El ejemplo de Pep con Joao Cancelo

Tras cada partido jugado por el FC Barcelona saltan las dudas sobre el nivel de varios de los componentes de la plantilla. Falta de contundencia de Eric, escasa calidad técnica de Araújo, Mingueza y la eterna duda sobre su nivel en general, los errores de Lenglet, la toma de decisiones de Sergiño Dest, la falta de liderazgo y mando de Frenkie, la anarquía de Memphis o ese extraño elemento llamado Dembelé, por poner sólo algunos ejemplos.

En los dos partidos que tiene de vida el Barça de Xavi Hernández, a pesar de la evidente mejoría, vuelve a aparecer la gran duda del nivel de una plantilla jovencísima. Pese al buen hacer colectivo el Barça fue incapaz de imponerse claramente a sus rivales y traducir su buen juego en el marcador. Ahí el foco se centra sobre una plantilla y el tan manido “es lo que hay”.

Esto contrasta con la enésima exhibición de jugadores como Joao Cancelo o Rodrigo a las ordenes de Pep Guardiola. Joao Cancelo llegó al Manchester City en un mar de dudas sobre su nivel, con la vitola de lateral talentoso, pero totalmente anticompetitivo. Errores puntuales graves, faltas de concentración e incapacidad para usar sus condiciones al servicio del equipo. Dos años después de su fichaje por el Manchester City el portugués es uno de los jugadores más determinantes del mundo.

El ejemplo de Cancelo no es aislado. Rodri Hernández, que por momentos vio como el ritmo de la Premier League le superaba, está realizando un inicio de campeonato que lo sitúan entre los mejores del mundo en su puesto. Siguiendo con el ejemplo de pupilos de Pep Guardiola podríamos hablar de la transformación de Abidal de errático lateral, a jugador infranqueable, Jerome Boateng convirtiéndose en el mejor central del continente, o Gerard Piqué de central imberbe a imperial.

Mejorar a los jugadores, enseñarles a esconder sus defectos y mostrar sus virtudes, mejorar su toma de decisiones son armas que diferencian a los mejores entrenadores de los demás. Guardiola es un gran ejemplo y a los culés nos coge muy de cerca, pero hay otros entrenadores con un largo etcétera. Marcelo Bielsa es, probablemente, el mayor exponente de entrenadores que cambian carreras de sus jugadores, José Mourinho, Tomas Tuchel o Jürgen Klopp.

Dada la situación económica del club pensar en que el Barcelona pueda cambiar su plantilla con el fichaje de 4, 5 o 6 jugadores de primer nivel mundial es una quimera. Para poder competir con los mejores de nuevo a corto/medio plazo su nuevo entrenador deberá conseguir que sus jugadores jóvenes y los ya no tan jóvenes den un impulso a sus carreras, modificando comportamientos, entendiendo mejor el juego o mejorando algún aspecto. Y esa parece ser la primera intención del nuevo técnico:

«Sí, para mí Dembélé, puede ser el mejor jugador del mundo en su posición. Pero hay que trabajar con él y exigirle. Depende de él, de su mentalidad, que se lesione poco, que tenga rendimiento” Xavi Hernández.

De entre todos los casos que se puede encontrar hay algunos que son prioritarios ya que elevaría el techo del equipo considerablemente. Conseguir que la fase de iniciación no se resienta por la presencia de Ronald Araújo, enseñar a Sergiño Dest como y cuando puede ayudar a su equipo con sus muchas virtudes, darle caminos a Frenkie de Jong para que no se diluya en los partidos, conseguir de Dembelé que no sólo sea un jugador que hace grandes jugadas puntualmente si no que es capaz de ser una amenaza constante. Sin olvidarse de todo lo que puede aportar para que los Gavi, Nico, Pedri, Ansu o Eric pasen de ser jóvenes con un potencial considerable a ser élite mundial es lo que marcará el éxito de esta etapa. No sólo ser entrenador, sino también ser formador. Invertir en el presente para recoger frutos en el futuro. Siguiendo el ejemplo de Pep con Joao Cancelo.