Parece mentira que haya pasado un año del fallecimiento de Dani. Han sido 365 días raros, como no podía ser de otra manera dada la época que nos está tocando vivir. 365 días en los que hemos echado mucho de menos a Dani.

En el chat de Rondo hemos añorado sus propuestas, su capacidad para ofrecerse a todo, para ayudar y para tomarse hasta la peor de las derrotas con una perspectiva positiva. En Twitter, ese pequeño lugar que nos ha servido para conocer gente que luego se ha incorporado a nuestras vidas, no hay día ni partido del Barça donde no echemos en falta sus tweets. Dani era de esos a los que te parabas a leer cuando ibas subiendo el TL. Porque era respetuoso, mordaz, con un gran espíritu crítico y siempre daba «buen rollo», la verdad.

Echo de menos charlar con él y escuchar su opinión sobre muchas cosas. Le contaría que Leo estuvo a punto de dejarnos el verano pasado. Que por fin el barcelonismo ha echado a una directiva corrupta que ha dejado tiritando el Club. Le diría que las cosas no pintan bien, que vienen años complicados. Que Mbappe con el PSG y de blanco esta pasada temporada ya nos ofreció un aperitivo de lo que serán los años venideros. Que Kubo, como ya le advertí, es un pufo.

Le diría también que he abandonado el Football Manager porque es peligrosamente adictivo. Que organizamos en Rondo un Fantasy Barça que seguro le hubiera encantado. Que nuestro Lucho ha cabreado a todo el madridismo por su convocatoria para la EURO. Que sigo sin tener ni pajolera idea de jugar al NBA 2K. Que por fin hemos ganado la ACB. Y le contaría que en este año le he admirado todavía más. Mucho más.

Porque solo unos meses después de su marcha me tocó convivir con esa maldita enfermedad cuando a mi madre se le diagnosticó cáncer. Uno de los peores. Por mucho que lo veas desde fuera nunca te haces a la idea de lo que significa esa pesadilla y de lo mucho que te cambia la vida de un día para otro. ¿Por qué a ella? ¿Por qué a nosotros si ayer todo estaba bien? Lo cierto es que me hubiera encantado sacar fuerzas de algún lado para decir «aquí no se rinde ni Dios» cuando peor estaban las cosas y afrontar lo que vino con más coraje y valentía, como hizo Dani, pero tampoco me reprocho no haberlo conseguido y haberme hundido por momentos. ¿Cómo lo haría Dani?, pensé. Porque él era el mejor, el Messi de esto, así que no aspiré en ningún momento a afrontar el problema como lo hizo él, pues era único.

A mi madre la operaron, está en proceso de quimioterapia y el cáncer ha desaparecido, pero sabemos que esto es una carrera de fondo, que cada revisión será un sufrimiento y que la vida ya nos ha cambiado. Es un proceso que me hubiera encantado compartir con él y que nos hubiera ayudado, así que a cambio lo expongo aquí, en el tablón que compartíamos para hablar de nuestro querido Barça porque sin saberlo sin duda me ha ayudado, así que tendría que darle las gracias. Lo decíamos en vida sobre él y también una vez fallecido, que Dani sería siempre una inspiración para todo aquel que le conoció. Todo este tiempo lo he tenido más que presente.

Escribo estas líneas y me duelen muchas cosas mientras tecleo. No haber hecho ese viaje a Pola de Siero para desvirtualizarnos acompañados de un buen cachopo (con queso suave), sobre todo. Es una espina que tendré siempre clavada. Pero escribo también estas líneas imbuido por el espíritu de Dani, ese que te hace ver la vida con otros ojos, unos mucho más optimistas y con una energía desbordante. Esa capacidad para inspirar de la que hablaba antes se tiene o no se tiene y a Dani le sobraba.

Muchas veces me paro a pensar en la cantidad de gente que no conoces jamás o que pasa de puntillas por tu vida y que podrían ser importantes para uno. Por sus gustos, por su forma de ser etc etc. Yo sin duda me quedé con muchas más ganas de Dani, pero me siento tremendamente afortunado por haberle llegado a conocer ese poquito. Porque conocemos a mucha gente, pero pocos dejan huella. Él sí.

Así que aquí seguiremos, acordándonos de él con cada gol de Leo, cada título del Barça. En cada aniversario de Quini o Manolo Preciado. Y aquí seguiremos peleando por una Sanidad Pública más rica, con muchos más medios y personal. Y aquí seguiremos intentando tomarnos la vida del modo ejemplar que se la tomaba Dani, aprendiendo de él cada día y tratando de aspirar a esa humanidad que él tenía.

Allá donde estés 13 abrazos, camarada.