La oportunidad de Arthur, la oportunidad de Setién

@Joanbarriach

Volver a competir tras estar más de dos meses parados debido a la pandemia va a cambiar todo lo que se había pronosticado anteriormente. Una media de dos partidos por semana, sin margen para descansar ni recuperarse, todo deprisa y corriendo para poder terminar una liga que sólo entiende de cifras y no de deporte. Ahí, en estas circunstancias, es dónde pueden florecer y aparecer figuras que hasta ahora no han disfrutado de protagonismo, como es el caso de Arthur Melo.

El centrocampista brasileño ha vivido una segunda temporada en la que han prevalecido las sombras por encima de su luz deportiva. Con los interminables y constantes problemas físicos y la maldita rumorología sobre su vida fuera de los terrenos de juego nos han dejado sin el que fue el mejor interior culé durante la pasada campaña. Si Arthur está bien impone ritmo de juego y cambia la cara del equipo. Vuelve a recordar aquello que ansía ser y que ya no sabe ni puede ofrecer con continuidad.

El nivel y el talento queda fuera de toda duda. Jugador con pie, con personalidad, sin miedo a arriesgar con el esférico y siempre hábil para iniciar jugada y dar velocidad al juego colectivo. Su presencia en esos 45’ en el Bernabéu, de las pocas veces que se le pudo ver, dio esa sensación de –Buenas noches, somos el Barça y hemos venido a jugar-. El problema es igualmente tan o más conocido como su talento, y es que no lo puede mostrar más de 60’ en un partido ni tener continuidad a lo largo de las semanas. El equipo azulgrana demasiadas veces no ha podido contar con su presencia por los problemas físicos y su falta de fondo.

Arthur debe cambiar las dinámicas

Durante este tramo final de la Liga del virus las dinámicas que se arrastraban de antes van a cambiar, o no, debido al largo parón. Y Arthur va a tener la oportunidad de poder desarrollar aquello que tiene dentro y que por h o por b no ha sido capaz de ofrecer durante todo este tiempo. Quique Setién, si puede o quiere, va a poder disponer de una pieza que le cambia completamente la cara de un equipo que necesita energía, juventud y talento.

Si por el contrario Melo no consigue brillar, o no consigue superar los continuos contratiempos que le privan destacar sobre el césped, va a estar ante un verano complicado. Sería su tercer verano culé, su tercera temporada y en unas circunstancias en las que la paciencia y la confianza pueden ir disminuyendo si no consigue romper con el ciclo de juego, lesiones, molestias, juego, cansancio, lesiones y vuelta al ruedo de forma interminable. De él va a depender y de Setién aprovechar el momento.