CENTRALES CENTRADOS             

El centro de la zaga suele ser la posición en el terreno que más gusta a los veteranos de este deporte y que de hecho más longevidad regala a sus inquilinos. El motivo es evidente; a mayor experiencia, mejor entendimiento del juego, más fácil, teniendo todo el campo de cara, tomar la decisión idónea que el número de veces en situaciones similares, te ha indicado que es lo que demanda la jugada.

El Barça a día de hoy tiene seis centrales con más o menos suerte a la hora de poder contar con ellos. Los tres que se posicionan como la apuesta de Koeman para esta año serían los Piqué, Araujo y Eric. Dejando a Mingueza y Lenglet en la recamara, una vez recuperado el canterano y defenestrando a día de hoy a Umtiti, veremos si para toda la temporada.

Siempre se ha dicho que era interesante mezclar los dos tipos de centrales; uno con buen pie y otro cuyos conceptos defensivos, no exentos de una capacidad atlética superlativa, pudieran compensar de alguna forma las “lagunas” del primero en esa materia de recular, girarse e incluso ir al corte a toda velocidad. Uno que “pensara” y otro que “corriera”. Nada más lejos de la realidad. Otra leyenda urbana que siempre acompañará a este deporte muy amigo de las matemáticas en todas sus vertientes, cuando quizá de ser cercano a una asignatura, lo sea a la filosofía.

El otro dogma, más moderno que el anterior, es que cada central debe dominar un determinado perfil, es decir, en la pareja de centrales uno debe ser zurdo y el otro diestro. Bueno, esta idea, bastante cercana a la geometría, también se cae por su propio peso cuando vemos parejas como Gerard y Márquez, Puyol con el propio Piqué, o incluso Carles con el mexicano… todos diestros y no se puede decir que implicara carencias de distribución del juego en uno de los equipos más dominantes de lo que llevamos de siglo.

A nadie escapa que el rendimiento de Piqué ha descendido dramáticamente estos últimos años y pese a ser uno de los mejores centrales de la historia, no ya solo por su “pie” como decíamos antes, sino por una técnica defensiva al alcance de muy pocos en la historia de este deporte. Cómo se perfila ante el encaramiento rival en el uno contra uno, es todo un clinic que cualquier chaval joven en su posición debería empaparse en todas las escuelas/clubs del país. Pero la vida es un juez inexorable, y hoy por hoy hablamos de un delantero más bien “cuevero”. Sus capacidades físicas le dan para lo que le dan y ya no gusta de medirse en campo abierto con el delantero rival. Prefiere recular hasta esperarle en el área propia, propiciando una confusión en la identidad del juego del equipo, basado en un porcentaje importante en la presión alta tras pérdida, que tan buenos resultados históricos nos ha proporcionado. Con lo que con Gerard se genera el primer contrasentido; el central que más debería poder identificar el juego del equipo, se convierte en el central que más nos penaliza.

A su favor hay que decir que parece haber comenzado la temporada bastante fino, hasta de peso yo diría. Importante saber si, otra milonga, como la de considerarse diesel o gasolina, no justifica que el tres comience las temporadas en Diciembre y esta vez sí esté desde el día uno empujando el carro.

Su pareja de baile escogida para este comienzo de temporada parece ser Eric García. Canterano del que Guardiola quedó prendado en el City, pero que ha conseguido salir de los Sky Blues para volver a recalar en su club de formación. Aparentemente Koeman apuesta por el veinticuatro por su “pie” como decíamos antes. Pero subyace otro argumento que podría favorecer al empaste entre ambos futbolistas de dos generaciones distintas; mientras Gerard como hemos comentado “cuevea”, Eric tiende a tirar su línea de defensa bastante adelantada. Digamos que de alguna forma provoca que Piqué no pise tanto su propia área y piense más en la línea de centro del campo, como referencia a la hora de anticipar al rival. Es precisamente esa determinación de Eric, la que le está costando errores de principiante en la ejecución del movimiento, pero nunca errores de lectura, ni de interpretación del juego y, recordemos, eso es a medio plazo lo interesante; entender el juego. Para entendernos, no es un “Bartra” que sistemáticamente anticipaba siendo esta o no la mejor opción.

Esto está hasta ahora mandando al banco al que en términos absolutos y por potencial, es nuestro mejor central: Ronald Araujo. El uruguayo, además de su llamativo potencial físico, empieza a tener una lectura del juego acorde con dicha exuberancia física, por lo que es solo cuestión de tiempo que acabe convirtiéndose en el mariscal de dicha línea defensiva, sustituyendo a Piqué más pronto que tarde. Luego está el bulo, uno más, que su destreza técnica no es acorde con su camiseta. ¿Han visto sus desplazamientos cruzados en largo tanto en los partidos como en los entrenamientos? No hay más preguntas, señoría…

Para el final dejamos a los dos que de alguna manera ayudarán a lo largo de la temporada a estos tres cuando las lesiones, sanciones o simplemente el darles descanso acucie al entrenador holandés. Pero tanto Mingueza, que el año pasado nos enseñó su techo en esa defensa de cinco, donde él ejercía de central volcado a la derecha, pero distribución que este año seguramente veamos más bien poco. Y Clement Lenglet, uno de esos casos dignos de estudio donde, una vez más, se demuestra que la cabeza, para cualquier faceta de la vida, pero más si hablamos del deporte de élite, debe estar en extraordinarias condiciones. Aterrizó a la sombre de Piqué, nos enseñó su mejor versión, Gerard se lesionó y Clement se perdió en el túnel del tiempo para no volver, ni siquiera cuando lo hizo el tres. Ahora hay una alma en pena por Barcelona que lleva su dorsal quince pero ya no sabe ni donde nació.

Samuel Umtiti no se merece gastar nuestro tiempo… ahí sigue, esperemos que se vaya pronto. Nada más. Bueno sí, hay uno del que no hemos hablado, pero que debería estar aquí y probablemente este articulo nos hubiera llevado a todos la mitad de tiempo leerlo; Matthijs de Ligt. Sería la gota que haría redonda la foto de esta defensa que debería ser la base sobre la que construir nuestro juego y sin embargo está en el centro de nuestras plegarias cada fin de semana…