Una tortilla diferente
Se dice que una tortilla de patatas solo lleva huevo y patatas, opcionalmente cebolla como mucho. Sin embargo, una vez ideada la receta perfecta, surgen nuevas y con nuevos ingredientes.
Un poco de queso, un poco de piñones, un poco de espincas, un poco… de lo que quieras. Sin embargo, no es una tortilla de patatas como tal. Se parece, pero no lo es. Esto es lo que le pasó a nuestro B en su primer partido de playoff, fue una tortilla de patatas diferente.
La presentación
Ante las numerosas bajas, a Pimienta no le quedó otra que formar un equipo de circunstancias, que parece será el definitivo en estas eliminatorias. El B se presentó de la siguiente manera:
Como se puede ver, un once bastante cambiado al de mayor potencial mostrado hasta ahora por nuestro filial. Si las subidas al primer equipo de Araujo, Riqui y Ansu eran traumáticas, la verdadera pesadilla surgía con el metatarso de Collado. Si bien es verdad que la baja de Ansu no se puede echar de menos (no ha sido partícipe en todo el año), la del resto de los mencionados si, y de manera absoluta.
Y no solo estos 4 nombres se echarán de menos, también los de los no renovados. Entre ellos, el más problemático será el de Kike Saverio, el cual había hecho una grandísima temporada, siendo clave durante todo el año.
Los sabores de la tortilla
Ante tales hechos, Pimienta no quiso arriesgar y quiso hacer la receta lo más parecida posible a la anterior… y ojo, le salió my bien. Aunque en defensa no hubo grandes cambios (la baja de Araujo siempre se va a notar), en el resto de líneas si los hubo, y notables además.
En el medio, la presencia de Orellana como pivote era fundamental, ya que no generaba un doble cambio forzado (Monchu fuera del interior por ir al pivote). En salida de balón, Jandro es indispensable.
El pivote tiene una misión clara, generarle líneas de pase y triángulos a los defensas en salida de balón, y casi nunca, hundirse como centrales, como máximo, ser un central lateralizado. Dicho esto, Orellana es quien cierra el pico central de la W en la que avanza Pimienta, y por ello, los laterales suelen ser parte fundamental en salida.
Con este panorama, nos encontramos a nuestros dos interiores. No es lo mismo que el interior zurdo sea Riqui, a que lo sea Monchu, así como no parece ser lo mismo en el interior diestro que el zurdo. Monchu desde la posición “Riqui” jugó más sujeto en fase ofensiva.
Esto no le dificultó para saltar a la presión muy arriba, llegando incluso a coincidir varias veces ambos interiores en presión adelantada, aunque la imagen más vista solía ser la del 4-2-4 presionante. A su vez, Monchu tuvo tramos de ejercer incluso de falso doble medio centro. Apoyando la salida de balón desde un escalón más bajo, catapultando de manera indirecta a Ilaix, que generara el tercer escalón.
El juvenil hizo un verdadero partidazo. Sus dotes para conducir son innegables, pero su partido en interpretación de las zonas y el giro fueron muy potentes, fue el beyblade con el que chocaban los pucelanos. Si protegía la bola, el choque del defensor le catapultaba para su giro y conducción, y claro, sacó un par de amarillas con esas acciones. Ante la ausencia de Collado, fue el mayor nexo de unión del centro del campo con la delantera, siendo a veces el atajo desde la defensa.
Y no solo eso, con la entrada de Reis, cambió de banda y a priori su influencia podría disminuir, pero no fue tal que así. Me gustó la pausa que fue adquiriendo en sus toques, así como esa agresividad en sus movimientos, de los cuales nació el tercer gol. Siendo sinceros, el partido de Ilaix no fue el infierno por parte del rival, pero si una muestra de la calidad de nuestro particular Pogba.
Siguiendo con el escalón de más arriba, la baja de Collado lo cambiaba todo. No era Alex un extremo al uso, tampoco un interior reconvertido como se probó a Aleñà en su momento. Collado era un híbrido perfectamente diseñado para ser el nexo (que en este partido fue Ilaix), el de la pausa y la aceleración, la creatividad y magia desde zonas “fáciles” de defender para el B y difíciles para el rival, el mejor jugador del B jugando entre líneas, flotando por el campo.
En su lugar, Pimienta no quiso revolucionar el once, sino que dio entrada a Matheus, un jugador que quizás sea de un perfil parecido, pero claro, con diferencias un tanto… grandes. Matheus intentó ser ese extremo diferente al izquierdo, menos punzante, más de pausa y de generar superioridades con balón al pie. El ritmo del brasileño y la percepción espacial son bastante inferiores a las de Alex, sin embargo encontró en Morer e Ilaix jugadores a los que lanzar y ser receptores de sus pases una vez se salían de sitio sus rivales, jugadores que le hicieron la vida mucho más fácil.
Por último, y no menos importante, hacer referencia al que fue para mí el mejor del partido, Miguel De la Fuente, delantero centro del Valladolid. Miguel fue un auténtico infierno para su pareja de baile, Mingueza. La doble punta del Valladolid supo jugar bastante bien el partido, teniendo consignas claras, sacar a los centrales de su zona, despistarlos para las llegadas desde segunda línea y el aprovechamiento de un integrante de la pareja a la espalda del hueco liberado previamente. Miguel sacó constantemente a Mingueza de su zona, lo buscaba para luego salir, lo atraía como pelota a perro, de delante atrás, de delante en diagonal, de delante hacia fuera, la paleta de movimientos fue extensa, y todas favorecieron salidas y jugadas más prolíficas del filial pucelano.
Con la salida de Miguel, el filial pudo respirar aún más, ya que el volumen de juego no era lo suficientemente alto como para controlarle con balón. Incluso la ayuda de Monchu a Orellana, generándose incluso a veces pareja de mediocentros, y el gran partido de Cuenca no pudieron hacer defendible ese intervalo generado delante de los centrales. Miguel fue la resistencia que casi quema nuestra tortilla.
El próximo pedido
En este partido, marcado por un gran asterisco por ser su rival también un filial, Pimienta se sacó de la manga una suculenta tortilla diferente. El próximo rival, veremos cómo reacciona ante esta receta, aunque Pimienta contará con una buena noticia, Araujo.
El central uruguayo permitirá una receta más fidedigna a la elaborada hasta el momento, un potenciador de sabor como pocos. Veremos si es suficiente para igual a la tortilla de patatas pre Covid.