Miralem Pjanic, la hipoteca bosnia

El Barça incorporó por cuestiones financieras y, posiblemente, deportivas a Miralem Pjanic de cara a esta temporada. El bosnio es, a corto plazo, un buen mediocentro. Incluso se podría decir que es un jugador de élite en su posición. ¿El problema? Tiene 30 años, en su posición original se encuentran Frenkie de Jong, que debería ser el buque insignia en circunstancias normales, y Sergio Busquets, leyenda del club, vaca sagrada y un jugador con jerarquía.

A muy corto plazo, en el doble pivote de Koeman, su titularidad es casi innegociable. De Jong no termina de asentarse como ese centrocampista dominador. Ese jugador que se intuía en Países Bajos como futuro metrónomo del fútbol europeo no es el que se está viendo en Can Barça. Igualmente, su rendimiento sigue siendo digno, no es diferencial pero en un equipo descompuesto y en plena reconstrucción pasaría a ser el problema número 14 del club. Además,  a su lado Busquets está en un bajísimo nivel y con pocas perspectivas de mejora.

El otro gran motivo por el que Pjanic entrará pronto en los onces porque Lenglet ha empezado bien, Piqué ya no es una joven promesa, Araujo está lesionado y Umtiti no cuenta para nada. De Jong acabará teniendo bastantes minutos como falso central y Miralem no tiene demasiada competencia que le pueda disputar el puesto. Después ya están una reconversión de Sergi Roberto, Aleñá y un semidescartado Riqui Puig.

¿En un futuro no tan próximo el rol de Pjanic será este? ¿Nos imaginamos a Miralem a sus 32 años aguantando como titular en un Barça más serio y formado si todo evoluciona favorablemente? En breves habrá unas necesarias y urgentes elecciones a la presidencia del club y surgirá una nueva dirección deportiva, otras personas y otras intenciones. Es posible, e incluso razonable, que se considere necesario enfocar el equipo de un modo en el que el bosnio no deba ser importante, a pesar de tener un buen contrato firmado que pueda hipotecar una reconstrucción más profunda que puedan desear los nuevos responsables.

Para Koeman, hoy, en 2020, Pjanic es y será importante. Por méritos propios y deméritos de los demás el bosnio debería ser indiscutible en poco tiempo en los partidos importantes que deba afrontar el nuevo Barça de Koeman. Pero siempre debe caber el debate si su fichaje, útil y básico hoy, no acabe convirtiéndose en otra hipoteca más que haya regalado la siempre poco edificante directiva presidida por Bartomeu.