RESPETO
Gracias por los servicios prestados. Al final son “uno di noi”, no podemos estar hablando de estos cuatro jugadores como meros mercaderes, porque no lo son, haya pasado ya su mejor momento y sean o no válidos para este club en este punto de la historia. Hablamos de “los mariachis”. Término acuñado por un buen amigo, no dejan de ser jugadores que han vivido su mejor época en este equipo, por lo que no pueden ser tratados como “grupo de animación orientado a fiestas y momentos de esparcimiento”, sino como auténticas leyendas vivas del Barça.
Recientemente hemos visto el debate sobre si Koeman no era el entrenador adecuado para este equipo dado que, una de sus piezas principales, Sergio Busquets, rendía de una manera notable en la selección de Luis Enrique y no lo hacía como tal en el Barça de Ronald. A esto le sumamos que Xavi indicaba en una entrevista reciente que, bien rodeado y con los ajustes defensivos necesarios, el de Badía sigue siendo uno de los mejores en su puesto. Y quizá no le falta razón al mejor centrocampista de la historia de este deporte y ahora candidato al banquillo azulgrana, pero supongo que todo necesita un contexto.
A nadie escapa que este grupo del que hablamos, junto con el añorado Messi, han sido el santo y seña de este equipo en sus continuas y estrepitosas caídas en Europa. Cuenta la leyenda que el propio Alba ya lloraba en el vestuario de Anfield en el descanso de aquel fatídico día contra el Liverpool, antes incluso de ejecutarse la remontada y eliminación histórica de ese día.
Hablamos de un grupo de jugadore que, ya no solo ha pasado su mejor momento puramente futbolístico, sino que arrastran al grupo como líderes que son, hacia un pesimismo estructural, generando una carencia de ánimo y energía, y aquí podríamos debatir si tiene que ver con la edad, con las experiencias negativas o es tan solo la ley del fútbol actual llena de dinamismo y vitalidad, y por tanto provocando una negatividad con un magnetismo irremediable hacia la derrota.
De nada sirve tener una nueva generación abriéndose paso, que busca no solo ya minutos, sino galones, dentro del club para inundar con su fútbol todos los poros abiertos en carnes vivas por el aficionado culé tras los últimos bandazos, tanto institucionales, como sobre el césped. Porque al final todo suele ir de la mano.
Sería injusto no individualizar en cada una de estas cuatro leyendas, alguna más que otra, porque no es lo mismo el caso Piqué que la situación de Sergi Roberto, por poner dos ejemplos. Todos sabemos que si ha habido un capitán en la sombra los últimos años, este ha sido Gerard. Que a pesar de tener otra serie de inquietudes paralelas a su carrera futbolística, no ha dejado de rendir como el mejor central de la última década. Pero ya no, ya las piernas y casi diría que la cabeza han dicho basta, y supongo que hasta el mismo está pidiendo a gritos un relevo en el centro de la zaga.
Si de Jordi Alba hablamos, es curioso que sigue aquel “bonito” ejemplo que decía Toshack, sobre que después de cada partido cambiaría a sus once jugadores, para al final acabar jugando el siguiente encuentro con los mismos “once cabrones de siempre”. Con el lateral nos ocurre algo parecido; ganas de hacer un magnicidio tras cada encuentro del Barça donde participa Alba, para darse cuenta que al final seguía siendo el mejor lateral para este equipo. Nadie le movía la silla… hasta ahora, que un tal Balde puede acabar siendo el relevo deseado.
De Busquets ya hemos hablado, yo personalmente le mantendría en el equipo puesto que creo que es de los cuatro el que mas puede seguir ayudando. Desde el banquillo. Es posible que aun no haya llegado su sustituto final, aunque Nico González parece tener muchas papeletas. Pero a veces hay que hacer una pequeña inversión en el medio plazo y quizá con Sergio haya llegado el momento. Dejando a un lado si el sistema no le ayuda, si se podría seguir sacando un excepcional rendimiento del cinco, pero quizá es el momento de sacrificar el corto plazo para apostar por una solución de futuro en los próximos diez años.
Para el final he dejado uno de los que menos controversia parece encontrar. El rendimiento de Sergi Roberto ha caído en picado y de hecho es sintomático del rendimiento del propio equipo. Su conversión a lateral vino por la especificidad de dicho puesto en el Barça, donde la sombra de Dani Alves sigue siendo alargada. Esa necesidad de un lateral con buen manejo de balón e “interiorizado” al ser también la zona de influencia del mejor jugador de la historia, generó que este futbolista, de naturaleza centrocampista, acabará siendo un lateral internacional y muy útil para el equipo. Nada queda de dicho futbolista. Lo cual sorprende, no ya porque sacrificara su fútbol para encontrar un rol necesario para el equipo en aquel momento, sino porque no es que sean sus carencias defensivas las que delaten su bajada de rendimiento, sino precisamente el trato con la pelota; hoy en día pasársela al veinte es rifarla y eso en este club no se puede permitir, sin más.
Al final la decisión tiene que ver con que a veces, hacer sacrificios a corto plazo para invertir en el futuro, aunque dichos movimientos puedan resultar no solo dolorosos, sino incluso perjudiciales de manera inmediata, pueden y deben valer la pena. En decisiones de club, como decía aquel, hay que meter la cabeza en el congelador y buscar estrategias a medio plazo, más que el oportunismo del día a día.