Valverde y la gestión del desplegable
Si mal no recuerdo, fue Andoni Zubizarreta en su etapa como director deportivo quién acuñó el concepto de ‘despegable’ cuando se refería al segundo equipo del FC Barcelona. La idea, siempre según él, era la de contar con una plantilla corta para complementarla con los jugadores que sobresalían en el B.
Hacía tiempo, sin embargo, que el filial azulgrana no cumplía con dicha función. El curso pasado, sin ir más lejos, el primer equipo llegó a tener 24 fichas cubiertas y apenas se confió en los jugadores más jóvenes.
La buena labor de García Pimienta, entrenador del Juvenil A en la 17/18 y del B a partir de la 18/19, se ha visto reflejada en una generación de futbolistas que empiezan a asomar al primer equipo. Y, a diferencia de la temporada anterior, Valverde les está empezando a hacer un hueco.
Un tercer año ¿diferente?
Valverde empezó su tercera temporada como entrenador más cuestionado que nunca. El 4-0 en Anfield evidenciaba que su propuesta futbolística seguía haciendo aguas en la Champions, y carecía de la brillantez que se le presupone a todo un FC Barcelona.
La planificación de la plantilla en verano, sin embargo, presentó nuevos matices. El primordial, la mejora en cuanto a talento respecto la anterior, culminada con las llegadas de Frenkie de Jong y Antoine Griezmann. Además, se prescindió de jugadores que hacía tiempo que no rendían o directamente no daban la talla.
Esto abrió un espacio a la nueva generación de futbolistas de la cantera, que andan brillando en el filial. Y es que el buen trabajo de García Pimienta se puede resumir en el siguiente once inicial: Iñaki Peña; Wagué, Araujo, Cuenca, Miranda; O. Busquets, Monchu, Riqui Puig; C. Pérez, Álex Collado y Abel Ruiz.
Todos ellos, en menor o mayor medida, son susceptibles de llegar al primer equipo. A día de hoy, dos han subido ya – Wagué y Carles Pérez –, dos se han marchado cedidos – Miranda al Schalke 04 y Oriol Busquets al Twente – y el resto sigue en el filial esperando su oportunidad.
Éxitos ¿y fracasos?
Por ahora, el que resume mejor el éxito es Carles Pérez: la marcha de Rafinha le dio un espacio en la primera plantilla para asentarse como quinto delantero y, cuando ha tenido la oportunidad, no tan solo ha respondido con creces sino que además ha marcado la diferencia.
El rendimiento de Carles ha sido eclipsado por Ansu Fati, que ha tenido una aparición en la élite digna de un fenómeno que ha sorprendido a todos. Ni siquiera ha pasado por las manos de García Pimienta, si se excluye la pasada pretemporada con el filial en la que se exhibió como falso ‘9’.
Las buenas noticias que protagonizan Carles Pérez y Ansu Fati contrastan con el caso de Moussa Wagué, que aún no ha debutado y apenas ha sido convocado. Sorprende que Valverde le quisiera ya para el primer equipo y no le esté dando oportunidades, cuando un año más en el filial con García Pimienta le podría haber venido mejor.
Lo mismo se podría decir de Miranda, que no está gozando de oportunidades en Alemania, en un club con una filosofía muy diferente a la del Barcelona. Viendo las ausencias de Jordi Alba y Junior en esta primera parte de la temporada, no era difícil imaginarlo con oportunidades mientras cumplía un segundo año en el B.
Por lo que respecta al resto, hay un poco de todo. Mientras que tanto en la portería – Iñaki Peña – como el eje de la zaga – Araujo y Cuenca – cumplen la función de desplegable cuando toca cubrir una eventual baja de los mayores, es en el centro del campo donde la cosa no está funcionando.
La superpoblación de jugadores – vino De Jong, se quedaron Rakitić y Vidal y subió Sergi Roberto – impide ya no darle oportunidades a los del filial, sino al mismísimo Carles Aleñá, que ha desaparecido de las convocatorias cuando el año pasado se ganó por méritos propios un rol importante como quinto centrocampista. La falta de espacio en el medio rebaja las opciones de subir para Riqui Puig, el mejor jugador de la generación, seguido de cerca por Álex Collado.
Y es que, si bien es cierto que este tercer año Valverde ha empezado a dar oportunidades a los más jóvenes, la sensación es que aún queda camino para recorrer. El filial carbura con García Pimienta y hay una generación de futbolistas con talento que pueden tener recorrido en el primer equipo: habrá que aprovecharlo.