El derbi feliz
El día 4, vísperas de día de Reyes Magos, el FCB se enfrentó a su mayor rival territorial, el Espanyol, con un final ya por todos conocidos, un final que nos dejaba un poco frío para la noche de reyes. Sin embargo, ese día, bajo los focos del Camp Nou, se jugaba otro partido, anterior, el de sus canteranos.
A diferencia de su hermano mayor, el partido que disputó el B tuvo un mejor desenlace, tanto en marcador, como en juego, cosa que ya parece hasta obvia hablar.
El mini derbi
El filial blaugrana saltaría al campo con algunas sorpresillas, unas forzadas, y otras productos del libreto de Pimienta. Por un lado, el portero sería Sergi Puig, cambio obligado por la llamada del titular Iñaki Peña para estar con el primer equipo, y por otro lado, Guillem entraría por un mermado (físicamente) Morer.
Sin embargo, estos cambios son normales, naturales, pero el de la titularidad de Abel Ruíz, con todo el ruido mediático a su alrededor, no tanto. El entrenador del B había venido apostando por Hiroki Abe como su falso 9, incluso posicionando por ahí a veces a Collado. Y la cosa, es que Abel respondió, y muy bien a mi parecer.
Con todo lo anterior expuesto, este sería el aspecto que se formaría en ataque y salida de balón:
Como podemos observar, hay pocos, muy pocos cambios tácticos en el libreto de Pimienta, las cartas están marcadas, quitando el anterior partido que fue un poco diferente con el doble lateral.
Riqui, otra vez
La posición de Riqui está siendo un quebradero de cabeza tremendo para los equipos, ya que en salida de balón, esa zona izquierda, en especial, cuando el rival ataca desde su izquierda (nuestra derecha), es una zona muy difícil de alcanzar.
En el partido que nos atañe, no eran infrecuentes los balones directos desde el portero o defensas hacia un Riqui muy escorado que conduciendo y driblando subía el balón 20-30 metros. Una verticalidad individual, al servicio colectivo, que se está empezando a repetir como parte de un bonito discurso. La velocidad y creatividad de Riqui hacen el resto, pero la premisa parece clara, el interior es una baza individual muy poderosa sobre la que sustentar la salida de balón en transiciones y presiones altas.
Doble o nada
Otro recurso que vimos a menudo en el partido y parece empezar a desarrollarse con normalidad, son los dobles cambios de banda, recurso por otro lado que me encanta. Riqui conduce pegado a banda, interioriza y suelta con un pase combado, como si de un cambio de orientación se tratase a Collado, que le espera en la otra orilla. Alex recibe, otea el panorama y vuelve a cambiar la dirección hacia Hiroki o el extremo en ese momento que se encuentre.
Todas estas acciones se producen de manera muy concatenada y fluida. Permite no solo atraer y descolocar al rival en zonas donde no se va a desarrollar la “última acción”, sino que permite juntar al equipo. En ese lapso de tiempo, Akieme llega, el extremo izquierdo adquiere una zona peligrosa, los centrocampistas se asientan, y el delantero aguarda su turno.
Abel Ruíz
Fue la presencia destacada del partido, por rara, aunque parezca mentira. Como he expuesto, el filial estaba siendo frecuentado por la figura del falso 9, encarnada por Hiroki, pero fue en el derbi de filiales, cuando se volvió a prescindir de esa figura… o no.
Y digo esto, porque la labor del 9 en este equipo es muy “falsa”, es muy dura para el jugador, porque te requiere de unos conocimientos y formas de jugar “impropias” de un imberbe.
Es por ello que el partido de Abel fue bastante bueno. Sus movimientos sin balón alternaron muy bien el apoyo y el desmarque, la atracción y el alejamiento. Una función que a Pimienta le viene genial es el juego de espaldas y el posterior “jugar para el equipo”. El delantero valenciano, pese a la dificultad de la tarea, sacó buena nota.
Siempre he defendido que ser delantero centro es muy difícil para un joven, máxime si es un central experimentado el que te defiende. Y es aquí donde radica un poco el asterisco, los centrales eran canteranos, con todo lo que ello conlleva.
Final del partido
Como suelo hacer, no hago demasiado referencia al marcador, porque es algo no tan importante, pero el filial está haciendo una temporada muy buena, en una categoría durísima, cerrando su primera vuelta a 3 puntos del líder y desarrollando un juego que en muchos encuentros, por no decir en la mayoría, se está mostrando dominante.
PD: Pimienta, me lo estás poniendo difícil, que tu equipo juegue de una manera tan continua y reconocible resta variabilidad de la que hablar, el año pasado lo tenía más sencillo.