Cuando caes en la cama, cada persona tiene una forma de afrontar las noches, de cómo valorar el momento en el que cuando cierras los ojos y tienes la suerte de desconectar, se tiran dados para que tu mente haga de las suyas.

Lo más normal es que no pase nada, ni soñar ni nada, simplemente te levantas al día siguiente como si nada hubiera pasado. Pero cuando esto no pasa, todo se torna raro, más cercano a la pesadilla que acecha cuando esta es recurrente. Cuando se dan circunstancias de miedo, podemos decir que la pesadilla se hace previsible

 

Un inicio de ensueño

 

Pese a las reticencias con las que empezó el curso en el filial y todo lo que se generó a su alrededor, este sacó resultados y juegos que parecían inesperados, como si el nuevo entrenador y equipo no pudiesen llevarlos a cabo. Sergi erigió un filial con una salida de balón bastante segura y hasta diferencial para la categoría, por conjunto y por individualidades

El equipo jugaba bien y ganaba, pero algo te hacía siempre sospechar, como esa piedra en el zapato que sabes que está ahí y que tarde o temprano pinchará. A la primera de cambios, se te cae Peque y varios bastiones de tu equipo no van a estar. Nico y Gavi suben, con Balde casi no puedes contar y por último Abde, es robado por Xavi.

Con todo esto, más una plantilla bastante nueva y carente de un líder como lo tuvo antaño con Collado, todo hacía presagiar que ese placentero sueño que estabas teniendo, se iba a torcer en una pesadilla.

 

La pesadilla

 

Como ya he comentado, a las bajas del principio se le une una crucial, la de Jandro Orellana. El pivote de referencia de Sergi se lesiona y se apaga el faro que hasta ahora estaba guiando al equipo. Aunque su baja a corto plazo pareció no notarse, a día de hoy se torna crucial en el inicio ya no de una dinámica ganadora, sino competitiva al más alto nivel en la categoría. Sin él, Sergi perdió a una de sus referencias en salida de balón, facilitándole a sus rivales el cómo, cuando y donde ir a presionar.

Con todo este caldo de cultivo, se le une uno aún más potente incluso, la falta de recursos y potenciales dominadores de la categoría. Si bien el B se ha reforzado, el equipo no termina de encontrar nombres que faciliten procesos y palien bajas, nombres que pesen en el juego y resultado de forma contundente.

Si antes el san Fernando dispuso de ocasiones suficientes como para al menos variar el resultado, esa falta de calidad diferencial hizo que el no gol fuese una consecuencia “esperable”. Si cuando visitas al Villarreal, previo a la expulsión de Ilias, recibes un gol “defendible” y no empatas en una ocasión “fácil”, es que cosas que podían ir mal, irán mal.

 

Despertar pronto

 

Pese al negativismo anterior, no todo es oscuridad. Si bien es verdad que hay defectos insalvables en la plantilla (bajas y capturas del primer equipo), la falta de fortuna en los penúltimos y últimos toques puede variar en los partidos venideros. La “recuperación” de Kays y el posible regalo de Abde o Ilias en futuros partidos puede ir decantando poco a poco el resurgir y la suerte del filial.

Y no solo de nombres vive el filial, Sergi puede empezar a tocar cosas que antes daba por inamovibles que quizás ya no. Quién sabe, quizás los laterales comienzan a volver la época más Capellas y empiezan a pesar más en el juego ofensivo del equipo o quizás nos depare novedades que no esperamos del mister.