En esta vida, llena de finitos y finales, hay cosas que muchas veces damos por interminables, por infinitas, que no pueden ni deben acabar. Y aunque puede ser que esto sea cierto en cierta manera, el final suele imponerse, y el ciclo vuelve a empezar, como si nada hubiera ocurrido.

Dentro de todo este rollo filosófico, se encuentra nuestra querida Masía, una fuente inagotable (¿?) de talento. Aunque este talento no siempre sea absoluto, hay que decir que nuestra empatía y simpatía por ellos, es variable. El claro ejemplo de esto son Collado y Pimienta, granos de arena dentro de un inmenso desierto, que para el que escribe por momentos la nota brillante que le caracterizaba.

 

El binomio

 

Aunque al principio de esta particular travesía no pareciera ser un binomio, la pareja de Pimienta y Collado acabó siendo la luz que guiaba el camino del filial por su eterna lucha de reivindicarse. Por un lado, el entrenador, dedicado toda una vida a la masía y al desarrollo de jóvenes, alcanzó su cima consiguiendo la prestigiosa Youth League de la mano de un equipo enorme, entre los que se encontraba el que sería su mayor estandarte sus últimos años. Tras dos años consecutivos peleando hasta el final por el ascenso, no se pudo dar un “a la tercera va la vencida”. Pimienta en una sorprendente decisión de la nueva junta, sería relevado.

En cuanto a Collado, tras un año de “bonus track” en el filial, se despediría de este y de su maestro para siempre para emprender la aventura que todo canterano desea, el primer equipo. Collado en sus últimos años fue la estrella de un equipo que por momentos maravilló y fue un oasis de alegría en ese taciturno día a día cule.

 

Nueva era

 

Con la más que sorprendente salida de Pimienta y la más que esperada subida de Collado, irremediablemente se iniciaba una nueva etapa en el filial, totalmente diferente a lo visto anteriormente. Para este nuevo proyecto, Laporta confiaba uno de los buques insignias a Sergi Barjuán.

 

 

A su vez, el filial incorporaría un jugador que a priori sería el remplazo de Collado, Yusuf Demir. El joven austriaco desconocido para la gran mayoría, se convertiría en la gran sorpresa de la pretemporada, y tras la marcha de Messi, parece que todo hace indicar que ni pisará el filial.

Yusuf incorporaba casi todo lo que el FCB perdía con Collado. Aunque Alex tenga una tendencia más centrocampista y sus acciones fueran más en pro de organizar el equipo, Yusuf reunía requisitos que arrojaban una poderosa arma de destrucción masiva desde esa banda derecha o el “interior de Sergi”.

Por otro lado, hay jugadores que ya el año pasado estaban en el B y que deberían dar uno o dos pasos adelante. Empezando por la defensa, Comas se debe seguir reivindicando como el central post Araujo. Su primera temporada fue de tal impacto, que pareciera estuviéramos viendo otro jugador diferente al que se fue. A él, se le debe unir el paso al frente definitivo de Baldé, que tendrá en este segundo año la prueba de que es posiblemente el proyecto más potente desde Grimaldo y Morey.

Un escalón por delante, de los “antiguos”, se encuentran Nico y Lucas de Vega. El primero ya todos le conocemos, otra cosa es que Sergi llegue a conocerle tanto como le gustaría. Si Koeman se lo “arrebata”, el nuevo entrenador va a tener la ausencia de una carta de mucha calidad. En cuanto a De Vega, tras su año irregular y un final de temporada suyo potente (pre lesión), le toca comandar desde el interior izquierdo al filia. De su fútbol debe depender un gran porcentaje del buen hacer.

En el escalón de delanteros, el nombre propia es Peque. El canterano parece ser del agrado de Sergi, y hasta el momento su puesto es el de DC, superando a su competencia recién fichada, Escobar. En el caso de que Peque le toque salir por búsqueda de otro perfil, su figura no puede perderse, siendo reubicado en izquierda.

 

Generación de 2004

 

Los 4 magníficos de esta generación están llamados a visitar e incluso frecuentar el filial. Con Ángel fuera de combate y con Diego López en dinámica absoluta del Juvenil A, nos quedan Ilias y Gavi. En el caso del primero, si ya el año pasado frecuentó listas, este pinta a que va a estar más con el B que con el Juv. Aunque Sergi, partidario visto lo visto, le coloque de extremo izquierdo, no creo que tarde en darle rienda suelta para que siembre el caos en derecha, donde posiblemente su competencia con el fichaje de Jutglá, le haga alternarse.

 

 

Respecto al último, Gavi, de Koeman dependerá de si es o no parte importante del filial. Porque Gavi está para ser ya importante. Jugador de un techo y un talento como se recuerda poco por la Masía. Aunque su lugar predilecto sea la zona de Lucas de Vega, no creo que haya imposibilidad de juntarles a ambos en un mismo once… incluso en la misma línea, ya que Lucas solía ejercer mucho de interior diestro en su estancia juvenil.

 

Adios, el infinito sigue

 

Y bueno, aunque haya muchas cosas nuevas que ya se irán intentando narrar en los artículos de la temporada que se viene, no puedo dejar de dedicar unas últimas palabras a Collado y Pimienta. Lo del primero es normal, su salida del filial era necesaria, lo del segundo fue como un jarro de agua fría.

El filial pierde no solo un fenomenal entrenador, sino un magnífico formador y estandarte del modelo y el club. En una entidad como al del FCB, la salida de Pimienta ha sido quitarle la cebolla caramelizada a la hamburguesa. El tiempo dirá si es una decisión acertada o no, pero a mi ponme unas tiritas por encima, que yo me las como.