Dicen que el sentido común es el menos común de los sentidos y en los últimos días en Can Barça están haciendo buena la frase entre Joan Laporta y el técnico Ronald Koeman, con distintas declaraciones algo desafortunadas o que solo sirven para enrarecer y complicar una situación complicada.

Ambos deberían ser más comedidos y cautos cuando tengan un micrófono delante y lavar los trapos sucios en casa y no hacer públicas las diferencias entre ellos o dejar dudas sobre la confianza del club en el técnico. Sin justificar al técnico puedo llegar a comprender cierta necesidad de defensa, pero el problema son las formas y las palabras que utiliza.

Quitando la imagen y planteamiento frente al Bayern de Munich no está el Barcelona en una situación tan alarmante como para estar generando tanto ruido y polémica en cada rueda de prensa. La paciencia que piden los dos, deberían ser los primeros en aplicarla. En mi opinión han sido innecesarios los comunicados de Laporta, más si cabe el segundo (por lo reciente que estaba el realizado después de perder frente al Bayern) y a día de hoy uno no sabe cuál era el objetivo real del realizado por Koeman, pareciendo más un querer hacerse fuerte después de las declaraciones del presidente pero que los ojos del público no hace más que dañar su imagen y la del club.

Ambos son de mecha caliente y les están perjudicando algunas declaraciones, más aun con la repercusión que tienen mediaticamente y el debate y memes que generan en los debates periodisticos o en las redes sociales.

No parece acertada la frase de Laporta “Sabemos lo que hay que hacer y lo arreglaremos” como tampoco lo fue la respuesta de Koeman despreciando el llamado “tiki taka” que tantas alegrías y buenos resultados dio en el Barcelona. Respuestas así hacen que tire piedras contra su propio tejado y se dude de su conocimiento y capacidad para que el equipo mejore y resuelva planteamientos defensivos del rival con mayores argumentos que centrar balones. También podríamos hablar del planteamiento frente al Bayern o el discurso cada vez más habitual de lo limitado de la plantilla o el hecho de que haya muchos jugadores jóvenes.

Pienso que los dos estarán mejor alejados de los micrófonos, pero como esto no puede ser es necesario que piensen más antes de hablar y eviten “comunicados voluntarios” como los hechos en los últimos días.

Creo a día de hoy el comportamiento de la afición no ha dado motivos para que fuese necesario reclamar cariño y paciencia. En general todos son conscientes del menor nivel de la plantilla y quizá ahí viene parte de la explicación para entender comportamientos de Laporta, y es que es consciente de que algunos mirarán al palco y no tanto al banquillo. Premeditadamente o ajeno a la realidad económica del club ayudó a crear unas expectativas que quizá se vuelvan en su contra.

Por todo ello y pensando que las próximas semanas pueden seguir siendo motivo de dudas insistiría en la necesidad de sentido común y no precipitarse tomando decisiones. Por mucho que hubiese algún tropiezo no parece que a día de hoy la mejor decisión fuese un relevo en el banquillo, más aun cuando no hay opciones en el mercado ni en el club convincentes al 100% y que condicionen un proyecto que debería el año que viene sí empezar con otro técnico.