Cuando el Barça firmó por dos temporadas a Kevin Pangos se hacía con los servicios de unos de los bases más cotizados del momento. Un crecimiento enorme y algo sorprendente bajo la tutela de Sarunas Jasikevicius y base titular de un heroico Zalgiris de F4. Ni que decir que las expectativas no las ha cumplido.

Llegaba para gobernar el nuevo proyecto de Pesic, marcar el ritmo del equipo, hacer mejores a todos sus compañeros, anotar cuando se le necesitara y dejar a Heurtel en un rol de jugador microondas. Nada más lejos de la realidad. En ningún momento se hizo con los mandos del equipo, su nivel (sin ser desastroso) no llegó al mínimo exigible ni fue regular, le costó encontrar buenos porcentajes, fue superado en las dos series más importantes de la temporada (Efes y Final ACB) y Heurtel le comió la tostada de manera evidente. Para colmo el que era su suplente en Kaunas (aunque coincidían mucho juntos) se convirtió en el mejor base de Europa. Los defensores del canadiense pueden afirmar que pasar de Saras a Svetislav era un cambio muy abrupto y que la propuesta del balcánico no potencia las virtudes de Kevin, pero minutos tuvo de sobra y, en muchos momentos injustificados, incluso.

Así se llegó al verano, con el Barça debatiéndose entre renovar o no al base que quería que siguiera o cortar o no al que tenía contrato, pero el “no” de Kostas Sloukas simplificó el dilema para el Barça, que decidió darle a Heurtel el contrato que pedía y confiar en que un segundo año de Pangos sería mucho mejor. Pero entonces la desgracia se cebó con el francés y obligó al Barca a mover ficha si no quería dejar su megaproyecto sin timón, así que recurrió a un viejo deseo para cubrir la baja del galo, Malcom Delaney. Pangos-Delaney sonaba bien, pero el canadiense también cayó, recayó y hasta hoy, cuando no sabemos absolutamente nada de su vuelta. Lo que sí podemos saber es que su temporada puede estar muerta antes de empezar.

Para él era vital comenzar bien la temporada, asumir la responsabilidad que le tocaba, mejorar las prestaciones de la campaña anterior infinitamente mejor rodeado y con el aprendizaje de la 18-19. Tenía ante sí la oportunidad de empezar siendo el base titular y demostrar que podía estar a la altura, pero esta lesión que no tiene fin va a acabar con cualquier esperanza de verle triunfar en el Barça. No va a tardar en reaparecer mucho menos que Heurtel, Delaney empieza a carburar y Hanga parece convencer a Pesic desde sus peculiares características como base. Va a ser difícil que en esta situación encuentre su sitio en el equipo, minutos de calidad y pueda jugar sin la ansiedad de demostrar permanentemente cosas.

Pangos es un problema más (bendito problema) para Pesic, que cuando disponga de la plantilla al completo deberá hacer malabarismos para dar minutos a todos. Por ahí jugadores como Ribas, Abrines, Smits y el propio Pangos (ni menciono a Pustovyi) realmente van a tener complicado disfrutar de minutos, sobre todo cuando llegue febrero y los partidos más sustanciales de la temporada.

¿Cómo puede revertir la situación Pangos? Desde luego reapareciendo ya, antes de que vuelva Heurtel y a poder ser antes que Claver para mandar a Hanga al “3”. Si algo se echa en falta en este Barça donde sobran anotadores es fluidez en el juego, continuidad y una mejor circulación de balón. Ahí Pangos puede encontrar su lugar y puede mejorar el colectivo sin que él tenga que sumar, como sí se requería el año pasado de los bases. La mejor noticia para el canadiense es que en este inicio de temporada y a pesar de los buenos resultados por momentos se le ha echado de menos, al menos al Pangos que sabemos que puede ser y no al que de momento ha sido con la blaugrana.