La difícil misión del lateral izquierdo

La Supercopa de España perdida fue un resumen perfecto de las últimas temporadas de Jordi Alba en el Fútbol Club Barcelona; decisivo en ataque asistiendo a Griezmann en los tantos del conjunto blaugrana y una debilidad constante en los duelos aéreos y la defensa del segundo palo culé. Hoy en día todos sabemos lo que el lateral de L´Hospitalet te da y te quita.

Ante el Rayo Vallecano Junior Firpo tomó el testigo de Alba en la banda izquierda. El lateral de origen dominicano se podría decir que no aprovechó la alternativa, una vez más, intrascendente en ataque y con problemas de confianza en los toques, tuvo que ceder su puesto a Jordi Alba tras adelantarse el Rayo en el marcador en una jugada precisamente por su banda, aunque en este caso, con la colaboración de un sospechoso habitual como es Clement Lenglet.  La entrada de Alba volvió a ser decisiva y en una llegada al espacio habitual, asistió a De Jong en el definitivo tanto de la victoria para los hombres de Ronald Koeman. Nuevamente, el recurso de Jordi Alba al espacio terminó siendo decisivo. Viejos problemas, mismas soluciones.

Y es aquí dónde se evidencia el problema de Jordi Alba, su llegada al espacio como recurso es una bendición, pero si por el contrario se trata del discurso del ataque culé, la bendición se transforma en problema. Y durante las últimas temporadas, el lateral izquierdo culé es la figura encargada de darle amplitud al equipo. Ernesto Valverde a su llegada perdió a Neymar y formó  muy habitualmente con Iniesta o Paulinho en los costados en su primera temporada, con Messi y Luis Suárez por dentro; ante esta formación la amplitud y el juego al espacio, más con la caida física del ariete uruguayo recaía única y exclusivamente en Jordi Alba. Posteriormente, con Quique Setién tras su fallido primer plan, la apuesta se redobló, Vidal llegando al área desde la derecha y Alba picando al espacio sin cesar. Así llegó el tanto ante el Bayern en aquella fatídica noche de agosto en Lisboa. El técnico cántabro se la jugó con su único elemento punzante al espacio ante la adelantada defensa bávara y el peaje pagado fue demasiado grosero. Una vez más, el recurso funciona y el discurso agota. Más si la gestión de las pérdidas no es la adecuada.

La plantilla del Barça ha venido teniendo una serie de déficits muy marcados en los últimos años, dónde quizá sobresale como principal la falta de juego sin balón y sin especialistas en el desmarque al espacio. Esto ha exigido a los laterales dar una amplitud en la que Sergi Roberto y Semedo se han visto incapaces y, en la que Alba al estar en el punto de mira de Messi se ha convertido en el único hombre capaz. Con sus peajes, Jordi es insustituible en el XI. Si echamos la vista atrás, antes de asentarse el lateral catalán por la posición pasaron Eric Abidal, Sylvinho, Maxwell, Adriano y hasta puntualmente Gabi Millito. Todos tuvieron un notable desempeño en la posición. Tras estos, laterales con buenas condiciones como Digne o Junior Firpo se han visto completamente superados por la exigencia del rol. Mientras el Barça siga precisando que su lateral izquierdo sea el elemento de profundidad y amplitud, la exigencia del jugador que ocupe esa demarcación va a ser excesiva.

Si observamos el mapa de calor de Jordi Alba esta temporada vemos como apenas presenta zonas desiertas, de hecho, Alba pisa más el pico del área rival que la propia (foto 1). Si por otro lado, lo comparamos con el mapa de Junior Firpo en su última temporada en el Betis (foto 2), vemos como se trata de un jugador que si bien llegaba, más teniendo en cuenta que jugaba de carrilero principalmente, su fútbol se sentía más estando que llegando y desde posiciones más retrasadas, pisando el área solo testimonialmente. Gestionar 50 metros en solitario es una tarea muy complicada y, entre esas el juego y la confianza de jugadores como Junior Firpo han caído en picado. El reto en este contexto ciertamente era muy difícil.

   Foto 1. Jordi Alba Heatmap 2020/21

     Foto 2. Junior Firpo Heatmap 2018/2019

Por último, Ronald Koeman detectó bien los déficits de la plantilla a su llegada. Ante la falta de amplitud de los hombres de arriba, Ronald ha colocado a Dembele o Trincao abiertos arriba en el costado derecho, mientras que Frenkie De Jong está atacando el área cuando Messi la abandona, como lo haría su admirado Giorginio Wijnaldum. A la espera de un Ansu con capacidad de arrancar abierto y atacar el hueco lateral-central, la figura de Jordi Alba sigue siendo indispensable. Con sus pros y sus contras, el recurso sigue siendo discurso.