Pesic, que hace pleno en Europa pero ya se ha dejado dos partidos en una ACB donde el Real Madrid no permite tropiezo ninguno. Al margen del tiempo que se necesita para acoplar un nuevo equipo al Barça se le ha juntado un calendario muy exigente con numerosas lesiones, sobre todo muy localizadas.

A la ya sabida grave lesión de Heurtel se sumó la de Pangos y también la ausencia de Pau Ribas. Por si fuera poco cuando Malcom Delaney empezaba a carburar también cayó lesionado, así que Hanga y Bolmaro han asumido la dirección del equipo. El húngaro está respondiendo a las expectativas para bien y para mal, pero el argentino está siendo uno de los nombres propios de este comienzo. Ha tenido partidos mejores y peores, pero en cada minuto en pista ha demostrado que es un jugador sumamente especial para el que el club debería tener ya un plan medianamente diseñado. A falta de saber cómo transcurrirá esta temporada parece un jugador con gran potencial para destacar en ACB y también para ser un muy buen tercer base del Barça por sus particulares características.

Los problemas de dirección están repercutiendo en una circulación de balón poco fluida. Con los nuevos fichajes era de esperar ver más 1 vs 1 y acciones individuales, pero sin bases (o con Delaney en proceso de adaptación) por momentos se está abusando. Por eso Higgins alterna buenos partidos con otros más reguleros, pues puede ser un generador puntual, pero no de manera tan continuada. Al propio Kuric le estamos viendo ser más agresivo de cara al aro, siendo algo más que un mero receptor y creándose incluso sus propios tiros. Sabe el ex de Zenit que los minutos este año estarán caros y que en junio acabará contrato, así que se lo está poniendo dificilísimo a Pesic.

Mucho más le está costando a Abrines, como era de esperar, aunque evoluciona favorablemente y no es preocupante. Sabemos de su potencial ofensivo y es cuestión de tiempo que empiece a sumar, pero Pesic exige defensa y ahí sí se percibe una mayor adaptación. Empezó siendo un agujero negro y con el paso de los partidos estamos viendo un jugador más implicado en estas tareas. De ahí que Pesic haya empezado a tenerle en cuenta para minutos de más calidad que los que gozaba al principio.

Quien sí pesa estando o no estando es Víctor Claver. Vive un momento dulcísimo el valenciano, tanto a nivel de rendimiento como de reconocimiento. Da igual lo acertado que esté en ataque porque su impacto en defensa es enorme. Tanto es así que en estos partidos de ausencia Pesic ha intentado “clonarle” dando minutos como alero a Rolands Smits, que también es intenso, con centímetros y tiene buena mano. Evidentemente el resultado no ha sido el mismo, pero es otra prueba más de la transcendencia de Víctor en este equipo de Pesic.

Hablando del letón. Su temporada pasada invitó al optimismo, pero empezó esta 19-20 con pocos minutos y ahora parece en disposición de cambiar la situación. Pierre Oriola no encuentra su sitio en este Barça partiendo como ala-pívot suplente y a Pesic está claro que Smits le gusta, así que podría haber sorpasso en la rotación interior de los culés.

El que sin duda ha caído de pie en el equipo es Brandon Davies. Se necesitaba alguien así desde hace años y el primero que lo está agradeciendo es Ante Tomic. Por fin el croata va a pasar de ser discurso a recurso y ahí todavía tiene muchas cosas que decir, sobre todo en ACB, donde es muy difícil de parar. Tomic va a tener que sumar desde un papel menos protagonista y eso le puede beneficiar. Tiene más posibilidades de salir vencedor ante Pleiss que ante Dunston, ante Hunter que ante Tarik Black, ante Lauvergne que ante Vesely. Que Davies se pegue con los que hasta ahora siempre se han comido al de Dubrovnik.

 

Dejamos para el final a Mirotic. Uno podía imaginar que fuera así de sobrado, pero es especialmente destacable el papel que está jugando en este proyecto más allá de lo que pasa en la pista. Sus declaraciones, su papel como líder, el apoyo a los jóvenes y la manera tan natural de llevar el sacrilegio que parece haber cometido contra un equipo rival. Y esto acaba de empezar, así que cuando haya duelos directos el clima puede ser irrespirable. Él en pista es un abuso, pero tiene que leer mejor toda la atención que él genera, saber cuándo pasar y cuándo jugársela. En ocasiones peca de individualista y de querer hacer la guerra por su cuenta, pero es de agradecer su nivel de autocrítica.

Era previsible un comienzo de temporada así para el Barça, que sin todavía tener a todos sus efectivos ha sacado muchos partidos adelante por la enormidad de su plantilla. Los dos tropiezos en ACB han venido después de salidas en Euroliga y obviamente no son definitivos, pero si se quiere optar al primer puesto en Liga el margen de error es mínimo. En cualquier caso el Barça no debería obsesionarse con los resultados sino que la prioridad es crecer en sensaciones para llegar a abril con el equipo a pleno rendimiento e independiente de jugarse una serie con factor pista a favor o en contra.