Adam Hanga, ¿lo queremos o lo odiamos?

Adam Hanga es uno de los rostros más reconocibles del Barça de baloncesto, así como el mejor defensor exterior del continente, probablemente de manera indiscutible. Asimismo, gracias a su soberbio físico y a su excelente manejo de balón esta temporada ha ejercido de base ocasional por las lesiones sufridas por el equipo, con momentos en los que ha destacado por un buen número de asistencias, aunque por lo general se ha notado en el ritmo y en cómo jugaba el equipo, ya que no es base.

Como experimento, su resultado global creo que ha sido positivo, pero el problema de Hanga como base es que ha sido un experimento que desafortunadamente ha durado mucho más de lo que debía, por la prolongación infinita de la lesión de Pangos y, en menor medida, el esguince de Heurtel poco después de su reaparición.

El Hanga alero es un jugador valioso, especialmente por su intensidad, físico y defensa, y las dos primeras le valen para ser una amenaza en las penetraciones y cerca del aro. Pero la vertiente ofensiva del húngaro muestra dos grandes defectos; un tiro de tres que no llega al 25% y un inconsistente tiro libre que, pese a mejorar este año ostensiblemente, no es raro ver por debajo del 70%, siendo un aspecto esencial para un jugador que se beneficiaría de los contactos en sus poderosas entradas a canasta. De hecho, un buen tiro de tres lo convertiría en una gran amenaza en ataque precisamente por esa exhuberancia física ante defensores peores físicamente y forzados a dejar mucho más espacio detrás suyo.

Por otro lado, también es cierto que, mientras que Hanga puede ser un problema en ataque, si realmente no tuviera dificultados en el tiro, sin ser un francotirador, es tan superior en otros aspectos que probablemente estaría en Estados Unidos.