Wagué o el Alquimista Impaciente
Por @PapitoOscar
En la, para mí, mejor obra de Lorenzo Silva, un arquitecto diseña un castillo imaginario y mientras tanto, entre sueños, se van apareciendo personajes que no reflejan otra cosa que sus miedos y angustias vestidos de personas reales. ¿Qué pasará por la cabeza de un jugador del primer equipo que, teniendo ficha con la primera plantilla, apenas ha podido ayudarles en el césped en partido oficial? ¿Cuáles serán sus miedos, sus pensamientos, sus frustraciones? ¿Tendrá paciencia para ver que esto, pese a sus “ya” veintiún años, forma parte de su proceso formativo como futbolista?
Es complicado saber lo que tiene en la cabeza del jugador de origen senegalés, pero seguro que en su imaginario a principio de temporada, no estaba el de apenas disputar minutos con el primer equipo, cuando todos pensábamos que sería el sustituto natural del eslabón débil del once titular; Nelson Semedo, y no una pieza decorativa que ahora completa los partidillos de entrenamiento.
Es posible que el retorno de Sergi Roberto al puesto de lateral, la ¿excesiva? Confianza de Txingurri en el lateral portugués o, simplemente, la falta de calidad futbolística de Wagué, hayan supeditado a este a un papel residual que no tiene visos de girar, al menos en estos momentos de la temporada.
Metro setenta y siete centímetros, 21 años… ni es tan bajo, ni tan joven como se pudiera creer. Sin que esto explique su ostracismo, pero quizá tenemos una versión distorsionada del jugador.
El sábado en Butarque todo apunta a que, dadas lesiones y sanciones, será de la partida titular. Ahí, en el césped, empezaremos a entender muchas más razones de por qué (no) juega. Y nos servirá como baremo en la toma de decisiones, muchas veces sospechosas, de Ernesto. No se hace una planificación deportiva pensando que tu lateral diestro reserva tiene que ser de la partida para, pasados unas pocas semanas, sea susceptible de cesión. Algo chirría en dichas determinaciones. Algo que no sabemos si es coyuntural o enquistado en el seno culé. Sea como sea, tenemos un problema, y tan pronto se tome una solución que elimine estos problemas de raíz, mejor para todos.
Al final Wagué no es un futbolista más que cae en el olvido, hay algo estructural en este fracaso. Algo que no se solucionará en Leganés este sábado, salga como salga la titularidad del chaval. Si es que a Ernesto no le da por experimentar en Butarque. Igual, como vamos tan sobrados de puntos, sobre todo fuera de casa… (nótese la ironía)