La doble victoria ante el Kiel ha demostrado que el Barcelona trabaja bien para sobreponerse a los problemas que están masacrando la plantilla este inicio de temporada i parece más que preparado para la primera Final Four del año (qué raro suena dicho así). De hecho, el segundo duelo ante los germanos, el del jueves pasado en el Palau, se disputó sin Luka Cindric, que se lesionó en partido de Alemania.

De hecho es esa aparente mala suerte lo que puede suponer un problema para el Barça, que sabe que Mortensen no jugarà en Colonia a finales de mes y cruza los dedos para que no se acumulen más bajas y poder trabajar estas semanas con consistencia. Las fechas de esta Finl a Cuatro son ideales ya que las competiciones de clubes se paran a mediados de diciembre para dar paso a los torneos de selecciones, lo que dará al Barça días para acumular entrenamientos y prepararse como es debido. Antes, por eso, el último gran test, con la visita del Veszprem el día 10 de diciembre, en la que debía ser la vuelta del partido en Hungría que se aplazó aún sin fecha.

La forma exhibida por el Barça y el buen instinto competitivo le permitieron ganar en Kiel en un auténtico partidazo donde pudo imponer algo más su ritmo, y en el Palau siete días después, partido en el que se jugó mucho más a lo que los alemanes desean, echando los de Pascual en falta a Cindric al timón. Eso sí, esencial en ambas victorias fue la participación de Kevin Möller, titular en lugar de Gonzalo en los duelos ante el Kiel. Posiblemente el meta danés esté haciendo méritos para ganarse un nuevo contrato a partir del año que viene, ya sea en Barcelona o, más probablemente, en algún otro equipo europeo puntero.

Por estas fechas el año pasado dije que el Barcelona ganaría la Champions de balonmano de 2020, y a estas alturas, si no hay más lesiones graves, me reafirmo en el pronóstico. Ahí queda.