Tres problemas del Barça en ataque

EL SECTOR DERECHO
La principal novedad en el esquema de Koeman es que Leo Messi está jugando de interior. El dibujo está pensado para que el rosarino parta de esta posición pero acabe jugando allá donde es más decisivo, en la mediapunta derecha. Las diferencias respecto al 1-4-3-3 de los años anteriores, en el cual el ‘10’ partía del extremo derecho, son bastante notables.

Actualmente, Koeman ha optado por abrir la banda derecha con un extremo puro – en este caso, Dembélé – y cerrar al lateral por dentro – Sergi Roberto –. Este nuevo reparto de espacios es muy positivo porque permite, por un lado, crearle espacio a Messi en su principal zona de incidencia y, por el otro, controlar mejor la transición tras pérdida.

La elección de los jugadores para llevarlo a cabo, sin embargo, suscita dudas razonables. Desde el lateral, Sergi Roberto genera poco volumen ofensivo y su rol queda reducido a la importancia táctica en transición defensiva. Y por lo que se refiere a Ousmane Dembélé, pese a que se le ve más comprometido sin balón manteniendo siempre una posición muy abierta, sus decisiones con la pelota siguen dejando mucho que desear.

La tendencia del ‘11’ es la de irse hacia adentro una vez recibe el balón representó un problema claro para su equipo, dado que pierde amplitud e invade la ‘zona Messi’. Eso lo intentó solucionar primero Busquets, que adelantó unos metros su posición para ocupar la zona de intermedias y tirar rupturas hacia fuera para crearle espacio al francés. No obstante, el mediocentro dejaba desguarnecida su posición original, mermando la transición defensiva azulgrana.

La solución pasaba porque Dembélé atacase por fuera en vez de por dentro, pero apenas lo intentó un par de veces durante el primer tiempo. Cuando pudo recibir el balón abierto en situación de uno contra uno tras una buena circulación previa del equipo, superó con facilidad a su par y logró mandar un par de centros peligrosos que por pocos centímetros no encontraron rematador.

EL SECTOR IZQUIERDO
En la primera parte, el sector izquierdo del ataque presentó un reparto de los espacios deficiente. Con Ansu muy abierto en el costado, Jordi Alba apenas pudo ganar altura y Frenkie de Jong debía alzar unos metros su posición, jugando demasiado tiempo de espaldas.

Entre la defensa por acumulación del Alavés y el deficiente reparto de espacios azulgrana mermó la calidad de la posesión azulgrana, ya que apenas pudo generar volumen de juego ofensivo desde ese costado, más allá de la clara ocasión fallada por Ansu tras el excelente pase en profundidad de Lenglet.

La presencia de un futbolista como Pedri en el segundo tiempo, al que se le ve como pez en el agua jugando en espacios reducidos, implicó una mejora automática del reparto roles y espacios en la banda izquierda. El canario mejoró las prestaciones de De Jong revoloteando por el pico izquierdo del área, dando sentido a la posesión azulgrana y marcando las diferencias allá donde solo pueden hacerlo los elegidos.

EL CARRIL CENTRAL
Como hemos comentado en el primer punto, la principal mejora respecto a las temporadas anteriores es que Koeman ha encontrado una fórmula en la que el equipo suele encontrar a Messi en condiciones favorables para desarrollar su fútbol.

Conectar con asiduidad con Messi en el último tercio es una mejora respecto a los últimos años. Los problemas aparecen por lo que pasa inmediatamente después: los movimientos sin balón de sus principales socios en ataque, especialmente Griezmann. El francés suele abastecer al argentino con sus dejadas al primer toque y su capacidad para generar paredes, pero en líneas generales es un repertorio que se queda corto.

Lo que necesita Messi son rupturas en diagonal, que le limpien de rivales sus famosos eslalons cuando tiene la pelota en sus pies y al mismo tiempo le abran una línea de pase clara hacia el área. A Griezmann tirar estas diagonales del centro hacia la banda derecha le es poco natural porque le obligan a perfilarse para el disparo con su pierna mala, la diestra. Esto los rivales lo saben y se aprevechan de ello centrando sus esfuerzos en neutralizar las diagonales con balón del ‘10’.

Las opciones que tiene Koeman en plantilla para subsanar ese defecto son pocas: Braithwaite podría encajar por perfil pero su evidente falta de nivel le descarta automáticamente para el puesto y Ansu Fati, aunque su posición predilecta sea la banda izquierda, es probablemente el que mejor se adapta por su talento y condiciones.