¿Y si es mejor separarnos?

Seguramente existiera cierta unanimidad en el barcelonismo en que el futbolista de mayor nivel de la plantilla con la marcha de Messi y Griezmann y a la espera de la recuperación de Ansu era Frenkie de Jong. Incluso fuera del barcelonismo si hubiera que establecer una puntuación de 0 a 100 para el jugador como en un videojuego el holandés probablemente fuera el de puntuación mayor. 80-85, un poco arriba o un poco abajo, pero evidentemente un futbolista de valor.

Uno se imagina fácilmente a Frenkie de Jong «rompiéndola» en prácticamente todos los grandes de Europa, cosa que no se puede decir de casi ningún otro jugador de la plantilla. Porque es un jugador de fiabilidad física, su capacidad de ida y vuelta está probadísima, ha mejorado sus prestaciones como llegador y se encuentra en una edad perfecta para dominar Europa como ya hizo con el Ajax. Uno se lo imagina en ese centro del campo presionante y vertical del Chelsea de Tuchel. Fácil visualizarlo con Pep en el City haciendo de todo. En cualquiera de los otros grandes de la Premier y de Europa tendría sitio.

Entonces, ¿qué pasa con Frenkie de Jong para estar viendo esta versión tan pobre? ¿No es tan bueno o es el contexto? Es evidente que la situación es indeseable para todos, pero le están faltando toneladas de personalidad. Una vez se ha asumido que no es exactamente un jugador de amasar balón y de gobernar partidos qué menos que exigirle algo más de peso y precisión arriba. Se le trajo como un futbolista de enorme jerarquía para mejorar la construcción del juego, pero su mejor versión la hemos visto como jugador de segunda línea, donde tiene virtudes físicas pero no tanto técnicas. Porque no es un rematador consumado y no especialmente clarividente ni fino en los últimos metros. Incluso su toma de decisiones se ha visto alterada, seguramente por el estado bajo de confianza que atraviesa, como evidenció en algunos momentos del partido en Kiev. También es probable que tenga menos talento en el pase de lo que suponíamos.

Uno podría pensar que la presencia de Busquets llega a acomplejar por momentos al el del Ajax, pero es que en los últimos partidos el propio Nico ha empezado a demostrar cosas por encima de él. Sin ir más lejos en tierras ucranianas el canterano tuvo un peso en el partido infinitamente mayor que Frenkie, que volvió a pasar de puntillas. Y viene siendo así desde que llegó al Barça. Con Valverde y con Setién se le disculpó por ser su primera temporada, pero la llegada de Koeman prometía traer su mejor versión y así fue, pero de manera muy irregular y en este comienzo de temporada ha estado francamente mal.

También conviene hacerse varias preguntas: ¿el Frenkie de Jong del que nos enamoramos en Amsterdam fue una ilusión real o forzamos nuestra imaginación? ¿Realmente queremos que sea un jugador que nunca será o puede serlo? ¿Él, Van de Beek, de Ligt o Ziyech fueron producto de un trabajo coral tan grandioso que nos llevó a engaño con el propio nivel individual de todos ellos?

Así pues, se ha llegado a un punto donde hay que plantearse cosas en torno a su figura, y en este sentido la probable llegada de Xavi será la prueba de fuego. Lógicamente no hay mejor tutor para un centrocampista que un maestro como él y habrá que ver qué espera de Frenkie, qué jugador ve en él. Si cree que es MC o interior, si puede ser un tipo de interior de posesión o de más altura o si puede llegar a ser lo que apuntaba a ser. Todo esto lo tendrá que contextualizar con el Club codo con codo en función de las expectativas que se tengan en torno a los jóvenes Pedri, Nivo y Gavi.

Ya es perfectamente razonable preguntarse si no sería bueno para todas las partes una salida en verano si de aquí a final de temporada no hay signos de evolución. Es un jugador con mercado, por el que te quitarías un salario importante y que traería un buen montante. Y el jugador se podría plantear una salida porque la situación parece venirle grande y porque va a tener más fácil ganar a corto plazo casi en cualquier sitio que en Barcelona. Por contra también se debe plantear si el Barça puede encontrar en el mercado y dada su situación un relevo que le mejore.

En cualquiera de los casos estos próximos meses dictarán sentencia en un sentido u otro. Si da o no el paso adelante, si se confirma en un perfil o en otro. Un equipo decadente como el Barça agradecía enormemente un jugador enérgico como él, capaz de jugar a un ritmo moderno y que podía acelerar jugadas, pero se ha quedado en eso y ya no es suficiente. Necesitamos más de Frenkie de Jong.