El Barça de balonmano ha vivido una de las noticias más traumáticas de los últimos tiempos para la sección; la retirada de Víctor Tomás. Y no lo es tanto por el hecho, el jugador se encuentra bien pasada la treintena aunque él y el club querían renovar, pero lo es por la causa; un problema cardíaco que nos recuerda que los más perfectos atletas son también humanos y vulnerables.

La retirada del capitán va más allá de su peso deportivo. El extremo ha marcado muchos goles muy importantes, pero en los últimos tiempos tampoco era uno de los grandes estiletes ofensivos del equipo. Sí que era su emblema, alma, líder y cara más reconocible. Tomás fue durante muchos años el único canterano en el primer equipo, así como el jugador más carismático y el que más conectaba con la grada, gracias a su garra, de una manera muy similar a la que en su momento fue icónico el gran Rafa Guijosa. Posiblemente aún a día de hoy sea el jugador más carismático y significativo del equipo. Otros como Aitor Ariño o los jóvenes Aleix Gómez y Álex Pascual deberán asumir el rol de canteranos en una escuadra plagada de estrellas internacionales.

Puede ser un problema para el club cuando se trata de enganchar a la afición el no tener grandes jugadores con carisma y que sientan el club. La marcha de Viran Morros al PSG ya fue un duro golpe en ese sentido. El Barça deberá buscar la manera de que la afición se identifique con el equipo, o con algunos jugadores, pero el hueco simbólico que Víctor deja en la sección es un socavón importante de mucho más peso anímico que exclusivamente deportivo.

La importancia del día a día

El Barcelona ha vuelto a buen ritmo tras el Europeo de balonmano que ganó la selección española; todo victorias, con buenos momentos de juego y buen trabajo del equipo. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana el Barça venció 26 a 30 al Elverum en Champions sobreponiéndose también a un buen equipo que contó con un guardameta muy inspirado y con buenas ventajas en la fase inicial del partido.

A pesar de todo, y con la consolidación del liderato en el grupo de Champions, el Barça ha entrado en una fase de la temporada en la que es importante volver a acumular entrenamientos tras el mes con las selecciones y afinar todas las armas para los momentos calientes que empiezan a estar apenas a unas semanas vista; las siguientes rondas de la competición europea. De acabar primeros, los de Pascual tan solo deberán disputar la ronda de cuartos de final antes de la ansiada Final Four de Colonia. Conviene llegar preparados.