En ocho días el Barça jugará el partido que todos los culés llevan esperando siete años. Ya ha dado tiempo a digerir el tremendo susto de la serie ante Zenit y ahora lo único que se visualiza es al temible Milano de Ettore Messina.

Los italianos van a llegar bien al duelo. Tuvieron momentos de dudas al final de la liga regular que casi les hizo perder la 4ª posición, pero sobrevivió y acabó siendo vital para deshacerse luego del emocionante Bayern de Trinchieri en cuartos. Llegar por fin a un objetivo por el que llevan luchando en balde tanto tiempo ha supuesto un subidón anímico para el equipo lombardo, que ha empezado en Italia los Playoffs y de momento está siendo un paseo militar, ganando y pudiendo dosificar al roster.

Es una F4 y de poco sirven los precedentes. El Barça ganó en el Palau un partido que estaba francamente comprometido, pero que con unos últimos minutos primorosos castigó de manera severísima a los de Messina. En Milan el partido fue mucho mejor, con una defensa escandalosamente buena que redujo muchísimo a individualidades como Punter o Rodríguez, objetivo sin duda del próximo duelo, donde sí estará Malcolm Delaney, seguramente extra motivado.

El Barça necesitaba un respiro tras la durísima serie ante Zenit, aunque esta desconexión competitiva debido a lo nada que hay en juego en ACB tiene un punto peligroso, aunque la victoria de ayer ante Baskonia con una rotación muy medida es una buena noticia. Ante los rusos el Barça no hizo otra cosa que sufrir, así que siendo Milan un equipo tan distinto no parece tan mal negocio. Los de Messina tienen mucho más talento, pero en teoría es un equipo que va a permitir al Barça disfrutar más en pista. Digo en teoría porque el entrenador transalpino seguro que preparará 1000 trampas a los culés.

Necesitará el Barça una versión mucho mejor que la mostrada en los últimos meses, pues desde el triunfo copero el equipo sufrió un notorio bajón, no en resultados pero sí sensaciones. Algunos jugadores lo han sufrido especialmente.

Nick Calathes hizo una Copa formidable, pero tras ella ha parecido bajar una marcha, con menos confianza en el tiro y menos sensibilidad cerca del aro, al margen de que claramente salió perdedor de su duelo con Pangos en Euroliga. Y Westermann, que en algún momento sí pareció que podría consolidarse como 2º base a la hora de la verdad Saras ha contado muy poco con él. Por eso el concurso de Hanga como «1» suplente parece indiscutible en esta F4. Y ojo el factor sorprendente que puede ser Bolmaro. Está en un estado de confianza extraordinario, mejorando su tiro y ya se sabe lo que supone atrás. Además tendrá delante dos bases a los que incomodar puede ser especialmente rentable. Si al Chacho le sometes a una marca asfixiante e impides que juegue cómodo tienes mucho ganado, y si logras hacerle un poco la vida imposible a Delaney metiendo mano constantemente y agobiándole es un jugador irritable.

Higgins hizo una Copa tan sublime, alcanzando su pico de juego, que era imposible que no bajara algo. Lo ha hecho, pero ha seguido estando bien y ya podemos decir sin duda ninguna que es el jugador más importante del Barça de Saras. Ha estado muchas veces en F4, pero nunca teniendo el papel que va a tener en esta, pues va a tener que ejercer el papel de jugador franquicia y además teniendo una gran responsabilidad detrás, siendo el encargado de secar a Kevin Punter, un jugador muy difícil de defender si encuentra la confianza desde el comienzo.

Necesitará de sus tiradores el Barça. Kuric es una absoluta garantía, pero el jugador que ha sufrido un bajón más abrupto es Álex Abrines, antes incluso de la Copa. Bien podría achacarse esta cuestión a algo físico, puesto que más que fallón lo que le ocurre es que ha dejado de encontrar las situaciones de tiro que le hacían infalible. Esa frescura para salir de los bloqueos y engatillar está mucho menos presente ahora que a principio de temporada. Ojalá el partido ante Betis le haya hecho recuperar confianza porque realmente Saras le necesita, y no solo por su muñeca sino por su aplicación defensiva, pues delante tendrá a Micov y Shields. El serbio es un veterano de guerra, pero quien preocupa más es el ex de Baskonia, un jugador absolutamente en forma. Si Abrines no está bien igual la baza de Claver puede ser decisiva. De hecho de la victoria en liga regular en Milan la defensa del valenciano llegando a todos los lados del ataque italiano fue lo más destacable.

Obviamente hay que hablar de Mirotic, cuya serie ante Zenit dejó mucho que desear y se tiene que sacar la espina en Colonia. Seguro que ha tomado buena nota Messina de cómo Xavi Pascual logró desactivar al montenegrino y ahora le toca a Niko dar un paso. Sin obsesionarse porque lo primero es el equipo, pero sabedor de que se le va a mirar con lupa. Su duelo con Leday puede ser espectacular, pues el norteamericano también está cuajando una temporada muy buena.

No sabemos la importancia que le va a dar Saras a Gasol. Sabe que tiene 40 tacos y que no puede condicionar al equipo por él, pero también sabe que nadie en la pista habrá jugado tantos momentos importantes en el baloncesto como él, y eso es un plus que habrá que aprovechar. Si hay alguien a quien el escenario no le va a superar de ningún modo es Pau. Y tampoco a Brandon Davies, salvador ante Zenit y que puede jugar bien, mal o regular, pero siempre da la cara cuando hay que partírsela en los momentos más comprometidos. Oriola parece muy fuera de la rotación, pero no un Rolands Smits que tampoco estuvo nada bien en cuartos y al que va a necesitar Saras. Ya ayer ante Baskonia volvió por sus fueros.

Todo el mundo esperaba que el Barça llegara a la F4 con más suficiencia que la mostrada ante Zenit, una serie que sumió al Barça en un mar de dudas aunque al final la sacó adelante en un gran quinto partido. Necesitará de esa versión agresiva y decidida para doblegar a Milano, pero también de una mejora individual de varios jugadores muy desdibujados por los sistemas de Xavi Pascual. Que el susto sin drama final de Zenit sea un acicate y no suponga más presión. Y no existe Efes.