Durante un rato, vamos a intentar meternos en la mecánica de mercado de la directiva del Barça y a valorar qué tiene que pasar para que el Club pueda hacer incorporaciones y, a su vez, no perder dinero a cierre de mercado.

En los últimos años, el Barça ha cuadrado sus cuentas a base de ventas de jugadores. Básicamente, operaciones que aseguraban acabar en positivo el ejercicio económico. Muchas de estas operaciones, además, en último día de mercado.

Como ejemplo más cercano, Arthur. A 30 de junio, el Barça cierra una operación que le asegura unos +45-50M€ en beneficios para el ejercicio 2019/2020. Si en un contexto normal se daban operaciones como la de Neto – Cillessen, en mitad de una pandemia había que exprimir esa opción todavía más.

A 30 de junio, además, el Getafe se decidió a acogerse a la cláusula de compra del contrato de cesión de Cucurella, lo que aseguraba otros +10M€ en beneficios. Claro, Arthur se vende por 72M€, pero todavía quedaba una buena parte de la amortización de su fichaje, pero Cucu es de la casa y ahí cualquier venta es beneficio contable.

El Barça tenía que arreglar las cuentas de la temporada pasada y lo hizo (o maquillarlas, porque nadie va a poder arreglar sus cuentas en mitad de la COVID). Con una temporada que empieza estropeada, el margen de maniobra es menor, así que no pueden permitirse salir en negativo del mercado.

La primera regla: el balance contable entre fichajes y ventas tiene que ser, como mínimo, cero. Y digo cero por poner un límite inferior no negativo pero, como siempre, aquí la idea es salir tan positivo como razonablemente se pueda.

Pero no solo tienen que acabar cuadrando los ingresos extraordinarios y las amortizaciones. Después de años arrastrando el mismo problema, la directiva del Barça al fin ha aceptado que deben disminuir la masa salarial. Una cifra que se ha visto reiteradamente aumentada en cada renovación de los últimos años.

La segunda regla: el balance de salarios dados de baja y de alta tiene que positiva. ¿Cuánto? Tanto como razonablemente se pueda. ¿Y como mínimo? No tenemos cifras objetivas de contratos, así que no hay mínimo numérico. Pero nos las apañaremos.

Esto lleva siendo así desde que se decidió suspender la competición en marzo. Pero en las últimas semanas más de 20.000 personas han decidido que quieren votar para echar a una junta que en los últimos meses (y años) se ha aferrado a sus sillas como Reixach a su puesto de trabajo.

Parece remota la posibilidad que en cualquier punto de este proceso esta junta dimita. Quizá en un último instante de orgullo con todo perdido, pero no apostaría demasiado por ello. Así que…

Llegamos a la tercera regla: tenemos que intentar cambiar la corriente de opinión actual. Porque antes bastaba con limitar esas corrientes de opinión, pero ahora parece que no es tan viable. En algún momento se les fue de las manos de Ace Ventura.

Muchas restricciones, ¿no? Como para que luego digamos que la secretaría técnica del Barça no trabaja. Me imagino programar una optimización de decisiones en base a estas restricciones y me cuesta ver que no acabe con una seta atómica con un “The End” en cursiva en pantalla.

Pero hemos venido a jugar, ¿no? ¡JUGUEMOS A ENGATUSADOS!

¿Qué ha pasado hasta ahora? Empecemos por lo que menos importa a la mayoría de socios en cuanto a fútbol; el Barça B. Matheus Pereira, Ndiaye y Gustavo Maia, que más o menos dejarán un gasto en amortizaciones de 2-3M€, nada preocupante, así como un conjunto de sueldos que probablemente no llegue ni a uno de primera plantilla.

¿Mal comienzo? No creo, operaciones menores que poco afectan a las decisiones en el primer equipo. Pero con el truco de Arthur venía la contrapartida de Pjanic. 15M€ más en amortizaciones para la 20/21 y un salario posiblemente superior al de Arthur.

Vamos a empeorarlo. Trincao. 5M€ en amortizaciones y su salario… ¿pero qué estamos haciendo? Ya vamos con unos 23M€ en pérdidas y pagamos más en salarios. Y si fichamos a Eric García… pues otros 3M€ en amortizaciones, además de su salario.

Como lo de vender siempre nos cuesta, primero quitemos cuotas de seguridad social que eso hay que tocarlo sí o sí. Así que vendemos a Rakitic por más o menos lo que queda por amortizar (renovó hasta 2021) y ahí nos quitamos un salario interesante.

Ahora ya vamos cumpliendo la segunda regla. Pero por muy poco, necesitamos aligerar más cuotas de la SS. Vidal, fuera. Esperemos poder venderlo por los 7M€ de faltan por amortizar, porque sino… de todas formas, un salario bonito que nos quitamos de encima.

Pero las ballenas cuesta sacarlas del mar. Hay que librarse del sueldo de Suárez. Y, claro, no voy a dejarle libre pagándole el año que le queda de contrato, para eso que se quede. En todo caso, también debería irse por no menos de unos 9M€ que faltan por amortizar (renovó hasta 2021).

En el caso de ambos, incluso se podría pactar rescindir el contrato abonándoles una parte de salario. Porque con los contratos que tienen, una buena parte de cada uno ya sería mucho. Aun comiéndose el Barça lo que resta para amortizarlos. Lo que nos lleva a pensar lo que hubiesen agradecido las cuentas del Barça que Messi se fuera (salario out) y encima que alguien pagara algo (directo a beneficios).

Pero claro, y por orden de aparición, la primera regla. De momento, perdemos dinero. Hay que vender algo tocho. Nadie nos va a pagar para que lo de Coutinho quede en positivo y a Dembélé ni en papel de regalo. ¿A quién nos van a fichar?

A nadie, porque todos cotizan a la baja. Salvo alguno, que tiene mercado con cifras interesantes. Además, uno tiene a un agente que te lo cuela en algún lado seguro. Pero te queda una posición más coja de lo que ya era desde hace años. La tercera regla empieza a asomar la cabeza.

Vender a Semedo por los 37M€ que se barajan es un negocio redondo. Le quedan unos 14M€, así que tendríamos 23M€ en beneficios extraordinarios y un salario intermedio menos en la plantilla. Si diéramos por hecho que a Vidal y Suárez los podremos colar en algún lado… estamos a cero en compra-ventas.

Pero hay que pensar en todo lo que nos ahorraremos en salario sin Vidal y Suárez… ya sin Vidal y Rakitic es considerable, pero es que si además se va el uruguayo… quizá unos millones de margen hay para poder “violar” la primera regla por haber sacado matrícula en la segunda.

Aquí ya se presenta el Señor X y les dice que algo bueno, bonito y barato hay que fichar. ¿Quizá algo que suponga un gasto en amortizaciones de 5-10 millones? Serían entre 25 y 50 millones… Koeman nos pide a Depay, pero nos falta algo en el lateral derecho.

En todo caso, son dos fichajes que juntos harían el máximo y uno sería lo recomendable, porque además fichas a su salario. Solo nos da para uno. Salvo que podamos convencer a algún club que nos haga eso de la cesión con opción de compra “obligada”. Pero el Norwich no quiere y al Ajax le ofrecen cash. Y el Olympique también quiere venta.

“¡Todos quieren cash, por dios!”, murmulla cabreado el Señor Negro. Pues claro que quieren cash, todo el mundo quiere cash en mitad de una pandemia en la que han sufrido pérdidas más que relevantes todos y cada uno de ellos. Cash o venta, como prefiráis.

Así que el Barça está aquí, luchando contablemente para intentar cambiar la corriente de opinión sin infringir la primera regla, o haciéndolo pero compensando con la segunda. Pero atentos. Porque con Wagué al PAOK nos sacamos un salario… y a Todibo si lo colamos por 5-10M€… entonces quizá nos daría para los dos.

¿Y la cosa va de 10-20M€? En los últimos años, las cuentas del Barça siempre van de 10-20M€. De hecho, lo responsable sería no incorporar más de lo que ya se ha hecho, porque ahora más que nunca las cuentas piden austeridad… pero ahora más que nunca lo deportivo pide caras nuevas.

Falta el tema de la Acción de Responsabilidad Social. Si la directiva acaba mandato, controlan las cuentas y pueden hacer ingeniería financiera. Aunque siempre existe la posibilidad que la siguiente junta haga lo que le hizo la de Rosell a la de Laporta. O que interpongan una ARS por otros temas, como el Barça Gate o las cosas raras que llevan pasando desde hace años.

Si no acaban mandato, se pondrían en duda las cuentas de la 2019/2020 y quizá esas son las que necesitan que no se revisen, porque sino se librarían de la responsabilidad de la actual temporada (al menos en parte). Esta junta, la que ganó las elecciones en 2015, tiene un beneficio acumulado de unos 85M€, si tenemos en cuenta que se habla de 97M€ en pérdidas de la 19/20… necesitan que esta temporada cierre en positivo para que su balance global en el club no salga a deber. Y aquí iría de 10-20M€. Pero en todo caso no hay forma humana de evitar la posibilidad de una ARS porque depende de la voluntad de la siguiente junta o de cualquier grupo de socios.

¿En resumen? El Barça tenía que vaciar y esa era la revolución de Bartomeu. La regla dos era la base del juego y se va a cumplir sin demasiados peros. El tercera regla todavía está en juego su cumplimiento, y aunque sería un acto de responsabilidad no cumplirla, es decir, no fichar en función de criterios ajenos a lo deportivo y/o económico, el background de esta directiva nos hace pensar que alguien va a venir. Porque a Semedo lo iban a renovar hace un mes y cuando un grupo de socios ha recogido 20.000 firmas en su contra, le han buscado rápidamente casa nueva. Parece inviable tener mucho beneficio por la venta de jugadores si le restamos a eso lo que las amortizaciones vayan a impactar en las cuentas de la 20/21, así que la primera regla… fail.

No puedes acudir a un mercado en el que tus bajas solo pueden darse para cubrir gastos y liberar salario porque no tienes activos que puedan dejar un buen montante. O sí, pero uno se fue a 30 de junio y el otro lo que va a hacer es que no tengas pérdidas en la ecuación beneficio contable por ventas menos amortizaciones acumuladas adicionales. La regla uno no es compatible, a día de hoy, con la tres, salvo sorpresa. Así que a dos semanas de acabar el mercado….

¡PARECE QUE HEMOS SIDO ENGATUSADOS!

PD: Este texto empezó siendo un hilo de tuits pero su extensión ha hecho repensar el formato.